Una familia en Estados Unidos sufrió un inusual ataque a su privacidad cuando un hombre, todavía de identidad desconocida, hackeo la cámara de seguridad instalada en la habitación de una niña de 8 años y comenzó a hablarle por el altavoz.
Ashley LeMay, madre de la niña llamada Alyssa, compartió la terrorífica historia en su perfil de Facebook. Rápidamente se hizo viral y evidenció la falta de seguridad de los sistemas de vigilancia casera.
La familia LeMay compro en Amazon la cámara que a la que el hacker accedió. Se trata de un modelo Ring de alta definición, con un costo aproximado de 5 mil pesos. La característica principal de este aparato es que cuenta con un altavoz y se puede monitorear con un teléfono celular.
El incidente ocurrió mientras la pequeña Alyssa se encontraba en la habitación de se instaló la cámara, la cual comparte con dos hermanas. En un momento inesperado una voz comenzó a escucharse por la bocina.
Era un hombre que saludaba por el altavoz. Por varios momento simplemente decía “¿Hola?”, sin obtener alguna respuesta. Después puso música infantil por la bocina y finalmente hizo ruidos extraños hasta que la niña se alertó y merodeó por la habitación para buscar el origen del sonido.
Al verla, el sujeto la saludo en repetidas ocasiones y ella preguntaba confundida quién era, mientras inspeccionaba todos los rincones del cuarto. El hacker jugaba con ella, asustandola en cada oportunidad.
“Soy tu mejor amigo. Soy Santa Claus, no quieres ser mi mejor amiga? “, dice el hombre, la niña llama asustada a su madre.
Momentos después, el acosador comenzó a insultar a la niña, llamándola “nigga” (negra) y exigiendo que ella también dijera ofensas en contra de su familia, a lo que Alyssa se negó.
Cuando la niña le contó lo sucedido a sus padres, ellos también se aterraron, pues lo que parecía una medida para proteger a sus hijas se había convertido en un peligro mayor, en el que no podían hacer nada, más que desconectar la cámara.
Los padres de la niña notificaron a la empresa Ring de lo sucedido y la respuesta fue que no podían hacer nada y que la culpa fue de la familia por no configurar la cámara.
En un reportaje al respecto publicado en The Washington Post la empresa Ring señaló también que han tenido muchos incidentes similares y que están están comprometidos con la seguridad de sus clientes, aunque en los hechos se demuestra lo contrario.
La madre de las niñas aseguró que sus hijas ya no quieren dormir en su habitación y que en redes sociales ha recibido mucho apoyo de personas que han pasado por lo mismo.
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