Las rapiñas son comunes en situaciones de desastres naturales y disturbios sociales que ocurren en México. En medio del desastre causado por el huracán Otis, en el estado de Guerrero, las imágenes de personas saqueando tiendas y robando artículos como pantallas de televisión, refrigeradores o consolas de videojuegos dieron la vuelta al mundo en medios internacionales.
Por ejemplo, France 24 publicó en su cobertura de Otis la siguiente noticia: “Armados con machetes y bates de béisbol, algunos residentes de la ciudad costera de Acapulco, en México, devastada por un huracán, protegen sus vecindarios de los saqueadores que ya han vaciado los supermercados”. Mientras que Reuters tituló una de sus notas “Acapulco asolado por saqueos tras huracán Otis”. Por su parte, BBC News publicó: “Huracán Otis: tropas mexicanas enfrentan saqueos en la devastada Acapulco”.
Sin embargo, los actos de rapiña después de desastres naturales no son exclusivos de México. Han sucedido en otras partes del mundo desde hace décadas, pero son pocos los casos en los que se reportan robos de artículos que no son de primera necesidad, como ocurrió en Acapulco.
Saqueos tras desastres: comunes en todo el mundo
En los últimos años, en desastres ocurridos en Estados Unidos, Puerto Rico, Haiti, Turquía y Japón, se han reportado saqueos y rapiñas, aunque en la mayoría de los casos los robos involucran productos como agua embotellada, alimentos enlatados, papel higiénico, pañales, medicamentos, dinero de cajeros automáticos y ropa.
El tratamiento que la prensa internacional da a la cobertura de los saqueos varía en cada país. Mientras que en Japón suelen ser minimizados y se habla de una falta al “honor de las familias”; en países como Puerto Rico o Filipinas se destaca la violencia con la que ocurren.
Por ejemplo, en Japón, en el 2011, durante el terremoto y los tsunamis, parte de la población afectada robó alimento e insumos básicos de almacenes y tiendas de conveniencia, una vez que las aguas retrocedieron.
Un artículo de The Wall Street Jorunal indica que los saqueos en Japón comenzaron hasta 10 días después de terremoto y que estos se limitaron a tiendas y almacenes de víveres. “La mayoría de los incidentes de saqueo parecen tener como objetivo necesidades escasas después del desastre, como alimentos y gasolina, más que bienes duraderos”, señala el texto.
En Puerto Rico tras el huracán María de 2017. Debido a la crisis económica que atravesaba el gobierno, la respuesta de la autoridad fue lenta y esto derivó en episodios de delincuencia a los pocos días del incidente. La prensa internacional reportó saqueos a las pocas tiendas que quedaron en pie, robos a las casas y varios homicidios.
Mientras que en el 2013, en Filipinas, el tifón Haiyan azotó al país y dejó un saldo de más de 6 mil muertos. En las zonas afectadas, los sobrevivientes no tenían alimento ni agua disponible. “Algunas zonas parecían tambalearse al borde de la anarquía en medio de saqueos generalizados de tiendas y almacenes en busca de alimentos, agua y suministros”, publicaba Reuters al respecto.
La situación en Filipinas escaló al grado de que los damnificados se enfrentaron contra el ejército y otros sobrevivientes para buscar qué comer. En medio del caos reportado, se destacó que al menos ocho personas murieron aplastadas en un saqueo a un almacén de arroz.
Los saqueos en Estados Unidos también se hicieron presentes en cada desastre natural reportado en los últimos 10 años. El tratamiento que se le da a estas noticias está más enfocado en advertir a los saqueadores que la Ley no puede romperse en situaciones de emergencia.
Por ejemplo, en 2012, cerca de 20 personas fueron arrestadas tras los primeros días del impacto del huracán Sandy en Nueva Jersey por este tipo de delito. Los saqueadores detenidos no buscaban alimento para sobrevivir o medicamentos para entregar a la gente necesitada. Atracaron directamente en locales de automóviles en renta, máquinas recreativas, tiendas de ropa, licorerías y tiendas de electrónica.
Varios museos contrataron guardias de seguridad privados para prevenir el saqueo de sus galerías y la policía local redobló la vigilancia. El entonces fiscal de distrito de Queens, Richard Brown lanzó una dura advertencia los saqueadores: “Quiero dejar claro que mi oficina perseguirá enérgicamente tales actos ilegales y que buscaremos el castigo adecuado”.
En 2017, en el contexto del huracán Irma, casi 30 personas fueron arrestadas en Florida por actos de saqueo, la policía local de Miami y la estatal lanzaron varias advertencias en redes sociales y medios de comunicación difundieron videos de saqueadores captados por cámaras de seguridad y cómo algunos fueron detenidos.
“ATENCIÓN SAQUEADORES; Cada incidente será investigado. Las pruebas recopiladas se utilizarán para presentar cargos después del hecho”, tuiteó la policía de Miamia; mientras que medios como CBC News publicaban notas sobre saqueadores que fueron arrestados por robar tenis de marca.
El caso mexicano y Acapulco
Estudios elaborados en Estados Unidos indican que en situaciones de desastres naturales se generan dos fenómenos sociales. El primero en surgir es una fuerte solidaridad comunitaria con la que se crean casi de forma espontánea redes de ayuda entre las poblaciones afectadas durante las primeras horas o días tras en incidente.
En segundo lugar, y si la situación de emergencia se prolonga por varios días y las acciones de respuesta no son suficientes, aparecen los actos de delincuencia, como los robos, los saqueos y las invasiones a la propiedad privada.
Sin embargo, en Acapulco, los videos de rapiña y saqueo en tiendas como Walmart, Costco o Elektra fueron de los primeros en circular en redes sociales una vez que las comunicaciones se restablecieron. Las imágenes de personas cargando televisores y otros aparatos no indispensables causaron debate entre internautas y llegaron a la prensa internacional.
En una columna, el periodista Héctor de Mauleón afirma que los saqueos fueron coordinados directamente por grupos del crimen organizado, quienes convocaron a transportistas y comerciantes a atracar tiendas departamentales, gasolineras y bancos.
Incluso, señala que células delictivas, como el Cártel Independiente de Acapulco y Los Rusos, comenzaron a invadir departamentos en desarrollos exclusivos de la zona diamante, aprovechando que los dueños los habían dejado y no había vigilancia.
En el Código Penal Federal, los actos de saqueo durante una emergencia por desastre natural no están contempladas como un delito, aunque sí cuando ocurran durante un disturbio social. Este tipo de incidentes, en caso de que alguien sea detenido por ellos, se juzgan como robo e invasión de la propiedad privada.
A comparación, en Estados Unidos, además de ser considerado como robo, los saqueos en desastres naturales sí se contemplan como una agravante más, por lo que las sanciones pueden aumentar. Incluso, está castigado el saqueo o robo por “hallazgo”, que significa hurtar las posesiones de una casa o negocio que fue abandonado por sus dueños en medio de una emergencia natural.
Te puede interesar: