El pasado16 de enero murió José Agustín Ramírez Gómez, más conocido como José Agustín (1944-2024), uno de los escritores más representativos de la literatura de “La Onda”, esto es, la narrativa mexicana de los años sesenta del siglo XX caracterizada por historias protagonizadas por adolescentes de clase media y media alta, que viven en zonas urbanas y que su mundo gira en torno a la música de rock, el alcohol, los cafés y el sexo.
La literatura de “La Onda”, nombrada así por Margo Glantz, inauguró un nuevo estilo de escritura que recupera el lenguaje coloquial y desenfadado de los jóvenes y, con ello, la forma de ver el mundo de esa generación de jóvenes sesenteros, su comportamiento irreverente y desenfadado, así como sus preocupaciones y críticas sobre todo aquello que no les gustaba de lo que veían y vivían en su entorno cotidiano. La manera de hablar de la juventud ondera se convirtió en un estilo literario que dio voz a quienes hasta entonces no la tenían en los espacios culturales nacionales e internacionales.
José Agustín siempre se inconformó con esta denominación que consideraba “reduccionista y folclorizante”, no obstante, con el tiempo la literatura de La Onda se institucionalizó como un estilo literario y, a la vez, como un movimiento de trasgresión cultural que recrea, desde la perspectiva de los jóvenes, el México de los años sesenta. El país dejaba de ser predominantemente rural y nacionalista, para dar paso a la constitución de urbes cosmopolitas de la capital del país o del puerto de Acapulco, por mencionar los ejemplos más significativos de este cambio demográfico con profundas repercusiones civilizatorias.
De acuerdo con la crítica especializada, La tumba (1964), primera novela de José Agustín, escrita a los dieciséis años de edad, es el texto con el que se inaugura la literatura llamada de La Onda. Se trata de una historia escrita en escasas cien páginas, protagonizada por Gabriel, un adolescente preparatoriano, de familia de clase media alta, que vive en la Ciudad de México y cuya vida transcurre entre amigas, fiestas, la escuela y sus intereses literarios por ser escritor. El relato es lineal, sin complicaciones en el manejo de los tiempos narrativos, pero lo novedoso está en el uso del lenguaje con el que el autor nos transmite la forma de pensar y de vivir de su personaje central.
La historia inicia con este párrafo en voz interior de Gabriel: “Miré hacia el techo: un color liso, azul claro. Mi cuerpo se revolvía bajo las sábanas. Lindo modo de despertar, pensé, viendo el techo azul.” Páginas más adelante, el escritor recrea un diálogo cotidiano que da cuenta del tipo de vida que lleva el joven Gabriel: “salimos de la Arena México y fuimos al Pedregal. Fiesta del senador Robatealgo. Nos miraron escandalizados porque éramos los primeros en llegar y no vestíamos adecuadamente: Laura, pantalones; yo, levis y chamarra de gamuza”.
Otro párrafo que ilustra con mucha claridad las temáticas y estilo desenfadado propio de la literatura de La Onda, y que en su momento resultaron inéditos es el siguiente: “Estuvimos en un cafetín hasta las ocho y entonces partimos a mi casa… Llegaron unos compañeros de la escuela con sus parejas cuando la orquesta atacaba un rocanrol. Mis amigos aullaron de alegría y empezaron las hostilidades, bailándolo. Tal parece que el rock fue grito de guerra, pues empezaron a llover invitados en busca de jaiboles. Mi madre no estaba y lo extraño es que papá estuviese.”
Quizá en retrospectiva, y a sesenta años de la publicación de La tumba no nos parezca una historia tan original ni tan irreverente o de ruptura con el statu quo; sin embargo, puesta en su contexto histórico nos da luz respecto a la formalidad que predominaba en los círculos culturales del país. Así lo aseguran diversos críticos y estudiosos del tema como Ignacio Trejo Fuentes, miembro de la Academia de Literatura de la UAM-Azcapotzalco.
“¿Qué onda, cuál es la onda, estás fuera de onda, agarra la onda, ¡qué ondón!, etcétera, eran expresiones para referirse a cierta pertenencia a un estatus determinado, a algún estado de ánimo, (…) a la comunión de idea y actitudes de toda una generación. Así el término onda define —aunque siga disgustando a los autores involucrados— con claridad la identidad de esos escritores y de sus personajes. Pero la onda va más allá del cliché idiomático, conlleva connotaciones de mayor envergadura pues retrata gran parte de los modos de vida, inquietudes y propósitos de los jóvenes sesenteros… Un mérito enorme de [ José] Agustín, [Gustavo] Sáinz y [Parménides] García Saldaña fue rescatar de la intrascendencia a los adolescentes y llevarlos a un primer plano, a volverlos personajes centrales llenos de vitalidad.” (http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/1591)
José Agustín estudió Letras Clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, además de Dirección en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) también de la UNAM, por lo que esta institución anunció que en el transcurso del año organizará diversos homenajes póstumos para recordar la obra de este gran escritor, dramaturgo, director de cine y especialista musical. Las sedes anunciadas son La Casa Universitaria del Libro, la Casa del Lago y el Museo del Chopo.
La obra escrita por José Agustín fue amplia y abarcó diversos géneros literarios y disciplinas artísticas como la cinematografía y la dramaturgia, además de la literaria propiamente dicha. Obtuvo diversos premios y distinciones entre los que destacan varias Becas de estancia en universidades de los Estados Unidos Americanos, el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón 1993 por su obra de teatro Círculo vicioso y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura en 2011, entre otros.
La lectura de La tumba resulta una buena propuesta para aquellos interesados en adentrarse, por primera vez, en la obra y estilo de José Agustín y de la literatura de La Onda de la que fue pionero. Las ediciones y reimpresiones de esta novela corta son múltiples, e incluso se puede tener acceso a ella gratuitamente en Internet (https://www.udocz.com/apuntes/554285/la-tumba-jose-agustin-libro-completo-en-pdf). Otros libros de este autor también muy recomendables son las novelas De perfil (1966) y Vida con mi viuda (2004); así como la crónica en tres partes Tragicomedia mexicana. La vida en México 1940-1970; 1970-1982 y 1982-1994. @NohemyGarcaDual
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