El tema del robo de scooters en la Ciudad de México llamó la atención a inicios de la semana debido al cierre de operaciones de la única empresa autorizada para dar este servicio de manera legal.
Dicha empresa se llama Grin y decidió dar un receso a su plataforma por la gran cantidad de patines robados, ellos calculan que al menos el 15% de su flota fue hurtada.
Días después, medios de comunicación dieron a conocer que muchos de los scooters, tanto de esta empresa como de otras similares, se venden por 3 mil 500 pesos en Facebook.
A pesar de las múltiples notas donde se denuncia el hecho, en una búsqueda en el Marketplace de esta red social aún aparecen en venta algunas unidades a las cuales se les borró los logotipos.
Ahora, un video subido a Twitter muestra a dos niños que conducen estos patines a toda velocidad sobre el puente vehícular Ciprés, en la alcaldía Cuauhtémoc, en las inmediaciones de Circuito Interior.
El usuario que grabó el hecho a bordo de un microbús, pudo ver como los menores circulaban muy cerca de la orilla del puente, sin ninguna clase de protección y riendo y diciendo groserías, como si se tratara de una travesura.
En la Ciudad de México, y en casi todo el país, aún faltan muchas leyes para regular el uso de scooters como medio de transporte urbano.
Desde su aparición en las calles hace un par de años, las diferentes apps de este tipo de servicio, han recibido críticas por la falta de medidas de seguridad en sus equipos, la facilidad con la que los usuarios pueden hacer uso de los patines y sobretodo, porque no cuentan con estacionamientos señalados y las personas los dejan en cualquier lado.
A pesar de que los patines eléctricos son un vehículo motorizado, no se exige el uso de casco, como se hace en las motos o bicicletas. Y aunque están programados con un límite de velocidad es de 25 km por hora, ya se han reportado accidentes fatales a bordo de ellos.
Por ejemplo, en febrero de 2019 un usuario de la plataforma Lime, se convirtió en el primer deceso de este tipo de vehículos. Fue atropellado por un taxi durante la madrugada y el golpe fue tan grave que no sobrevivió.
También en marzo de este año, otro sujeto a bordo de un monopatín fue arrollado por un conductor en la colonia Roma. El auto no respetó la señal de alto de un semáforo y el chico a bordo del scooter circulaba en sentido contrario. Aunque en su defensa, tuiteros que compartieron el video del accidente, señalaron que iba sobre un carril confinado para el trolebús y ciclistas.
Grin, la plataforma que se despidió de los capitalinos con una carta en Twitter, había logrado el primer permiso anual para operar en la CDMX, tras un año de ofrecer el servicio. Como ya se mencionó, fue debido al incremento del robo de sus unidades.
El sistema que permite el funcionamiento del motor de estos patines ha probado ser muy débil y existen en internet tutoriales para hackearlos fácilmente.
De estos se conocen tres tipos. El primero sirve para retirar por completo el controlador de la empresa y sustituirlo por uno nuevo, evadiendo así de manera definitiva cualquier señal de rastreo de los dueños del vehículo.
Para ello, se venden kits con los que se suplanta el módulo controlador que da acceso al motor del vehículo. En YouTube hay vídeos que muestran paso a paso cómo cambiar las piezas.
La segunda y tercer forma de hackeo son muy parecidas. Ambas se logran a través de softwares que se pueden instalar en un celular y afectan principalmente al funcionamiento de la app a la que pertenece el scooter.
Una sirve para obtener viajes gratis y la otra para quitar el candado de límite de velocidad de 25 km/h, logrando así hacerlos correr hasta el doble de velocidad que la permitida. Al igual que en la primera forma, también hay tutoriales explicados detalladamente.