Centéotl es la deidad a quien le ofrecen rituales para tener una buena cosecha durante el año. En Oaxaca es una tradición recordarla durante las fiestas de la Guelaguetza.
Ahora se elige a una mujer que representa a esta diosa en su forma terrenal y la representa durante los festejos del mes de julio.
A Centéotl la veneraban en el Cerro de la Bella Vista que ahora es conocido como El Fortín.
En Oaxaca saben del origen de esta diosa gracias a las crónicas y a las leyendas que han contado los abuelos durante varias generaciones.
Hay algunos registros que dicen que los rituales a la deidad del maíz se juntan con la fiesta del Carmen.
Es una muestra de la combinación de dos culturas: la prehispánica y la española.
En algunas culturas y regiones Centéotl tiene forma masculina, pero en la región de Oaxaca se le asocia con una mujer.
Se dice que se es esconde debajo de la tierra y es por esto, que varias partes de su cuerpo provienen de la misma, teniendo así las siguientes características físicas:
• Cabello de algodón.
• Naríz en chia.
• Dedos de camotes.
• Uñas en un maíz alargado.
• Ojos en diferentes semillas.
Por eso otros cultivos emergieron de su cuerpo, gracias a esta riqueza, era venerada por las personas.
Como parte de los rituales hechos en la época prehispánica seleccionaban mazorcas de maíz de sus cultivos, luego las secaban y eran usadas como semillas para cultivarlas, después de esto, llevaban estas mazorcas a sus casas para ofrecerlas como ritual hacia Centéotl.
Ahora como parte de estos rituales la gente sube al cerro del Fortín a dejar ofrendas como una petición para las buenas cosechas.
Cada una de las regiones le da algo característico: frutas, artesanías, bordados y ahora también danzas en su honor y representaciones musicales para así agradar a la diosa del maíz.