La nata de smog y contaminación en el aire que estamos respirando en la CDMX es una de las consecuencias de no cuidar el medio ambiente al quemar basura, tirarla, talar árboles, emitir gases y otros metales dañinos para la salud.
Pero esta no es la primera vez que pasa en México ni en el mundo. También en otras ciudades han sufrido los efectos de la contaminación ambiental, causando la muerte de seres humanos, aves y animales de las zonas dañadas.
En 1987 murieron pájaros en el DF
Hace 32 años las aves cayeron muertas por la gran cantidad de contaminación y bacterias que había en el aire. Se encontraron restos de metales en pájaros porque la atmósfera estaba saturada de plomo, cadmio, radón, belirio, asbesto y heces fecales que todos respiraban. Ahora por la intensa ola de calor en Xilitla, San Luis Potosí que registra temperaturas de hasta 35 grados, las aves también han muerto.
La gran niebla de 1952
Una densa niebla cubrió la ciudad de Londres en los primeros días de diciembre. Era una espesa capa de humo que causó la muerte de más de 12 mil personas. La visibilidad en las calles se redujo a unos cuantos metros y por la noche no se veía nada. La niebla se combinó con un frente frio muy intenso junto con la actividad de las fábricas que quemaban una gran cantidad de carbón y las estufas que mantenían calientes las casas. Las crónicas de ese entonces, dicen que en Londres se respiraba “veneno puro”.
Explosiones de Jilin
En una fábrica petroquímica de Jilin, China hubo una serie de explosiones en cadena por lo que murieron seis personas y causaron graves daños ambientales. Grandes cantidades de componentes químicos llegaron al río Songhua. Casi 9 millones de personas perdieron el acceso al agua por los contaminantes que tenía.
Agente naranja en Vietnam
El ejército estadounidense usó un herbicida llamado “agente naranja” para dañar los cultivos de arroz de Vietnam en 1962. Afectó a 10 millones de hectáreas de tierra y selva. También llegó a zonas de lagos, infectando a peces y más fauna que ahí se encontraba. Algunos estudios recientes han demostrado que todavía hay restos tóxicos en la zona. Las poblaciones que continúan viviendo ahí tienen prohibido pescar.