La quiropráctica se ha convertido en una tendencia como una disciplina sanitaria alternativa, se encuentra centrada en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, sin embargo, aunque ya tiene mayor aceptación entre las personas, aún sigue siendo una práctica muy cuestionada.
El fundador de la terapia quiropráctica, Daniel David Palmer, en la década de los 60 comenzó a desarrollar su teoría de que la columna vertebral estaba involucrada en casi todas las enfermedades porque la médula espinal conecta al cerebro con el resto del cuerpo; por lo tanto, cualquier desalineación podría causar un problema y por ello era importante tratarlo y esto se podía realizar con la reacomodación de la columna vertebral.
Simon Singh, un escrito científico y físico británico, dijo que manipular la columna vertebral puede llegar a curar algunos problemas, pero los resultados varían dependiendo de cada persona.
Uno de los primeros casos que ponía como peligroso el uso de la quiropráctica para aliviar dolores del cuerpo, fue el de Laurie Mathiason, una recamarera canadiense de 20 años que visitó a un quiropráctico 21 veces para aliviarse. En su penúltima visita se quejó de una rigidez en el cuello, cuando el quiropráctico manipuló dicha parte, Mathison sintió dolores más fuertes y comenzó a convulsionar. A los pocos días murió porque tenía una arteria vertebral rota.
Algo muy preocupante dentro de estos tratamientos, explicó el escritor Singh, es su técnica distintiva conocida como empuje de alta velocidad y baja amplitud debido a que esto implica empujar las articulaciones más allá de su rango natural de movimiento, lo cual podría provocar dislocaciones y/o fracturas.
En 2001, una revisión sistemática de cinco estudios, realizada por científicos británicos, reveló que aproximadamente la mitad de los pacientes quiroprácticos experimentaban malestares temporales derivados de este procedimiento, como dolor, entumecimiento, rigidez, mareos y dolores de cabeza; efectos negativos que eran mayores en comparación con el beneficio que daba la quiropráctica.
Por su parte, otros científicos del Reino Unido, tras llevar una revisión de estudios de estos tratamientos, llegaron a la conclusión de que los masajes y la manipulación de la columna en los procedimientos quiroprácticos pueden producir efectos secundarios peligrosos y a veces letales, que a menudo no son reportados.
Según el profesor Edzar Ernst, experto en medicina de la Escuela Médica Península de la Universidad de Exter, Inglaterra, comentó que estos riesgos no han sido bien documentados en los expedientes clínicos sobre seguridad y efectividad de los tratamientos quiroprácticos.
“Esta inapropiada falta de información en una intervención médica no es ética y está creando una imagen falsamente positiva sobre la seguridad de esta práctica”, expresó el profesor Ernst.
Ante esto, el tratamiento quiropráctico al no haber nacido dentro de los estamentos de la medicina tradicional ha tenido que demostrar su efectividad y seguridad sometiéndose a diversas investigaciones.
En un estudio publicado en la revista Journal of Orthopaedic Medicine arrojó pruebas sobre la eficacia de la quiropráctica en pacientes que tienen dolores en la espalda y que de aquí derivan otros malestares.
La investigación consistió en clasificar a los pacientes en tres grupos definidos por las afectaciones que tenían: el grupo uno era de pacientes con dolor de cuello solamente; el dos, pacientes con síntomas o signos neurológicos y el tercer grupo tenían dolor de cuello severo y malestares en sus extremidades.
Los resultados demostraron que después del tratamiento quiropráctico, en la clase uno, 36 de 50 pacientes (72%) reaccionaron bien al procedimiento; en el grupo dos, 30 de 32 personas (94%) tuvieron un resultado positivo y en el grupo tres, 3 de 11 (27%) respondieron bien a la atención.
Otro estudio, realizado en Estados Unidos con 80 pacientes en donde 21% de ellos fueron diagnosticados con problemas de disco vertebral – de lo que 12% se les había diagnosticado cirugía y 5% habían recibido tratamientos de emergencia- fueron referidos la Centro Quiropráctico de Silverman. Después del tratamiento quiropráctico, ninguno de los pacientes requirió cirugía y más de la mitad de las personas atendidas no necesitaron ningún tratamiento de mejora posterior.
Sin embargo, especialistas han referido que el reacomodo de la columna, de una forma adecuada y estudiada, no sólo ayuda al alivio de dolores de espalda y cuello, sino que puede ayudar al mejoramiento de otros problemas, como la migraña.
Un estudio del Colegio de Quiropráctica en Bloomington, Minnesota, realizado con 127 voluntarios, con sufrimiento de episodios mínimos de migraña, mostró que después de estar sometidos a procedimientos quiroprácticos, el 22 % de los participantes mostraron una reducción de más del 90% de la migraña. Aproximadamente el 50% más de los pacientes revelaron una mejora significativa en cada episodio.
No obstante, hoy en día, a más de 100 años después de su nacimiento, la quiropráctica es enseñada y ejercida a lo largo del mundo y la profesión se ha ganado una gran aceptación por parte del público y de los sistemas sanitarios nacionales por sus servicios.
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