Un sujeto identificado como Alfredo Navarrete Bautista fue condenado por la Fiscalía General del Estado de Puebla, a 8 años de prisión por cometer el delito de violación en agravio de una menor de edad.
El hecho ocurrió el 5 de junio de 2018 en la localidad de Tapitzaloyan, municipio de Cuetzalan del Progreso, donde el ahora sentenciado interceptó a la víctima de 16 años, quien regresaba a su casa después de salir de la escuela.
Familiares, al percatarse que la joven no llegaba, fueron a buscarla recorriendo el trayecto que ella realiza, en ese momento escucharon que gritaba desde el interior de un domicilio. Por ello ingresaron al lugar donde el hombre fue sorprendido violando a la mujer.
Elementos estatales de investigación detuvieron al agresor y lo llevaron ante el Agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Investigación Regional.
Gracias a las indagatorias y a la aportación de pruebas ante las autoridades, se logó obtener la sentencia condenatoria de 8 años de cárcel y el pago de 500 días de salario mínimo (50 mil pesos) por reparación del daño.
A finales del año pasado, un estudio realizado por el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, a casi 100 casos de violencia sexual, estableció que el 80% de personas que sufren este abuso son menores de edad.
En la mayoría de las situaciones, los abusadores son conocidos del menor, los padrastros y abuelos son los que mayor porcentaje tienen de realizar este delito con el 15% de los reportes; seguido por tíos (13%), padres (11%), primos (10%), maestros (7%) y hermanos (3%). Y solamente el 18%, es de abusos cometidos por desconocidos.
De acuerdo con una guía para tomar acciones y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, emitida por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), algunos factores con los que se puede detectar el abuso sexual en niños son:
- Tiene desconfianza ante alguna persona.
- Imita, juega o dibuja conductas sexuales adultas.
- Presenta molestias físicas repentinas.
- Tiene cambios en la expresión de sus emociones.
- Se resiste a asistir a la escuela o baja su desempeño académico.
- Tiene lesiones o infecciones genitales.
Cuando una víctima relata haber sido molestado, tocado o lastimado sexualmente es indispensable que se le escuche con atención, creerle y buscar la forma de mantenerlo a salvo, asegurándose de que no volverá a estar a solas con el señalado como agresor.