Recientemente en el municipio mexiquense de Coacalco se prohibió el uso de caballos, mulas o burros, para la recolección de basura, sistema que funcionó por varios años y que se cambió por un servicio de camiones especializados.
Sin embargo, quienes usaban animales para dicha actividad no han querido acatar la norma y salieron a manifestarse a las calles, bloqueando la Vía López Portillo para exigir al ayuntamiento que les permitan continuar con el método tradicional.
Fue en septiembre cuando el Ayuntamiento anunció que serían incorporados 40 camiones recolectores para sustituir a los más de 200 animales que eran obligados a arrastrar carretas de basura, también se le ofreció a los dueños incorporarse a la flotilla del nuevo servicio.
Así pues, la advertencia fue clara: cualquiera que fuera sorprendido recolectando basura con un burro o caballo, sería despojado del mismo. Esta medida, señaló en su momento el alcalde Darwin Eslava, se tomó porque había muchos grupos que estaban en contra de la explotación animal.
También, Eslava señaló que en Coacalco se tiene registro de siete casos de maltrato a caballos o burros recolectores, llegando al punto en que los animales no pueden levantarse o caminar.
Tras la molestia de lo “burreros”, nombre común que se le da a estos recolectores en carretas tiradas por animales, manifestantes pertenecientes a la Unión de Recolectores de Basura de San Pablo de Las Salinas, encabezados por su líder Celestina Martín Martínez, no han querido acatar la ley, la cual, en palabras de Eslava, no es negociable.
Los recolectores se niegan a participar en la nueva flotilla de camiones, pero argumentan que no están dispuestos a trabajar desde temprano una vez dentro de la plantilla de Servicios Público.
Las facilidades que se les ofrecieron no terminan ahí, incluso se les planteó la opción de continuar con su labor habitual, pero usando una moto en lugar de un animal, tampoco lo aceptaron.
Las autoridades señalan que hubo empresas que se acercaron a los manifestantes para ofrecerles un financiamiento para que adquieran una moto, con un pago diario de 15 pesos.
Los animales rescatados, como se anunció en septiembre, serían llevados a un santuario ubicado en el municipio colindante de Otumba, pues ya existe un acuerdo entre ambos gobiernos para recibirlos ahí.
En 2014, una situación similar se vivió en el municipio de Nezahualcóyotl, donde también los ‘burreros’ eran los encargados de juntar la basura y llevarla a los depósitos.
Más de 500 animales eran empleados en todo el territorio de Neza para esta actividad, pero también ahí se decidió integrar camiones, la transición fue complicada y llevó varios meses erradicar esta práctica.
Sin embargo, en lugares alejados de las zonas urbanas, vecinos afirman que aún es posible encontrarse con carretas tiradas por animales.
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