Todos tenemos a ese familiar que alguna vez nos ha contado que se unió a un modelo de negocio en el que le prometieron buenas ganancias; o el amigo que nos presume sus costosos cursos de coaching y no falta tampoco el conocido que nos intenta convencer de unirnos a su nueva religión o iglesia milagrosa. Todo lo anterior son señales de que quizá cayeron en una secta coercitiva.
La manipulación coercitiva es más común de lo que podemos imaginar. Se trata del uso de técnicas de persuasión y control para atraer a las personas a grupos dirigidos por un líder o una idea que, casi siempre, asegura ser o conocer el camino para solucionar la vida de sus seguidores.
En la mayoría de sectas coercitivas (conocidas en México como grupos o cultos coercitivos), las víctimas suelen terminar con deudas; ya que para mantenerse dentro de esta sociedad son persuadidos por los líderes para hacer gastos, donaciones o inversiones, con la promesa de alcanzar el bienestar financiero, espiritual o emocional.
Tipos de sectas coercitivas
No todas las sectas se pueden catalogar como coercitivas, por ello, expertos las diferencian con el término sectas destructivas, debido a que a las difíciles consecuencias que enfrentan las víctimas que caen en ellas.
Los cultos coercitivos han ganado terreno en los últimos años, incluso algunos son bien vistos en la sociedad y se desarrollan a plena luz pública. De acuerdo con los expertos, este tipo de manipulaciones se pueden encontrar en forma de:
- Iglesias o religiones.
- Coaching de crecimiento personal.
- Negocios/Emprendimientos.
- Asociaciones terapéuticas.
- Grupos o partidos políticos.
De los puntos anteriores, destaca el coaching de crecimiento personal y los negocios/emprendimientos como sectas coercitivas que cada suman nuevos seguidores o víctimas, ya que en gran medida son complementarios entre sí.
Cuando el coaching se convierte en un culto coercitivo
Dentro del fenómeno de los grupos coercitivos, el coaching es de las modalidades más recientes y de las cuales hay mucho debate entre sociedad y autoridades sobre si se trata de un modelo fraudulento o verdadera educación.
Actualmente y en gran medida gracias a la globalización, el Internet y las redes sociales, muchas personas han encontrado en el coaching un esquema de negocio rentable, siempre y cuando logren generar una gran comunidad que lo considere un líder.
El tema del coaching es por sí mismo muy amplio y tiene muchas variantes, pero especialmente es el de crecimiento personal o emprendimiento los que están en el ojo del huracán.
Y es que dentro del coaching empresarial, es común que los líderes pretendan ofrecer contenido o productos que prometen soluciones prácticas para resolver los problemas de sus seguidores.
Por ejemplo, hay coaches que venden libros o cursos en los que aseguran darte las claves para ser un empresario exitoso de la noche a la mañana, siendo su principal activo una serie de consejos basados en el ‘echaleganismo’ o la cultura de la meritocracia.
Lo anterior es, en pocas palabras, la idea de que ‘el pobre es pobre porque quiere’, y parten de la idea de que levantarse temprano o tener una actitud positiva tiene más influencia en el éxito de una persona que las propias condiciones socioeconómicas y geográficas del individuo y su realidad inmediata. En este texto hablamos más sobre este tema.
El coaching empresarial suele tener características coercitivas que lo permiten identificar como una secta destructiva: la figura de un líder que se presenta como el poseedor del conocimiento y digno de admiración, hay técnicas de manipulación, promesas de soluciones inmediatas, venta de productos o contenido para seguir siendo parte de su sociedad y se genera en el seguidor una dependencia que le impide abandonar al grupo.
En países como Argentina, España e incluso en México se han propuesto, a nivel legislativo, iniciativas de ley para prohibir las prácticas coercitivas. Sin embargo, el fenómeno del coaching todavía sigue estudiándose.
¿Por qué caemos una y otra vez en el engaño?
Investigaciones sobre sectas coercitivas señalan que el tipo de técnicas persuasivas usadas para atraer a la gente se basan principalmente en mostrar un grupo cohesionado, exitoso y abierto a cualquiera que quiera ingresar.
Los líderes y su grupo más cercano se muestran exitosos y venden la idea de que todos los miembros de su organización pueden llegar a ser como ellos, si siguen sus enseñanzas o métodos de crecimiento preestablecidos.
Por ejemplo, en un esquema de secta coercitiva de emprendimiento, los nuevos integrantes son atraídos principalmente por amigos o conocidos, quienes les hablan de un modelo de negocio en el que se les promete escalar en el organigrama de manera rápida.
Desde lo alto de las sectas coercitivas, la tarea del líder es mostrar un estilo de vida de lujos que despierta la ambición de sus seguidores, quienes no dudarán en invertir en lo que se les pida para acercarse lo más posible a esa idea de éxito.
Además, en muchos casos, estos ‘emprendimientos milagro’ persuaden a todos los nuevos integrantes a invitar a sus conocidos, con la promesa de que ellos ganarán dinero o subirán de rango por cada nueva persona que se integre al grupo.
Al tratarse de conocidos a los que se les tiene confianza, la gente acepta entrar al grupo y el patrón se repite una y otra vez.
El grupo es la principal herramienta que se usa en las sectas coercitivas para llevar a cabo sus actividades, ya que es su principal fuente de ingreso y también ocupa la tarea de reclutadores.
En el caso de cultos coercitivos de tipo religiosos es todavía más complejo, ya que venden espiritualidad a personas con serios problemas económicos o psicológicos, que no son capaces de detectar que lo están manipulando.
Los líderes de estas religiones o iglesias persuaden a los feligreses de que la paz emocional, la solución de los problemas cotidianos o la salvación del alma se alcanza únicamente con sus enseñanzas y la fe.
Para las víctimas, afectadas por los problemas que los aquejan, estas soluciones son atractivas, porque de inicio solamente invierten tiempo en acudir a alguna misa o plática, pero poco a poco la organización crea métodos para ganar dinero con la fe de sus seguidores, ya sea con una solicitud de donación, entradas para eventos especiales o venta de productos relacionados con su religión.
En muchas ocasiones, aseguran los expertos, cuando una persona se da cuenta de que cayó en una secta destructiva es porque esta le generó una deuda impagable, problemas con su familia, ansiedad por no lograr los objetivos y depresión por haber sido engañado.
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