Es común que los malvaviscos se antojen al ir de campamento y asarlos frente a una fogata. O al menos eso nos han hecho pensar las películas.
Su nombre viene de la receta original para prepararlos, que ya no es la misma de ahora. Fue inventada por los egipcios, utilizando un extracto de la planta de malvavisco.
Ésta se cultivaba por sus propiedades medicinales. Así que más bien eran una medicina para el dolor de garganta, tos o curar heridas.
Además no todos podían acceder a ellos, por eso también se consideraba un lujo y estaba reservado para la realeza. Pero en el siglo XIX la demanda era mucha y cada vez más laborioso extraer sus propiedades.
Los reposteros franceses hicieron pruebas y se dieron cuenta que podían cambiar la receta original por algunos ingredientes como gelatina, claras de huevo y maicena. Esta combinación dio como resultado los bombones como ahora los conocemos.
Además la nueva receta tiene aproximadamente 50% de aire, lo que le da la textura esponjosa. El azúcar varía según los productores.
También se usan saborizantes como vainilla y otros ingredientes adicionales, entre ellos, el jugo de limón.