La asociación entre grupos delictivos de mexicanos y colombianos para el robo de casas va en aumento. Sus integrantes son, en su mayoría, criminales sudamericanos o pertenecen a grupos guerrilleros en su país.
Dicha unión tiene como objetivo compartir aprendizajes y extenderlos a otros grupos para operar de forma metódica. El presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, Salvador Guerrero Chiprés, ha descrito la complejidad de su forma de delinquir: “Se ha generado una forma de operación que es más sofisticada, que incluye el uso de ‘inteligencia’ de los delincuentes para marcar las casas. Hay un fenómeno nuevo, se ha hecho mucho más sofisticada la delincuencia”,
Y es que ya no basta con tener un sistema de seguridad de alta calidad con alarmas y cámaras especiales o chapas múltiples de acero. Los ladrones sobrepasan este nivel de especialización y son capaces de burlar estas tecnologías.
De hecho, el modus operandi de los colombianos es el segundo de mayor utilización en la Ciudad de México, pues desde 2015 vienen reclutado a mexicanos y a venezolanos en sus filas. A continuación describiremos algunas de las formas en las que eligen a sus víctimas y cómo se introducen a casas y departamentos:
Su población objetivo son las viviendas de artistas; famosos; empresarios, y de adultos mayores, personas que en su mayoría se caracterizan por no estar en su casa, por poseer objetos de alto valor o, en el caso de los viejitos, por tener poca capacidad de defensa.
Utilizan vehículos de modelo reciente, con el cual hacen rondines por las colonias de clase media alta. Los grupos delictivos cuentan entre sus filas con mujeres, las cuales se hacen pasar por parejas de los delincuentes en el momento de montar la vigilancia en los fraccionamientos seleccionados.
Una vez que eligieron la casa, tocan el timbre varias veces, para asegurarse de que no se encuentre nadie en el hogar; con instrumentos especiales desmontan puertas y alarmas e ingresan. En un tiempo aproximado de 5 minutos máximo se llevan en mochilas aparatos electrodomésticos, joyas, teléfonos celulares, tabletas, computadoras, relojes, efectivo y documentos que luego falsifican.
En departamentos lujosos los colombianos se hacen pasar por empresarios importantes y rentan por algunos meses penthouses y autos de lujo. Forjan amistades con los vecinos y entran a sus casas cuando ellos no están. Estas bandas organizadas no sólo delinquen en esta capital, sino en ciudades de España, Estados Unidos y hasta Japón. Inclusive son personas en México los que traen a extranjeros para que se dediquen especialmente al robo de casas.
Las autoridades también tienen detectada la venta de los artículos que se roban. Las joyas se venden muchas veces fuera de la CDMX en los estados de Querétaro y Puebla, mientras que las que se venden en la ciudad son fundidas y modificadas para que no puedan ser identificadas. Los relojes se venden en páginas de Internet a precios bajos, los celulares, tabletas y computadoras, los locales de Eje Central son los elegidos para su venta.
De los imputados que se han capturado, cobran una sentencia que va de los 3 a 6 años en prisión. Dentro de los reclusorios algunos integrantes siguen recibiendo las ganancias de lo robado y dan órdenes de seguir robando casas.
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