La tarántula es un arácnido que varía en coloración, tamaño y comportamiento dependiendo de su especie. Carecen de esqueleto interno pero su estructura es rígida, la cual se va modificando hasta que alcanzan su madurez.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), existen más de 40 mil especies de arañas y se puede decir que cada día se descubre una nuevo.
Su alimentación se basa principalmente en insectos, pero también llegan a comer ratones, crías de pájaros, ranas, entre otros animales de tamaño pequeño. Llegan a vivir entre 12 a 15 años, promedio.
Las tarántulas por su aspecto suelen ser intimidantes, sin embargo, no lo son, ya que su veneno no es mortal para los humanos. Lo que puede ocasionar, a veces, es una alergia y en cuanto a su mordida, debido a sus colmillos llega a ser muy dolorosa.
Según la Secretaría de Salud, cuando se llega a sufrir una picadura o mordedura de algún animal que no representa mayor riego que una molestia como dolor, hinchazón, enrojecimiento, picazón, ardor: los especialistas recomiendan lavar la zona afectada con agua y jabón; cubrir con hielo la zona afectada por 10 minutos retirando y poniendo durante ese lapso.
Así mismo sugieren acudir al médico y estar al pendiente de cualquier cambio en los síntomas de la persona afectada.
Cabe mencionar que el tamaño de estos animales no se relaciona con su toxicidad. Existen especies de arañas pequeñas que son muy peligrosas para las personas, por ejemplo, la viuda negra.
Estos arácnidos son cotizados en el mercado internacional de las mascotas, ya que un ejemplar adulto puede llegar a costar 8 mil pesos. Los criadores legales mexicanos producen entre 11 y 14 mil de estos animales al año, los cuales llegan a exportarse a Canadá y Estados Unidos.
Sin embargo, también la demanda se ha estado presentando en Europa, China y Japón, lo que representa la oportunidad de aumentar la producción.
La exportación para tarántulas requiere de un permiso certificado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) cuya finalidad es garantizar que su comercialización no representa un riesgo para las poblaciones silvestres.
No obstante, la demanda de estos arácnidos ha aumentado provocando que se agudice la venta en el mercado negro poniéndola en peligro de extinción.