Millones de personas en el mundo pagan mucho dinero por cursos, talleres, retiros y clases impartidas por coaches de vida o gurus financieros. México no es la excepción.
La idea de ser un emprendedor exitoso o alguien con una vida espiritualmente equilibrada se vende como “pan caliente” y prueba de ello es la gran cantidad de cursos que se ofertan a diario en Internet.
Seamos realistas. Claro que hay cursos y seminarios de desarrollo personal y financiero impartidos por empresas serias, instituciones académicas y dependencias de gobierno que sí tienen sustento, están regulados y hasta dan certificaciones oficiales por hacerlos.
Pero también hay una enorme lista de páginas y personajes que venden cursos en los que se repiten cosas como:
- ‘Los pobres son pobres porque quieren’.
- ‘Levántate temprano’.
- ‘Tender tu cama es el primer éxito del día’.
- ‘Cualquiera puede ser millonario’.
- ‘Se tu propio jefe’.
- ‘No seas un empleado más y comienza a emprender’.
- ‘Quien no está en Internet o X plataforma no existe’.
- ‘Hay que tener mentalidad de tiburón’.
- ‘Échale ganas’.
- ‘El que quiere superarse no ve obstáculos, ve sueños’.
Este tipo de frases son comunes entre los gurus financieros y coaches de vida. Muchas de estas se reutilizan una y otra vez en contenidos de autoayuda, sin ofrecer realmente una verdadera aportación o respuesta a las inquietudes de la gente que paga por ellos.
Las quejas y denuncias en redes sociales de personas que gastaron dinero en coaches y gurus son abundantes. Medios de comunicación a nivel internacional también han documentado este fenómeno.
The New York Times, por ejemplo, publicó hace unas semanas un texto en el que describe cómo varios youtubers que se describen como gurus financieros se hicieron ricos vendiendo la falsa idea de que cualquiera que siga sus consejos de inversión se volvería millonario. Pero mucha de su audiencia terminó perdiendo dinero y las autoridades de Estados Unidos tuvieron que intervenir.
“Red flags” de que estás frente a un guru financiero o coach de vida
Reconocer a los gurus financieros resulta fácil:
- Dicen que vienen de familias de bajos recursos.
- Aseguran que se hicieron millonarios a base de su propio esfuerzo.
- Muestran un estilo de vida de lujos.
- No son claros sobre cómo hicieron sus supuestas fortunas.
- Se presentan como líderes de grupos corporativos (de los cuales, a veces, no hay mucha información).
- Crean contenido dirigido que alienta al emprendimiento.
- Presumen su estatus social y son muy activos en redes sociales.
- Venden cursos y mentorías.
- Dicen que ellos conocen y dominan las claves del éxito.
- Prometen que comprar sus contenidos es la mejor inversión que se puede hacer.
- Asumen actitudes arrogantes y presumidas en sus presentaciones.
- Sugestionan a los asistentes a sus cursos para que sigan consumiendo sus contenidos.
https://twitter.com/CarlosHidalgoo/status/1448080924021645313
Mientras que los coaches de vida suelen compartir las siguientes características:
- Promueven una mentalidad siempre positiva.
- Dicen que todo se puede solucionar con una buena actitud.
- Incitan a sus ‘estudiantes’ o ‘clientes’ a atraer a más gente al estilo de vida que promueven.
- Aseguran tener las claves para un equilibrio mental, espiritual, familiar, laboral, físico y sentimental.
- Prometen cambios casi inmediatos en la vida de las personas por medio de diferentes seminarios, retiros, cursos, talleres y otras actividades con elevados costos.
- Venden “soluciones prácticas” para alcanzar la salud mental.
- Prometen que el éxito se alcanza con un cambio de actitud y hábitos como levantarse temprano, comer bien o ‘hacks’ para aumentar la positividad y creatividad.
Razones por las que hay que tener cuidado con ellos
Con los coaches de vida el asunto se torna un poco más peligroso. Y es que al vender estabilidad emocional y física, no hay muchas maneras metódicas de comprobar que sus servicios realmente funcionen.
