El lunes pasado una menor de 17 años denunció que el sábado fue violada por cuatro policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana dentro de una patrulla en alcaldía Azcapotzalco.
La procuraduría capitalina ya ubicó la patrulla y se investiga a los elementos que la tripulaban, pero hasta ahora la Fiscalía para la Atención de Delitos Sexuales de la procuraduría, no ha solicitado la presentación de los implicados de la violación.
Por su parte Jesús Orta Martínez, el jefe de la policía capitalina, comentó que los presuntos implicados ya están detenidos pero siguen bajo resguardo de la corporación pues aún no se ha hecho una imputación formal contra ellos.
Para que pueda lograrse, se deberán hacer todas las comprobaciones de los hechos a partir de la denuncia interpuesta por la menor acompañada de sus familiares.
Por otro lado, la titular de la procuraduría Ernestina Godoy comentó “la mamá nos ha pedido tiempo para que se calmen las cosas”.
Fuentes extraoficiales afirman que la joven considera desistir de su denuncia debido a intimidación.
La madrugada del sábado, la joven caminaba por la calle luego de haber ido a una fiesta con sus amigos, pero notó que una patrulla la estaba siguiendo por lo que trató de caminar más rápido y trató de perderlos.
Luego le advirtieron que era un lugar muy peligroso y que no debería caminar sola por ahí.
La joven fingió que había llegado a su hogar y para evitar una agresión tocó el timbre de una casa, pero no le abrieron. Los presuntos policías la subieron a la patrulla y dijeron que la “llevarían a su casa”, pero en vez de eso la violaron.
Los hechos quedaron asentados een la carpeta de investigación, CI-FDS/FDS-4/UI-FDS-4-01/00487/08-2019, que se inició por el delito de violación agravada.
En el expediente la menor declaró “me subieron a la parte trasera, dos policías me agarraron de las manos y los pies, otro me quitó el pantalón y me bajo la pantaleta, luego la hizo a un lado y me penetró. Luego se bajó de la patrulla y siguió el otro, luego el otro y así pasaron los cuatro”.
También menciona “Yo les dije que ¿por qué me hacían eso? No dejaba de llorar, pero ellos sólo se reían. Pataleé, empuje y di manotazos, pero no pude zafarme. Luego de que terminaron, me dejaron dos calles más adelante y me dijeron: “ahora si ya te puedes ir a tu casa”.
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