Valeria Luiselli es una joven escritora y ensayista mexicana (CDMX, 1983) que la mayor parte de su vida ha residido fuera de México. Desde hace varios lustros se estableció en Nueva York, Estados Unidos, donde ha colaborado como traductora en la Corte migratoria de esa ciudad para la defensa de los niños inmigrantes centroamericanos que, durante la administración del presidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), llegaban a esa nación con la esperanza de ser aceptados como refugiados. Esa vivencia laboral la marcó al grado de que su quehacer literario se nutrió de sus experiencias como defensora de los derechos de los inmigrantes.
En su más reciente novela Desierto sonoro (primera edición: 2019, editorial Sexto piso, España; en México cuarta reimpresión, 2023), Valeria Luiselli recupera de manera ficcional y en un estilo literario innovador precisamente el tema migratorio como una problemática de nuestro tiempo y, a la vez, le imprime una visión histórica desde la perspectiva de la población infantil afectada. ¿Cómo hizo posible este relato la autora? A través de cuatro personajes centrales: dos adultos que son pareja y sus respectivos hijos, un niño de diez años y una niña de cinco, quienes como familia emprenden un viaje en auto, desde Nueva York hacia el viejo Oeste y hasta al corazón de la “apachería”, en las montañas de Chiricahua, en Arizona, donde vivieron los últimos pueblos libres de Estados Unidos, antes de la llegada de los europeos que conquistaron el continente americano.
A medida que avanza la novela, l@s lectores de Desierto sonoro logran percibir la complejidad que encierra la migración infantil catalogada como ilegal, puesto que página tras página la autora la hace presente en los diálogos que los personajes papás establecen con sus hijos y que éstos, a su vez, están recreados con mucha viveza a través de un lenguaje y una inocencia propia de su edad. Y para muestra un botón. Cuando la niña, desde el asiento trasero del auto, le pregunta a su mamá “¿qué significa “refugiado”? y ella como adulta que es reflexiona antes de contestar: “es alguien que ya llegó a algún lugar, a un país extranjero, pero debe esperar un tiempo indefinido antes de llegar del todo. Los refugiados esperan en centros de detención, (…) hacen largas filas en espera de comida, de una cama donde dormir; esperan con la mano levantada para pregunta si pueden usar el baño. Esperan para que los dejen salir, esperan para hacer una llamada telefónica, esperan a que alguien los reclame o vengan a buscarlos. (…) Supongo que podría decirle a mi hija: un refugiado es alguien que espera.”
La estructura de Desierto sonoro está planteada en cuatro partes cuyo desglose resulta de lo más atípico, puesto que cada sección alude a alguna de las siete cajas que caben en la cajuela del auto en el que la familia se traslada por el territorio estadounidense. A esta lógica viajera también responden los subtítulos de la novela, que en la primera parte son: Desplazamientos; Raíces y Rutas; Indocumentados; Desaparecidos; y Expulsiones. Ya en la segunda parte, los subtítulos del escrito cambiaban a: Archivo de ecos; Deportaciones; Mapas y cajas; Divisoria continental y Perdidos. La tercera parte se integra con los subtítulos de: Valles de polvo; Corazón de la luz y Sueña caballos. La cuarta y última parte del texto comprende dos subtítulos: Huellas y Documento.
Un recurso literario que llama la atención de esta novela es el cambio de narrador que Valeria Luiselli hace a mitad de la historia, de tal forma que las dos primeras partes de la obra están expuestas desde la visión de la madre, mientras que las dos últimas son relatadas por el niño. En la trama de Desierto sonoro esta variación cobra mayor relevancia debido a que, precisamente a partir de que el niño asume la narración en primera persona, los personajes infantiles de la novela (él y su hermana) tienen mayor notoriedad y el relato da un giro melodramático en función de las acciones de estos pequeños.
“Este es el último trozo de grabación que te hago, Memphis —afirma el niño—, porque aquí es donde termina la historia. (…) Después de que mamá y papá nos encontraron en Echo Canyon, llegaron un montón de guardabosques con cobijas de astronautas para cubrirnos a ambos, y nos trajeron jugo de manzana y barras de granola, y nos llevaron cargando al otro lado del cañón.”
Para reforzar la perspectiva histórica del tema migratorio y el interés de la autora en focalizar la óptica infantil de esta problemática, Luiselli se apoya en el texto Elegías para los niños perdidos, de la escritora Ella Camposanto (1928-2014) —cuyo original fue traducido del italiano al español por el escritor mexicano Sergio Pitol—, que hace referencia a la histórica “Cruzada de los Niños” en la que decenas de miles de menores viajaron solos a través de Europa en el siglo XIII, según refiere la propia novelista.
Desde distintos puntos de vista Desierto sonoro resulta una novela innovadora e interesante, por lo que en el mundo de la crítica literaria ha tenido muy buena acogida. En el año 2021 fue ganadora del Premio Literario de Dublín, y en 2022 Valeria Luiselli recibió el Premio de la Feria Internacional del Estado de México. Anteriormente, la escritora fue reconocida con el Premio Metrópolis Azul por su novela La historia de mis dientes (2013). Otros galardones importantes recibidos por la autora y ensayista son Los Ángeles Times Book; American Book Awards y el Premio Fernanda Pivano 2020.
En alguna ocasión, y a propósito de su estilo literario, de la forma de entender el proceso creativo, Valeria Luiselli afirmó que para ella es muy relevante el cómo transformar un archivo informativo en algo que sea “parcialmente ficcional (…) en donde haya una postura ética y política clara [de la escritora], en donde la intersección entre las posturas estéticas y políticas, y las aspiraciones estéticas sea una intersección clara. (…) Y me interesa también la relación del proceso y el resultado final, de manera que el resultado final esté lleno de huellas del proceso ficcionador, (…) entre otras cosas porque creo que es una manera para que una mente de un lector, de una lectora, que entra en diálogo con ese libro pueda entrar en un diálogo mucho más lleno de vitalidad y de tensiones.” (https://www.youtube.com/watch?v=e0OmgTT9vbU)
Esta forma de concebir la recreación literaria se plasma con nitidez a lo largo de Desierto sonoro, novela que originalmente fue escrita en inglés, que posteriormente tuvo una versión traducida al español a cargo de Daniel Saldaña París, la cual fue revisada y trabajada por la propia autora. Esta nueva mirada dio lugar a “dos versiones de lo mismo. Son dos originales”, de acuerdo con la propia Valeria Luiselli. Lo que nos consta es que la versión en español resulta de lo más recomendable. @NohemyGarcaDual
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