Hoy en día el tema de la migración humana se ha convertido en una problemática mundial que involucra a naciones pobres (expulsoras) y ricas (destinos atrayentes) entre las que se generan flujos masivos de personas de diversas edades que buscan mejores condiciones de vida a las de sus lugares de origen. Esta situación social no ha sido indiferente para la cinematografía nacional e internacional, que se ha ocupado del tema produciendo filmes de gran calidad. Es el caso de la película La gran seducción (México, 2023) del director Celso García, recién estrena en una conocida plataforma digital.
Se trata de una comedia muy bien lograda, que aborda la historia de una comunidad rural de apenas 120 personas, cuyos habitantes se unen para concretar una alternativa económica que arraigue a sus pobladores con la creación de nuevas fuentes de empleo. Con esta idea en mente, y por el amor que le tienen a la tierra en la que han crecido, Germán y otros lugareños se organizan para lograr algo que parecía imposible: encontrar un médico que quiera quedarse en Santa María del Mar —de una entidad no identificada del país, pero con características propias de la zona centro o del sureste—, requisito que necesitan cubrir para instalar una empacadora de pescado. Si bien esta condición no es la única que precisan cumplir, sí es la más difícil de lograr y es el argumento central alrededor del que se desarrolla el filme.
Como bien lo anuncia el título del largometraje —La gran seducción—, los pobladores de Santa María del Mar unen sus fuerzas, ingenio y acciones para persuadir al doctor Mateo, procedente de un prestigioso hospital privado de la Ciudad de México, a que se quede en el pueblo más allá del mes de castigo que debe cumplir. Este propósito da pie a una serie de divertidas peripecias e incidentes que deben superar para que el médico se “enamore” de este lugar, pues la única verdad para todos es que sin doctor no hay futuro para el pueblo.
Uno de los mayores aciertos del filme La gran seducción es su reparto, en el que se logra un equilibrio entre jóvenes actores e intérpretes consagrados, pero unos y otros de reconocida calidad histriónica. Es el caso de Guillermo Vargas —también actor de la reciente cinta mexicana El último vagón— quien encarna a Germán, personaje principal de la historia, oriundo de Santa María del Mar, que ama su terruño y por nada del mundo quiere salir de ahí, aunque uno de sus hermanos haya emigrado a los Estados Unidos en busca de trabajo, y su novia se haya ido a la Ciudad de México por las mismas razones. En este contexto, Germán se empeña en buscar opciones que hagan regresar a sus seres queridos y, al mismo tiempo, arraiguen a los que siguen ahí, como él mismo.
El reparto se complementa con las participaciones coestelares de Yalitza Aparicio, conocida por su actuación en Roma, que la llevó a ser nominada al Óscar; la actriz Mercedes Hernández, ganadora de un Ariel por su papel en la película mexicana Sin señas particulares; además del actor Pierre Louis, que personifica al doctor Mateo Suárez; y la espléndida actuación de Eligio Méndez, que interpreta a un simpático anciano del pueblo. Mención especial merece el trabajo de Julio Casado y de Héctor Jiménez, quienes logran brillar con sus peculiares personajes de pueblo.
Todos ellos conforman la cabeza del pueblo que se mueve como si fuera una sola persona para lograr su objetivo de darles nuevas opciones laborales a sus habitantes y, de esta forma, darle vida a la comunidad con la instalación de una empacadora de pescado. Para ello deben superar diversos obstáculos, como conseguir que les autoricen un crédito bancario y lidiar con la burocracia y las corruptelas de los gestores que tienen en sus manos la instalación de la empresa.
Celso García, director de La gran seducción, es egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores del Occidente (ITESO) de Guadalajara; su ópera prima La delgada línea amarilla (2015) contó con el apoyo de Guillermo del Toro y recibió múltiples premios en diversos festivales internacionales. Respecto al tipo de cine que hace, afirma: “a mí me gusta contar historias que enaltecen al ser humano, que tienen un mensaje al final de que las cosas siempre pueden ser mejor”. En este sentido, La gran seducción —con locaciones en “El cerrillo” en Valle de Bravo y Villa Victoria, ambas en el Estado de México— es una historia muy mexicana, pero también muy universal, y nos viene en un momento muy bueno para México. Nos hace ver el valor de estar unidos.”
Cabe señalar que la versión original de La grande séduction data de 2003, es de Jean-Francois Pouliot, que en 2013 tiene una adaptación en Canadá. Asimismo, cuenta con otra versión francesa (Un village presque parfait) de 2014 y otra en Italia (Un paese quasi perfetto) de 2016. La versión mexicana de esta historia tiene un buen trabajo de adaptación a la realidad nacional, mérito del director Celso García y de Luciana Herrera, quienes escribieron en colaboración el guión cinematográfico.
La gran seducción es una entretenida película que, además de contar con una interesante selección musical de rock en español, como el tema “Antes de que nos olviden”, cedido en exclusivo por el grupo mexicano Caifanes para este largometraje, también invita a la solidaridad, al amor a la tierra que nos vio nacer y, finalmente, a que nosotros el público amante del séptimo arte, apoyemos el cine mexicano actual que está pasando por un buen momento. @NohemyGarcaDual
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