Policías auxiliaron a una mujer para recuperar su dinero de un cajero automático que fue alterado para no entregar efectivo.
Primero creen que la máquina está atascada y piden a la afectada grabar todo como evidencia para constatar que están dando el apoyo.
Con tijeras metálicas, uno de los policías municipales pretende abrir el panel por el cual debe salir el dinero, pero no encuentra ninguna ranura visible.
La cuentahabiente señala que había solicitado al cajero el retiro de mil pesos y que la transacción se marcó como exitosa pero que nunca los recibió.
En tanto, el oficial con las tijeras decide usar la punta de la misma para forzar desde las orillas el panel de retiro de efectivo.
Minutos después el policía alcanza a ver que el dinero está atorado y logra sacar uno de los billetes, por lo que continúa con el trabajo.
Después de sacar exactamente los mil pesos que la mujer había pretendido retirar notó que la supuesta ranura del cajero que él abrió no era parte de la máquina.
Tras unos movimientos más, el policía pudo retirar la pieza apócrifa y todos en el cajero observaron que se trataba de una regla de metal de 20 centímetros de largo.
Algunos de los presentes dijeron que ya habían escuchado de casos similares en otros lugares y que lo mejor era poner un cartel de advertencia.
Cajeros alterados en todo el mundo
Tal y como lo dijeron los testigos del hecho, este tipo de robos en cajeros alterados no es nuevo y se ha denunciado desde hace más de 10 años en todo el mundo.
Como ya se constató en las imágenes, los delincuentes utilizan placas o reglas de metal similares al color de las máquinas para tapar la salida del dinero.
El truco está en colocar estas piezas una vez que el banco donde se ubique el cajero cierre y una vez alterado simplemente esperan a que lleguen las víctimas.
Una vez que los cuentahabientes intentan retirar efectivo la máquina dará por buena la transacción ya que en teoría el dinero sí sale por el orificio correspondiente.
Sin embargo, la regla o la placa colocada tapa impide que los billetes lleguen a manos de la víctima y se quedan atorados en el espacio de escasos milímetros formado entre la ranura y la pieza apócrifa.
Entonces cuando el afectado cree que el cajero está descompuesto, los delincuentes regresan, retiran el tapón y extraen el dinero. Hacen esto una y otra vez.
Este tipo de casos se han detectado en la Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Guadalajara, también medios de Perú, Colombia y Argentina han identificado este delito en sus países.
Otras alteraciones que se han hallado en cajeros automáticos son dispositivos para retener las tarjetas ingresadas en conjunto con un teclado falso que guarda la clave NIP digitada por los usuarios.
De esta forma, los delincuentes tienen acceso a todos los fondos que la víctima almacena en su tarjeta y los vacían antes de que se cancele el plástico.
La manera más efectiva de evitar este tipo de robos es simplemente evitar usar cajeros durante la noche y procurar retirar sólo en aquellos que se encuentren anexos a una sucursal bancaria y en horas de servicio.
De esta manera se puede reportar inmediatamente cualquier anomalía en las máquinas sin perder de vista el cajero y evitar que alguien más quiera usarlo mientras el dinero o la tarjeta esté atorado.
En caso de que no haya otra opción y se retire dinero de noche y la tarjeta o el efectivo se quede dentro de la máquina, lo primero es llamar al banco para cancelar inmediatamente el plástico para que cualquier movimiento quede invalidado.
Para ello es recomendable tener a la mano el número de cliente y tarjeta en una nota electrónica o un papel, pero sin mayor información que pueda ser utilizada en caso de robo o extravío.