Juan Armando Rodríguez Castro reconoció su reponsabilidad en el asesinado de Raquel Castro, doctora en antropología y estudiosa de la comunidad yaqui en México.
La audiencia en la cual el juez de control determinó esta pena, se llevó a cabo el lunes 11 de noviembre a las 22 :45, de acuerdo con información de La Jornada, en dicha audiencia estuvieron presentes siete testigos entre ellos policías, vecinos y dos hijos de la investigadora.
El sujeto acusado no dijo los motivos para cometer el crimen pero testigos que vieron el momento en el que agredió a su pareja, comentaron que el móvil del sujeto fueron los celos.
Rodríguez Castro estaba siendo atendido en un hospital luego de que se hiriera a sí mismo con la misma navaja que utilizó para degollar a Raquel, sin embargo fue detenido el día de ayer y llevado a la audiencia.
El pasado jueves alrededor de las 16:10 horas, reportaron que una mujer había sido apuñalada en la comunidad El Saúz en Ures Sonora, al llegar los servicios de emergencia encontraron que tenía una herida en el cuello, causada por un arma blanca. Sin embargo, testigos informaron desde el primer momento que el responsable era la pareja sentimental de Raquel, la doctora en antropología.
“La obligaba a caminar detrás de él, expresaba ideas antiguas respecto al rol de hombre y mujer, tenía comportamientos de peleonero y grosero cuando ingería alcohol”
Juan Armando de 55 años de edad fue detenido y se declaró culpable de haber perpetrado el ataque, por lo el presunto homicida fue detenido, según informó la Fiscalía General del Estado de Sonora.
Padilla era conocida por su trabajo como activista y defensora del pueblo Yaqui en Sonora, además de haber publicado numerosos artículos en defensa de la diversidad cultural de la región.
De igual modo, su muerte provocó reacciones entre varios intelectuales que la conocieron y trabajaron con ella.
De acuerdo con el historiador Alfredo Ávila, la antropóloga “Estuvo muy activa últimamente tratando de explicar los contextos del asesinato de los LeBaron, el crimen organizado en Sonora y Chihuahua y su impacto social. Ahora ella fue víctima de otro tipo de violencia, que el Estado tampoco puede evitar”