De seguro, alguna vez has visitado algunas de las secciones del Bosque de Chapultepec y te viene a la mente los lugares como el Castillo, los museos, el lago, el zoológico, el área de juegos y hasta los trenecitos.
Una publicación realizada por El Universal narra que este vehículo no es como ahora lo conocemos. Durante 50 años, los trenecitos fueron la atracción favorita de niños y adultos; éste recorría diversas zonas del bosque y anunciaba su llegada tocando una campana.
Coloquialmente era conocido como el Trenecito de Chapultepec, sin embargo, su nombre oficial era Ferrocarril Escénico del Bosque de Chapultepec.
Según la Revista Ferronales, en los años 60 fue cuando los trenes escénicos tuvieron su auge debido a que eran promocionados sus recorridos turísticos, los cuales poseían las características de las antiguas máquinas y vagones con la finalidad de que los pasajeros disfrutaran tanto del paseo como de la estructura del vehículo.
Sin duda alguna el público infantil eran los principales pasajeros que esperaban a que el trenecito llegara a la estación.
En 1958, se estrenó un segundo, ahora recorría parte de la segunda sección del Bosque de Chapultepec, el cual daba servicio a la par del ya existente en la primera sección.
Éste se conformaba por cinco vagones que transportaban un total de 30 personas y alcanzaba una velocidad de 20 kilómetros por hora.
Posteriormente y debido a la demanda, en 1973 el trenecito ya contaba con cinco vagones más, es decir ahora eran 10, cuya capacidad de transporte era para 80 adultos o bien, 120 niños.
Durante estos años, el total de locomotoras que había eran tres: dos se usaban y una era de remplazo. Cada una consumía cerca de 30 litro de gasolina de lunes a viernes y fines de semana aumentaba cinco litros porque había una mayor demanda.
En 2006, el trenecito dejó de funcionar, supuestamente por falta de presupuesto y al pasar del tiempo, lo que durante varios años había sido una atracción de diversión y momentos familiares pasó a ser un recuerdo.
Así, después de más de 10 años de no funcionar, el taller del tren escénico se convirtió en el Espacio CDMX Arquitectura y Diseño, que funciona como centro cultural en medio del bosque.
Al lado de mencionado taller, montado en los rieles que formaron parte de los antiguos recorridos se encuentra una locomotora de estos trenecitos que fue recuperado para ser exhibición.