Este miércoles un hombre, quien aparentemente era un militar retirado, disparó a un joven de 20 años quien pretendía asaltar a su hijo.
El joven de 26 años explicó que trabaja como mensajero en un edificio de oficinas ubicado en la calle Edgar Allan Poe. Cerca de las 3 de la tarde, fue enviado a una sucursal bancaria para cambiar un cheque de 10 mil pesos.
Luego notó que dos repartidores de comida lo seguían.
Por esta razón llamó a su padre, un militar retirado de 48 años quien llegó al lugar en el que trabaja y comprobó que un hombre con las características proporcionadas por su hijo, lo seguía. Luego con un arma de fuego intentó amagarlo para que entregara el dinero que acababa de retirar del banco.
El padre del mensajero, quien tiene permiso para portar armas, se acercó para defenderlo y lanzó cinco disparos.
El delincuente fue identificado como Eduardo de 20 años, su cómplice logró escapar, pero él quedó murió junto a su moto y la mochila de repartidor sobre el asfalto, hasta donde sus familiares llegaron antes de que los peritos levantan su cuerpo.
El padre, del presunto ladrón, llegó minutos después al lugar en el que quedó su cuerpo. Junto a él había una arma de juguete.
Al llegar, comenzó a forcejear con los policías que acordonaban la escena del crimen. El hombre grito “Es mi hijo” y traspasó la línea amarilla de acordonamiento para resguardar la evidencia. Aunque los policías se lo impidieron, el sujeto los retaba y buscaba acercarse al cuerpo del joven.