El phishing es una estafa que consiste en obtener información sobre claves, números de cuenta, tarjetas bancarias, entre otros datos confidenciales para poder usados de forma ilegal.
La persona que realiza phishing trata de suplantar la imagen de una empresa o entidad pública, haciendo uso de algunos sitios supuestamente oficiales, a fin de hacer que sus víctimas proporcionen los datos que ellos necesitan para poder cometer un fraude.
De acuerdo con la Policía Federal de México, estos casos se dan principalmente vía internet. Para que los mensajes que se envían a las víctimas parezcan más reales, los delincuentes incluyen un vínculo falso que aparentemente dirige a un sitio web o ventana que pertenece a la empresa o entidad que suplantan.
Una vez que el usuario está en uno de estos sitios falsos, introduce la información solicitada sin saber que realmente, lo que está haciendo, es transmitir dichos datos al delincuente, quien posteriormente los utilizará para hacer robo de dinero, suplantación de identidad, compras, solicitar créditos, entre otros actos ilegales.
También existen otras formas en que se da el phishing como:
- Mensaje de texto al celular.
- Llamada telefónica.
- Correo electrónico.
Los principales argumentos que contienen estos mensajes suplantadores suelen ser:
- Existe un problema de carácter técnico.
- Dan recomendaciones de seguridad.
- Cambios en la política de uso de algunas cosas.
- Promoción de nuevos productos.
- Premios, regalos o incentivos económicos inesperados.
- Accesos o usos anormales de alguna cuenta.
- Desactivación de un servicio.
- Falsas ofertas de empleo.
Cabe destacar, que los mensajes fraudulentos, generalmente se crean a través de herramientas automáticas que tienen funciones de traducción y diccionario de sinónimos, por lo cual llegan a presentar faltas de ortografía y errores gramaticales.
¿Cómo me protejo?
Algunas recomendaciones que publicó la Policía Federal para evitar ser víctima de este fraude son:
- No responder solicitudes de información personal realizadas por correo electrónico, llamadas telefónicas o mensajes de texto.
- Al visitar un sitio web, teclear directamente la URL y no ingresar por enlaces proporcionados por alguna otra ventana.
- Revisar periódicamente tus cuentas para verificar que no exista un uso irregular en ellas.
- Utilizar un filtro anti- spam.
- No olvidarse que las entidades bancarias no solicitan información confidencial a través de canales no seguros, como el correo electrónico.
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