Sin importar los resultados de las elecciones de junio de 2024 o los votos que el PRI pueda conseguir en las casillas para sus candidatos y alianzas, Alejandro Alito Moreno, dirigente nacional de ese partido, ya tiene prácticamente asegurado un lugar en el Senado, lo que le dará seis años de fuero constitucional.
Lo mismo ocurre con Marko Cortés y Jesús Zambrano, dirigentes nacionales del PAN y PRD, que junto a Alito Moreno, tienen su lugar asegurado en el legislativo, debido a que se colocaron al inicio de las listas de plurinominales de sus partidos.
Los tres dirigentes habían prometido que su alianza para impulsar la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez iba a tener un enfoque ciudadano, pero las listas de plurinominales del PRI, PAN y PRD no reflejan eso; pues comenzando con ellos, todos los elegidos son políticos con varios escándalos detrás, siendo precisamente Alito Moreno uno de los más polémicos.
Alito Moreno: El primer gran ganador de 2024
Alito Moreno encabeza la lista de candidatos plurinominales del PRI al Senado de la República. Es decir, ni siquiera tendrá que salir a pedir el voto de los ciudadanos o hacer campaña. Su silla está asegurada pase lo que pase. A esto se le conoce formalmente como elección por representación proporcional y es una figura creada para ayudar a que el poder legislativo no se concentre en militantes de un sólo partido y así dar participación a las minorías.
En segundo lugar, está Carolina Viggiano, diputada y mano derecha de Alejandro Moreno en la dirigencia del PRI. Sin su apoyo, él no seguiría al frente del partido.
Y es que hace menos de dos años, la carrera política de Alito Moreno cambió por completo. Además de ser el líder del PRI, se perfiló como una de las cartas fuertes del partido para buscar la candidatura presidencial de 2024.
Como dirigente del PRI, él tomó el protagonismo de las acciones de ese instituto. Se convirtió en la imagen del mismo e incluso su rostro y voz se promocionaron en la mayoría de los mensajes institucionales, redes sociales, propaganda y eventos del partido.
En cualquier evento en el que se presentaba, había una batucada lista para recibirlo con cánticos y gritos de “presidente”, no importaba si era un mitin general del PRI o uno de apoyo a algún candidato, él solía colocarse a sí mismo como el centro de atención.
A partir de 2021, las cosas para Alito Moreno se complicaron. Enfrentaba acusaciones por corrupción durante su gobierno en Campeche; se le cuestionó duramente por el crecimiento de su patrimonio y enriquecimiento; sus decisiones al frente del PRI causaron rupturas en el partido y era constantemente criticado, y exhibido, por Layda Sansores.
Los escándalos revelados semana con semana mermaron su imagen pública y causaron divisiones al interior del PRI, pues un sector del partido lo quería fuera y lo acusó de acaparar el poder y funciones que no le correspondían.
Sus intenciones de ser candidato presidencial del PRI se diluyeron rápidamente y hasta exdirigentes del partido lo llamaron a una reunión privada y le plantearon de manera muy seria que presentara su renuncia.
Militantes del PRI y sus aliados del PAN y PRD lo llamaron traidor por no haber respetado algunos acuerdos en el legislativo y hasta lo acusaron de haber negociado su indulgencia con el gobierno de López Obrador.
Pero Alito Moreno resistió. Incluso, encontró la manera de alargar su periodo al frente del PRI, de evitar que lo exhibieran todavía más en el llamado “Martes del Jaguar”, y hasta logró colocar a varios de los candidatos de su partido entre los abanderados en su alianza con el PAN y PRD.
Evadió todas las acusaciones en su contra. Mantuvo la alianza con el PAN y PRD después de “traicionarlos” y se “deshizo” del bloque priísta que lo quería fuera del partido. Para él y su futuro político, todas esas acciones representan victorias.
En 2024, si no hay algún cambio extraño de último momento, Alito Moreno ya triunfó. No importa lo que pase, él va a llegar al Senado y con ello se gana seis años de inmunidad ante cualquier acusación legal que se haga en su contra y con la opción de buscar una reelección en el futuro.
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