Gracias a las pruebas aportadas ante la Fiscalía General del Estado de Puebla, se pudo detener y vincular a proceso a un sujeto identificado como Joel “N”, quien presuntamente violó a su hija.
La denuncia presentada por la madre de la víctima, señala que los hechos se registraron el pasado 10 de julio en el domicilio ubicado en la colonia San Isidro, municipio Tehuacán, cuando el hombre ingresó a la habitación de la joven de 16 años para violarla.
Tras su detención, Joel “N” fue trasladado ante el Agente del Ministerio Público, donde un Juez de Control dictó prisión preventiva.
Además, la Fiscalía poblana logró la protección inmediata de la víctima y su atención psicológica.
A finales del año pasado, un estudio realizado por el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, a casi 100 casos de violencia sexual, estableció que el 80% de personas que sufren este delito son menores de edad.
En la mayoría de las situaciones, los abusadores son conocidos del menor, los padrastros y abuelos son los que mayor porcentaje tienen de realizar este delito con el 15% de los reportes; seguido por tíos (13%), padres (11%), primos (10%), maestros (7%) y hermanos (3%). Y solamente el 18%, es de abusos cometidos por desconocidos.
El principal lugar donde ocurren estos actos es en las casas de las víctimas con un 69% mientras que a las escuelas les corresponde un 8%.
De acuerdo con una guía para tomar acciones y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, emitida por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el abuso sexual es una de las peores formas de violencia contra la niñez y adolescencia. Y pese a que es un delito que va en aumento a nivel mundial, muchos casos se quedan sin ser detectados porque no son denunciados.
A diferencia del maltrato físico, cuyo diagnóstico puede ser visible, la detección de un niño o adolescente que fue o es víctima de abuso sexual o violación depende de escucharlo para saber lo que sucede. Por ello, es muy importante prestarles atención, privacidad y oírlos sin juzgarlos.
Cuando una víctima relata haber sido molestado, tocado o lastimado sexualmente es indispensable que se le escuche con atención, creerle y buscar la forma de mantenerlo a salvo, asegurándose de que no volverá a estar a solas con el señalado como agresor, además, se le debe dejar en claro que:
- No fue su culpa.
- Es correcto haber denunciado a su agresor.
- Se le protegerá de todo.