A diferencia de un psicólogo, que cuenta con una preparación académica y profesional basada en el método científico, los coaches de vida trabajan con cierta usurpación de funciones.
Gran parte de los coaches de Internet no son especialistas matriculados en instituciones académicas o con certificaciones apropiadas para ejercer una tarea similar a la de un terapeuta, un preparador físico o un nutriólogo.
Mucho de su contenido se basa en promover culturas de ‘echaleganismo‘ y ‘positivismo tóxico‘. Este tipo de mentalidades asumen que cualquier persona, sin importar su condición socioeconómica o emocional, puede triunfar, con tan solo esfuerzo y un cambio de actitud. Lo cual, en múltiples ocasiones, se ha demostrado que es falso.
Al menos en México y una buena parte de Latinoamérica, la meritocracia o “echaleganismo” no es real. Estudios realizados por diversas universidades, como la de Cambridge, en Reino Unido, han demostrado que son muy pocas las posibilidades de que una persona de bajos recursos mejore su condición socioeconómica con tan solo esfuerzo y buena mentalidad.
Mientras que con los gurus financieros, el mayor riesgo está en su modelo de negocio. Los cursos en línea, monetización y las entradas a sus seminarios o conferencias son, a veces, su mayor fuente de ingresos y no las supuestas empresas o negocios que dicen tener. Así quedó demostrado en la investigación en The New York Times que mencionamos más arriba.
Los gurus financieros o influencer de negocios, como también se les llama en redes sociales, utilizan técnicas de sugestión para hacer que sus ‘alumnos’ o ‘clientes’ sientan la necesidad de seguir pagando por su contenido.
Presumir su estilo de vida y presentarse como un líder los hace ser admirados. De esta manera, crean en la gente que los sigue el deseo de ser como ellos. Incluso, si esto significa hacerle caso a todo lo que digan, sin cuestionarle nada.
En redes sociales hay varios casos de gurus financieros que se han aprovechado de sus audiencias para llevar a cabo prácticas coercitivas, que no es más que aprovecharse de la gente para obtener ganancias.
Uno de los métodos más usados entre los gurus financieros que engañan a sus audiencias para generar dinero es convencerlos de invertir en plataformas no reguladas o ingresar a esquemas piramidales.
¿Por qué caemos una y otra vez?
Las razones por las que millones de personas en el mundo caen en los abusos de gurus y coaches tienen que ver, principalmente, por la facilidad que tienen estos sujetos para reflejar en sí mismos los deseos cumplidos de las víctimas.
Todos sueñan con ser ricos, confiados, líderes y atractivos. La autorrealización es un objetivo que casi todo el mundo busca y los coaches y gurus venden la idea de que ellos son un ejemplo de que sí se puede lograr.
La mayoría de la gente que termina en las prácticas coercitivas buscan soluciones rápidas a sus problemas financieros, personales, físicos y sentimentales. Caen ante el discurso del líder o el experto y anhelan ser como ellos.
Investigaciones realizadas en Europa indican que la figura de un líder resulta, en cierto, grado, ‘seductora’ ante las personas necesitadas de ayuda financiera o emocional, aun cuando puede tratarse solo de ficción:
“Los líderes sectarios tienen un gran ego, presentando rasgos narcisistas de la personalidad. Con personalidad de tipo dominante, fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoide, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente, en un ambiente seductor.
(…) Las biografías de estos líderes están repletas de información sobrevalorada.
Líderes que refieren titulaciones académicas inexistentes, héroes de guerras en las que
ni siquiera combatieron y un sinfín de mentiras basadas en la grandiosidad del líder”.
En el mejor de los casos, las personas que fueron atraídas al negocio coercitivo de los gurus o coaches de vida, pueden llegar a comprender su error y salir a tiempo.
Pero en el peor escenario, se vuelven dependientes del líder, de su grupo, su contenido o sus métodos y esto le trae más problemas con los que llegó en todos los aspectos de su vida.
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