Los infartos no solo pueden afectar a personas mayores o de la tercera edad sino a quien tenga problemas de salud cardiovascular, incluso si son jóvenes. En estos casos se deben tomar en cuenta los factores hereditarios, aunque también pueden presentarse sin tener antecedentes.
Una persona, incluso menor de 30 años, podría empezar a tener dichos padecimientos. Esto puede ocurrir debido al bajo consumo de nutrientes en los alimentos y a la falta de ejercicio.
Por eso también es importante hacerse un chequeo médico cada seis meses o de forma anual y con él un electrocardiograma, para asegurarse de que el corazón está funcionando de una buena manera. Al igual que complementarlo con estudios de química sanguínea para saber los niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa y ácido úrico.
Los médicos consideran que estos padecimientos están aumentando en personas menores de 30 años, por lo cual, un infarto puede ser más letal porque antes de los 45 no se ha desarrollado la circulación colateral para evitar que pueda ser grave. Debido a que cuando ocurre una obstrucción en las arterias, la sangre puede fluir por las colaterales para mejorar la circulación.
Algunos factores de riesgo que pueden hacer a alguien propenso de sufrir un infarto, son:
- Colesterol elevado
- Obesidad
- Tabaquismo
- Factores genéticos
- Diabetes
- Sedentarismo
- Estrés
Estas son recomendaciones para prevenir ataques al corazón.
- No fumar, ya que es una de las principales causas debido a que las arterias se estrechan.
- Practicar actividad física al menos tres veces por semana.
- Evitar el consumo de sal, debido a que puede causar hipertensión.
- No consumir alimentos grasosos porque también se pueden obstruir las arterias.
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