Una de las escenas icónicas de la película Roma (2018) de Alfonso Cuarón es la que retrata el halconazo.
Lo que ocurrió el 10 de junio de 1971 en el llamado Jueves de Corpus. un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional salieron a las calles en una manifestación pacífica para pronunciarse por la liberación de presos políticos y para solicitar un mayor presupuesto a la educación.
Era la primera gran manifestación después de la matanza del 2 de octubre de 1968, y se llevaría a cabo en las inmediaciones de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, la marcha estaba contemplada para avanzar por la calzada México Tacuba.
Sin embargo, los jóvenes fueron reprimidos nuevamente, en esa ocasión por un grupo paramilitar llamado “Los halcones”, que se dice estuvo formado por jóvenes habitantes de la periferia de la ciudad y militares retirados.
A su paso, los integrantes del grupo golpeaban con violencia a todos los estudiantes que caminaban por la calle, ellos trataban de defenderse del ataque inútilmente. Al final ese ataque que dejó muertos, decenas de desaparecidos y heridos. No hay una cifra oficial, pero se habla de alrededor de 120 personas fallecidas
El último responsable, Luis Echeverría, sigue con vida. Lo exoneraron en 2009 por “falta de pruebas” y jamás se le enjuició por el crimen, pues oficialmente siempre se negó este suceso. Entonces se desligó del evento y únicamente pidió la renuncia del entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez.
Durante años se especuló sobre cuál era el origen del grupo y quién estuvo detrás de su creación, pero hasta ahora no hay responsables claros, aunque se cree que el presidente de entonces Luis Echeverría fue uno de los fundadores del grupo, como una respuesta al clima político de la época.
En el filme Roma, se explica cómo fue el entrenamiento del grupo paramilitar que fue enviado para atacar a los estudiantes.
“Es muy inteligente que la película retrate un momento histórico preciso y nos encuadre ahí, además, a partir de una escena que es aparentemente muy fugaz y que, sin embargo, tiene al personaje, Fermín, el seductor de Cleo, que quizá sea el que tiene el arco dramático más preciso de toda la película. Sus cuatro apariciones nos cuentan qué está pasando y cierran cuando nos damos cuenta de que él es parte de este mecanismo represor estatal hacia los estudiantes que se estaban manifestando,” comentó Roberto Fiesco, especialista en cine de la UNAM, para la gaceta Universitaria.
Los miembros recibían entrenamiento en artes marciales como el Kendo, y aprendieron a utilizar varas de bambú como armas, durante el ataque también usaron armas de fuego.
Hoy, a 48 años de la tragedia se inauguró un memorial para recordar a las víctimas de aquel caso de impunidad.
Además, la Secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero dio un mensaje “Hoy hacemos un reconocimiento a los desaparecidos y a los sobrevivientes de tortura y ejecuciones extrajudiciales en #CircularDeMorelia, sede de la extinta DFS”