La empresa Alquimar creó la primera planta piloto en México para procesar sargazo, pero ahora, el equipo de investigación que dirigía la planta se disolvió por falta de recursos.
El sargazo es una macroalga que luce como una mancha de pasto café y flota en las costas del Caribe mexicano. Ha reducido el turismo y afecta a otras especies marinas mientras se descompone en las playas.
En 2019, Alquimar fue reconocida por ser una de las mejores empresas ecológicas del país y ganó el premio de Latinoamérica Verde que otorga el gobierno de Ecuador. Un año después, el equipo que llevó a cabo el desarrollo de la investigación quedó disuelto.
Norma Yazmín, quien fuera directora de la empresa Alquimar y una de las iniciadoras del proyecto decidió separarse del mismo. La joven química egresada de la UNAM informó que ella no tiene la capacidad financiera para continuar por sus propios medios con el proyecto en la magnitud en la que comenzaba a operar.
“Ya se hizo a nivel piloto, ya se probó que se puede pero ya no hubo ningún avance de crecimiento o escalamiento. El modelo ahí está y puede ser escalado o llevarlo a un nuevo nivel pero debe estar en manos correctas.”
Ahora todo el equipo que había creado esta planta ahora a desaparecido.
El proyecto Alquimar tenía alianzas con la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Coahuila y la Universidad de Quintana Roo.
Por medio del método que el equipo de investigación había patentado, comprobó que podían procesar el sargazo y utilizarlo para fabricar antioxidantes, fertilizantes y otras sustancias.
El químico que se extrae de esta macroalga es el Alguinato de Sodio, un compuesto gelatinoso que sirve como auxiliar en la industria farmacéutica.
Comenta que el socio mayoritario de la empresa decidió dejar de destinar recursos a la planta piloto procesadora de sargazo y eso provocó que perdieran todos los apoyos que habían conseguido.
“Si había oportunidades de apoyo, pero hubo problemas en la administración de recursos y muchos de ellos se perdieron”
Norma platica que ha tocado varias puertas públicas y privadas para llevar su conocimiento especializado, pero hasta ahora no ha encontrado una institución dispuesta a poner en práctica su conocimiento.
Por lo pronto el equipo considera comenzar un proyecto de bioplástico para continuar en proyectos que cuidan el medio ambiente.