PARÍS/MIAMI – El 29 de julio se cumple un año de la detención del periodista guatemalteco José Rubén Zamora. Fundador y director del diario elPeriódico, Zamora ha dedicado varias décadas a destapar la corrupción política antes de ser detenido, acusado de blanqueo de dinero. En junio fue condenado a seis años de prisión, pero se espera que la fiscalía, que insiste en una pena de 40 años, recurra. Según los fiscales, la pena más dura compensaría a aquellos cuyo “nombre y reputación” se han visto empañados por Zamora y su publicación. Su verdadero objetivo es disuadir a otros periodistas de seguir los pasos de Zamora.
La fiscalía alegó que Zamora intentó blanquear el equivalente a 38.000 dólares, una donación que recibió para mantener a flote elPeriódico. El periódico, que Zamora fundó en 1996, se vio obligado a cerrar en mayo tras soportar casi dos décadas de amenazas, intimidaciones, procesos judiciales arbitrarios y ciberataques. Además de Zamora, nueve periodistas asociados al diario han sido acusados de obstrucción a la justicia. Temiendo por su seguridad, la mayoría de ellos han huido del país. También han detenido a dos abogados de Zamora, acusados de presentar pruebas falsas.
Cuando en mayo de 2008 unos representantes de Reporteros sin Fronteras (RSF) consiguieron visitar a Zamora en la cárcel, el editor, de 66 años de edad, parecía física y psicológicamente frágil. Ha perdido 16 kilos por estar confinado en una celda de diez metros cuadrados, completamente aislado y con una sola hora de luz al día. Tras soportar varios episodios de tortura física y psicológica, que van desde la privación de sueño hasta una plaga de insectos en su celda, sólo confiaba en la comida que le traía su familia durante los días de visita, que guardaba en una nevera. Pero la esposa y los hijos de Zamora, temiendo una posible detención, han huido desde entonces de Guatemala.
Los periodistas de Guatemala llevan años trabajando en un entorno cada vez más hostil y violento, en el que reporteros y medios de comunicación -especialmente los que investigan la corrupción política- sufren acoso e intimidación de forma habitual. Antes de su detención en julio de 2022, Zamora se enfrentó a numerosas amenazas y agresiones debido a su trabajo de investigación. En 2003, fue retenido como rehén en su domicilio tras descubrir vínculos entre el ejército guatemalteco y grupos de delincuencia organizada. En 2008, poco después de que elPeriódico informara de que uno de los principales partidos políticos de Guatemala había recibido financiación de narcotraficantes, Zamora fue secuestrado, drogado, torturado y abandonado a un lado de la carretera.
Pero los ataques a periodistas guatemaltecos se han intensificado desde que el expresidente Jimmy Morales asumió el cargo en 2016. El país ocupa actualmente el puesto 127 (de 180) en la Clasificación de la Libertad de Prensa de RSF. En 2021, elPeriódico informó de que el actual presidente Alejandro Giammattei había aceptado sobornos de empresarios rusos a cambio de permisos mineros. La historia desencadenó una ola de revelaciones posteriores y evolucionó hasta convertirse en un escándalo internacional de corrupción apodado “La Trama Rusa”. Esto provocó la ira de Giammattei y dio lugar a una nueva oleada de agresiones y procedimientos judiciales arbitrarios contra el personal del periódico y el propio Zamora.
Con el creciente autoritarismo del gobierno guatemalteco como telón de fondo, la incansable lucha de Zamora por demostrar su inocencia le ha convertido en un poderoso símbolo de resistencia democrática. Todos los periodistas guatemaltecos, desde los reporteros indígenas de las comunidades hasta los propietarios de los medios de comunicación que una vez compitieron con elPeriódico, reconocen la condena de Zamora como parte de un esfuerzo dirigido por el gobierno para restringir la libertad de prensa. Como dijo un reportero a RSF: “Si el propietario de un periódico importante ha sido perseguido y condenado injustamente, literalmente todos nosotros estamos en peligro.”
Con uno de los periodistas más destacados del país entre rejas y el poder judicial en connivencia con el gobierno para criminalizar el periodismo, la autocensura podría convertirse pronto en la norma. Después de todo, el verdadero objetivo del juicio de Zamora es suprimir el periodismo independiente y preservar una cultura de impunidad de las élites. El objetivo de la represión contra elPeriódico, que publicó más de 150 artículos sobre la corrupción gubernamental y los vínculos entre el Estado y las entidades del sector privado, era intimidar a otros medios de comunicación para que se sometieran a la línea.
El informe de la misión internacional de observación de la libertad de prensa en Guatemala, en la que participó RSF en mayo, ilustra crudamente cómo el caso de Zamora se está utilizando para enviar un mensaje escalofriante a todos los periodistas guatemaltecos que se atreven a desafiar a los que están en el poder. El informe destaca numerosos casos de periodistas acusados de delitos por informar sobre corrupción o cubrir los juicios de figuras públicas y políticos corruptos. Según la Asociación de Periodistas de Guatemala, las amenazas y la intimidación han obligado al menos a 20 periodistas a huir del país en los últimos años. Los ex jueces y fiscales anticorrupción se han enfrentado a un destino similar.
Todo esto ocurre en un momento de agitación política en Guatemala, después de que la primera vuelta de las elecciones presidenciales del país se viera empañada por la descalificación de múltiples candidatos y diversas maniobras legales. Por ejemplo, tras el inesperado segundo puesto del candidato anticorrupción Bernardo Arévalo, un fallo judicial suspendió la personalidad jurídica de su partido y la policía allanó su sede, aparentemente en nombre de los aliados de Giammattei. La democracia guatemalteca ya está en peligro, y la represión del periodismo la está llevando peligrosamente al borde del abismo.
En este momento crucial, instamos a las autoridades guatemaltecas a que dejen de criminalizar el periodismo. Esto incluye retirar todos los cargos contra los periodistas perseguidos, anular la condena de Zamora y ordenar su inmediata puesta en libertad.
Mientras tanto, hacemos un llamamiento a los periodistas y activistas por la libertad de prensa de todo el mundo para que defiendan a sus colegas guatemaltecos y exijan la puesta en libertad de Zamora. La persecución selectiva de los periodistas de elPeriódico y el posterior cierre del periódico han erosionado gravemente el derecho del público guatemalteco a saber lo que hace su gobierno. El abuso flagrante del sistema judicial para sofocar el periodismo independiente no debe tolerarse. Cuando un gobierno socava sistemáticamente la libertad de prensa, todas las demás libertades están en peligro.
Publicación original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/guatemala-cracks-down-on-independent-journalism-by-christophe-deloire-and-jose-c-zamora-2023-07
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