El pueblo mágico de Aculco, en el Estado de México, cobró importancia en 1810, durante la Guerra de Independencia. Fue en este pueblo donde el ejército insurgente fue derrotado por primera vez en la Batalla del Monte de las Cruces.
De esta forma también nació uno de sus lugares más visitados: el árbol conocido como Palo Bendito, donde el cura Hidalgo ofició una misa en agradecimiento por conservar la vida de las tropas después de la sangrienta batalla contra las tropas del general Félix María Calleja.
Sitios turísticos
Uno de los lugares populares entre los visitantes es el centro del pueblo, donde está la casa de doña María Legorreta, en la que durmió Miguel Hidalgo durante su estancia en el lugar. Este hecho aún lo cuentan los pobladores y es uno de los atractivos que atrae a los turistas.
También visitan la parroquia en donde, según la leyenda, el Señor San Jerónimo, santo patrono, tenía originalmente un león a su lado, que fue retirado por los fieles. Esto provocó que en las noches se escucharan los rugidos de la fiera, la puerta de la iglesia amanecía arañada y algunos animales aparecían muertos, por lo que lo regresaran a su lugar para que no causara más daños.
Otra de las historias del lugar es la del santuario de Nenthé, donde está el “Señor del Agua”, llamado así porque la figura fue encontrada intacta después de sofocado un incendio. Por eso, cada vez que las lluvias tardan, los campesinos sacan la imagen en procesión, para pedir que llueva.
El municipio también es conocido por sus antiguos acueductos, utilizados para llevar agua de riego a los sembradíos. El más vistoso es el que perteneció a la hacienda de Ñadó, una productora de carbón de finales del siglo XVIII.
El río de la zona se formó por la unión de varios arroyos que provienen desde el cerro Peña Redonda y la zona arqueológica de Huamango. Aquí se puede practicar la pesca deportiva y hacer paseos en lancha o kayak.
Una de las mejores fechas para visitar este municipio es en la temporada previa y durante la Semana Santa, en la que se realizan procesiones y una representación escénica de la Pasión de Cristo.
La gastronomía mexiquense
Sus platillos tradicionales son la barbacoa, el mole poblano, las carnitas y los escamoles. Además es común encontrar diversos productos lácteos como leche, queso, crema, mantequilla y dulces típicos como el jamoncillo. Por toda esta riqueza histórica y cultural, en 2010 fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, y en septiembre de 2015, pueblo mágico.