Desde 2017, los bancos con sucursales en México tenían la encomienda de implementar medidas de seguridad biométricas para reguardar el dinero de sus clientes y evitar delitos de robo de identidad.
Sin embargo, esta tarea se ha retrasado casi tres años por la falta de una estructura que permitiera almacenar esta información de manera segura y será hasta marzo de este 2020 que todos los bancos estarán obligados a llevarlo a cabo.
Los datos biométricos son aquellas características físicas únicas de la gente que pueden ser codificadas de manera digital, tales como las huellas dactilares, el rostro, el iris del ojo y hasta la red de venas y olores.
Las huellas de los dedos son el biométrico más conocido entre la población, pues es indispensable para obtener una identificación oficial, realizar algunos contratos y hasta desbloquear modelos de teléfonos de última generación.
Si bien, ya hay bancos que solicitan este tipo de datos para abrir cuentas o adquirir un servicio, a partir de marzo serán necesarios para que los clientes puedan hacer retiros de dinero o compras de alto impacto.
Cómo pueden usarse los biométricos
En junio de 2019, la agencia Notimex dio a conocer el caso de Francisco, un hombre de la Ciudad de México acudió en 2017 a un Citibanamex de avenida Insurgentes para solicitar una tarjeta de crédito. Días después del trámite y mucho antes de que su plástico fuera activado, él ya debía más de un millón de pesos.
Se dio cuenta de lo que sucedía cuando a su teléfono le empezaron a llegar mensajes y llamadas de compras exorbitantes que habían hecho con su tarjeta, la cual ni siquiera estaba funcional para esa fecha.
El hombre entró en crisis y llamó al banco para pedir una explicación, pero mientras eso pasaba, le llegó el cargo de compra de tres camionetas. Su deuda ya era de más de un millón de pesos.
A pesar de que el banco fue testigo de que él no pudo hacer las compras, las tiendas y agencias en donde se hicieron las compras no estaban dispuestas a perder su dinero y exigían a Francisco que les pagara por los productos y los autos.
La Condusef ayudó al hombre con los procesos legales, pero el banco no se puso a favor de su cliente y le pidieron empezar a pagar los intereses de sus deudas. Este lío duro dos años hasta que se pudo llegar a una solución entre todos los implicados.
En el proceso, se descubrió que varios delincuentes, que tuvieron acceso a los datos de Francisco, robaron su identidad para hacer las compras.
De haber existido un sistema de autentificación de identidad biométrica, como una huella dactilar o reconocimiento facial para permitir los movimientos y transacciones hechos a su nombre, esto se pudo haber evitado.
De hecho, la Condusef señala que México está entre los 10 países con mayor índice de robo de identidad. Cada día, se identifican decenas de casos y no todos se solucionan como pasó con Francisco, pues los clientes no denuncian y muchas veces se resignan a pagar las deudas, principalmente por desconocimiento y miedo.
¿Los biométricos pueden ser peligrosos?La razón por la que la implementación de medidas biométricas en México se ha ido retrasando, es porque no existía la infraestructura que diera una verdadera garantía de seguridad a los clientes.
Si los datos personales ya habían sido hackeados miles de veces, ¿que podía asegurar que esto no pasaría con la información digital de huellas, voz, ojos y caras?
Todos los bancos que operan en el país tuvieron que llegar a un acuerdo común con el gobierno federal para desarrollar una base de datos única y compartida que evitará que alguien usurpe la identidad de sus clientes.
En una entrevista publicada en el diario El Economista, Alberto Gómez Alcalá, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos de México (ABM), dijo que esta base de datos está muy pronto de ser presentada y que fue necesaria una fuerte inversión para hacerla segura y operante:
“Se hizo una prórroga porque estamos construyendo precisamente lo que es mejor; centralizarlo y que sea una infraestructura disponible para todos (…) yo creo que pronto daremos muy buenas noticias al respecto”, explicó.
Y es que se han dado casos a nivel internacional de robo de datos biométricos y por ello se plantea que esta primera base hecha con la información de los mexicanos no pueda ser comprometida por ataques de hackers.
Un ejemplo de este riesgo ocurrió en 2015, cuando la base de datos de la Oficina de Gestión Personal de Estados Unidos fue atacada por criminales cibernéticos que robaron la información de las huellas dactilares de más de 5 millones de personas.
También, aeropuertos de Europa y Asia, como el de Dubai o Amsterdam utilizan cámaras de detección facial de sus usuarios, medida que ha causado molestia en diferentes sectores por considerarla invasiva, además de que por tratarse en empresas privadas no se sabe con claridad cómo se guardan esos datos.
Aun así, expertos en la materia consideran que el uso de biométricos son la mayor garantía de seguridad en la era moderna. La eficiencia de estas medidas será determinada por el nivel de cifrado y protección que los encargados de protegerlos hagan, en este caso los bancos.
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