El estrés laboral no sólo te afecta a ti, también está enfermando a tu perro.
Una investigación confirma que los perros de los de los dueños que pasan largas jornadas laborales han comenzado a imitar el estado emocional de los humanos, de acuerdo con un artículo publicado en The Guardian
Este hallazgo se ha dado gracias a un estudio del cortisol, una hormona relacionada con el estrés que circula por la sangre y deja su marca en el cabello. Con el paso del tiempo la hormona se une al cuero cabelludo y cada capa es una marca biológica del estrés vivido de acuerdo con las experiencias personales.
Se analizaron veinticinco perros raza Border Collie, treinta y tres pastores Shetland que eran mascotas de mujeres e investigadores de Suecia encontraron que había relación entre el cortisol hallado en el cabello de los humanos y el cortisol que estaba en el pelo de los perros. Todos ellos eran perros caseros que vivían en interiores y eran cercanos a sus dueñas .
“Es la primera vez que hemos visto una sincronización de largo plazo en niveles de estrés entre miembros de dos especies diferentes” dijo Lina Roth, la etóloga que lideró el estudio en la Universidad de Linkping. “No habíamos visto esta relación entre humanos y perros antes”
Las concentraciones de esta hormona se encontraron en el cabello más cercano a la piel, y las muestras fueron tomadas de invierno a verano de 2017 y un año después se repitió la prueba. El vínculo entre el cortisol de los perros y los humanos se mantuvo constante a través del tiempo pero presentó niveles mayores en invierno.
Para indagar más en el vínculo entre los perros y sus dueños también les hicieron pruebas de habilidades, obediencia y agilidad a los caninos, cada uno de ellos eran perros de compañía con actividad regular.
“Los perros están afectados por sus dueños y ellos responden con comportamientos para desestresarlos” comentó James Burkett de la Universidad de Emory en Atlanta “Sabemos que los perros también son afectados por la personalidad de sus dueños y sus niveles de estrés. Aunque puede ser una cuestión de sentido común para sus dueños, pues los hallazgos empíricos aún intuyen cuestiones sobre la empatía animal.
Los investigadores creen que se debe a una profunda sincronización que va más allá de sólo compartir el mismo ambiente.