La industria de la moda es una operación que consume combustible fósil ya que muchas de nuestras prendas están hechas de textiles a base de petróleo como el poliéster. Incluso las fibras naturales como el algodón tienen una gran huella de carbono y requieren una gran parte de los pesticidas del mundo.
De acuerdo con The Guardian, En un intento por resolver esta desastrosa ecuación ambiental, los científicos y diseñadores están creando textiles completamente nuevos a partir de organismos de rápido crecimiento y succionadores de carbono, como las micro y macro algas, el micelio (elementos de hongos), las bacterias y la levadura fermentada.
A medida que más consumidores demandan legítimamente conocer el origen de su ropa, la producción de fibra se somete al microscopio. Como resultado de esforzarse por crear productos ecológicos, algunas compañías han creado fibras textiles que también son beneficiosas para la piel.
¿Podría esta relación dinámica ser el nuevo camino a seguir para la industria textil y de la moda? Los siguientes ejemplos destacan cómo estas fibras podrían cambiar el futuro.
Estas nuevas biotecnologías convierten eficientemente la luz solar y el CO2 en materias primas masivas, absorben el carbono de la atmósfera y allanan el camino hacia un armario con carbono negativo
El Dr. Mark Liu, del centro de biotecnología de color verde oscuro de la Universidad Tecnológica de Sydney, dejó su carrera como diseñador de moda para centrarse en el desarrollo de textiles hechos de microalgas.
Charlotte McCurdy es miembro de seguridad global en la Escuela de Diseño de Rhode Island y ha creado una gabardina con carbono negativo a partir de macroalgas