La sextorsión es uno de los delitos más comunes y en mayor crecimiento en el mundo, donde las redes sociales juegan un papel muy importante
El aumento del sexting y de otras prácticas sexuales online, la normalización de las grabaciones de algunas actividades íntimas, las crecientes posibilidades tecnológicas para grabar y difundir imágenes, y las vulnerabilidades de ciberseguridad de los dispositivos móviles favorecen la sextorsión.
Qué es la sextorsión
De acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), la sextorsión supone el chantaje por parte de un ciberdelincuente para que la víctima realice una determinada acción o entregue una cantidad bajo la amenaza de publicar o compartir imágenes íntimas que de ella tiene.
Las causas como las víctimas pueden ser muy variadas, así como los daños que pueden llegar a provocarse.
Consecuencias de la sextorsión
La o las víctimas pueden sufrir varias consecuencias:
- El caso más favorable se da cuando no se acepta el chantaje y el ciberdelincuente no ejecuta su amenaza.
- El peor de los casos ocurre cuando el chantajista cumple con su amenaza. Para la víctima supone una vulneración a su derecho a la intimidad, su derecho al honor y a si propia imagen. Además, se deben enfrentar los efectos colaterales de que esas imágenes puedan afectar otras cuestiones personales.
- Aún cuando quien extorsiona haya cesado en su chantaje, sus efectos pueden perdurar. Tampoco se podrá tener la certeza de que no lo volverá a hacer, pues nunca se le puede desarmar mientras siga conservando la evidencia.
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Las consecuencias pueden ser amplias y variadas dependiendo de la forma, frecuencia y periodicidad en la que se realice la sextorsión. Ésta es muchas veces parte de una estrategia, cuya finalidad última es el “grooming” o el ciberacoso sexual de personas menores de edad.
También es una forma de ciberviolencia de género, la cual se entiende como video grabar, audio grabar, fotografiar o elaborar videos reales o simulados de contenido íntimo de un persona sin su consentimiento o mediante engaño. Exponer, distribuir, difundir, exhibir, reproducir, transmitir, intercambiar y compartir contenido íntimo de una persona sin su consentimiento.
¿Cómo denunciar este delito?
A pesar de que las consecuencias pueden ser muy graves para la víctima, en nuestro país ya existe la Ley Olimpia, la cual castiga con sanciones y cárcel a quien cometa violencia sexual digital. Si eres víctima de sextorsión en la capital, puedes ponerte en contacto con la Unidad de Inteligencia Cibernética de la Policía de Investigación (PDI).
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Este órgano perteneciente la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX), es la encargada de combatir este delito. Puede denunciar al teléfono (55) 520 09 000 o a través de las redes sociales de la Fiscalía, donde te canalizarán al área correspondiente.
https://twitter.com/PDI_FGJCDMX/status/1422935360712200194?s=20
La PDI destacó que la Unidad de Policía Cibernética ha detectado un aumento en la práctica de intercambio de imágenes con contenido sexual, conocido como Sextorsión. “Se considera como explotación sexual cuando el extorsionador chantajea a otra persona a través de material íntimo o sexual”, destaca la FGJ CDMX.
La autoridad subraya que este tipo de prácticas, lleva por objeto intimidar a la víctima para que pague y así evitar la difusión de su imagen. Incluso puede llegar a obligar a la víctima a mantener relaciones sexuales. En gran parte porcentual de estos casos resultan ser la ex parejas o enemigos personales de la víctima, quienes cometen el chantaje.
Esta práctica afecta principalmente a adolescentes y adultos que con frecuencia, ejecutan este tipo de acciones por medios electrónicos. La PDI recomienda evitar compartir imágenes de esta índole por medio de cualquier plataforma de mensajería instantánea y redes sociales.