Bibiana Carrillo y Juan Jaime Hernández son una pareja de Cuajimalpa que por muchos años trataron de tener un hijo, pero ella no pudo concebir de manera natural ni por vía artificial.
Desilusionados, abandonaron la idea y se dedicaron a seguir siendo felices como pareja y sus respectiva carreras, pero siempre quedó en Bibi la inquietud de ser madre.
Pensaron en la adopción también, pero su primer experiencia no llegó a buen camino. Una mujer le informó que había una niña que necesitaba un hogar, pero era ya casi una adolescente y aún vivía con su madre biológica en una situación de violencia.
La niña llamaba Vale y aunque llegaron a convivir con ella y hasta apoyarla para que no abandonara la escuela, cuando quisieron iniciar los trámites ella decidió quedarse con su mamá, a pesar de todo el maltrato que recibía.
La pareja quedó muy lastimada, pues creían que algo hicieron mal para que Vale no aceptara estar con ellos, aún con todo el amor y apoyo que le ofrecieron.
Entonces cerraron el ciclo y se olvidaron de su sueño de ser padres. Retomaron su vida y siguieron su camino. No tenían la fuerza para seguir intentando después de esta decepción.
Pero en 2016, mucho tiempo después de lo ocurrido con Vale, una persona cercana a ellos anunció a la familia que estaba embarazada, pero que no quería tener al bebé, su idea era abortar lo antes posible.
A Bibiana le dio mucha tristeza y pensó que ella y Juan Jaime podían hacerse cargo del bebé y sin dudarlo comunicó la idea a las personas que estaban presentes durante el anuncio. Todos ahí estuvieron de acuerdo.
Pero Juan Jaime no estuvo en esa reunión y fue el último en enterarse, al principio dudó, sabiendo lo difícil que había sido para ellos lo que pasó con su primer intento de adopción, pero al final, aceptó y dio todo su apoyo a Bibiana, sabiendo que era el mayor anhelo de su vida.
De esta forma, las parejas dialogaron los términos y llegaron a un acuerdo, pero Juan Jaime fue firme en que todo debía hacerse legalmente y buscaron orientación de un abogado y una juez de la alcaldía para saber qué trámites debían hacer.
“A través de una amiga que nos contactó con una juez de aquí de Cuajimalpa y ella a su vez nos contactó con un abogado, la verdad que por parte de nosotros y del abogado todo empezó muy rápido”, explicó Juan Jaime.
En octubre de 2017 nació la bebé, fue una niña a la que llamaron Emilia, después de pasar un periodo con su madre biológica para que fuera amamantada, se les entregó a Juan Jaime y Bibiana, quienes se hicieron responsables de los gastos de la menor.
Así empezó una nueva etapa en su vida y juntos formaron la familia que tanto anhelaban, cumpliendo el sueño de Bibi y salvando la vida de Emilia, que estuvo a nada de ser abortada.
Pero a pesar de la felicidad que los rodeaba, debían empezar los trámites para obtener la custodia definitiva de la niña, así que siguieron adelante con el proceso.
Juan Jaime dijo que cuando comenzaron los trámites con el DIF les hicieron exámenes psicológicos y socioeconómicos, pero que la experiencia no fue buena, porque ellos eran los que tenían que llamar a las oficinas para que les dieran una cita, ya que los trabajadores dejaban pasar los meses y simplemente no los contactaban.
“Una ocasión no terminamos un examen en el DIF porque había una fuga de gas y tuvimos que salirnos. Pensamos que nos iban a llamar a la siguiente semana, pero no. Pasaron cuatro o cinco meses y nos volvieron a hablar, pero porque nosotros estábamos insistiendo”.
De acuerdo con el DIF de la Ciudad de México, el tiempo estimado para el trámite de adopción es de seis meses, eso dicen las autoridades. Pero en la práctica hay personas que tardan años y sus casos no se resuelven.
“Tenemos un conocido que trabaja en una casa hogar y nos dice que hay un niño que los padres adoptivos lo conocieron cuando tenía dos años, pero ahorita el niño ya tiene ocho y no han podido terminar con el trámite”, dice Juan Jaime.
Y esque para adoptar a un niño que vive en una casa hogar es necesario que las autoridades lo ‘liberen’ de sus padres adoptivos, debido a que la mayoría no son huérfanos, de acuerdo con Unicef.
Este proceso puede tardar demasiados años y los interesados en adoptar al niño se frustran por todos los baches burocráticos y abandonan el proceso.
También hay veces en lo el DIF no les da alguna razón clara y no les permiten adoptar, en otros casos incluso simplemente alargan los trámites y dejan pasar los meses sin dar alguna novedad, como ocurrió con Juan Jaime y Bibiana.
Ellos han vivido con Emilia por dos años y le han dado el hogar que necesitaba, el DIF ya los evaluó y los calificó como aptos para adoptar a la niña, pero no les ha entregado la constancia definitiva.
“Tenemos a la niña, está con nosotros, vive con nosotros. Ha sido muy engorroso porque parece que las autoridades no quieren que pasen este tipo de cosas (adopciones)”.
En esta espera Juan Jaime falleció. Fue en septiembre de 2019, a pocos días de que Emilia cumpliera dos años. Tuvo un derrame cerebral repentino en su casa.
Él se fue pensando en que faltaba poco para que el DIF le diera la respuesta que tanto esperaba: “a pesar de esta situación, creo que un padre no es el que engendra, sino el que da amor y cariño y las posibilidades para que se desarrollen los niños, sí ha sido muy difícil, pero confiamos en que se resuelva”.
A casi dos meses de su muerte, Bibiana no piensa darse por vencida y sigue en el camino para que el DIF ya le de el documento que le hace falta para ser la madre adoptiva de Emilia de forma oficial.
Pero, las cosas siguen igual, a pesar de que la evaluación resultó exitosa y hay un acuerdo entre las familias involucradas, además de que, cuando Jaime vivía, asistieron a los cursos y todo está en regla, el DIF CDMX aún la mantiene en incertidumbre.
Con información de El Universal y Canal 40