Hace algunos años el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió no continuar con las estrategias de seguridad que implicaban la presencia militar en las calles -e incluso criticó incluso a quienes lo propusieron en su momento- pero hoy en día se reconoce como el principal impulsor de esta acción que pudiera llevarse a cabo próximamente en el país.
Luego de que el presidente de la República anunciara la posible integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional, se levantaron las alertas a nivel nacional e internacional. Tanto ciudadanos como organismos políticos especializados en derechos humanos han exigido que no se lleve a cabo esta acción ya que podría implicar un retroceso significativo en materia de seguridad.
De acuerdo con especialistas, históricamente la presencia del cuerpo militar en las calles con el objetivo de “protegerlas”, ha representado una inmensa y constante violación a los derechos humanos y civiles de las personas. Con la protección del fuero militar y la falta de limitantes ante las acciones que puedan tomar estos elementos con el argumento de conservar la paz, es que se teme por las consecuencias.
Sin embargo, en miras de ampliar y hacer prácticamente permanente el despliegue de las fuerzas militares en tareas policiales en todo el país, López Obrador dice que son ellas las únicas que pueden hacerse cargo del gran problema de violencia e inseguridad que las instituciones locales y civiles no han podido resolver.
¿Por qué temerle al militarismo?
De acuerdo con analistas y expertos en política e historia, la presencia de militares como cuerpo de seguridad ciudadana en las calles, y que sean ellos los elementos con facultades para controlar la violencia y la inseguridad puede significar una inminente amenaza a los derechos humanos y civiles de las personas.
Con base en experiencias nacionales e internacionales como es el caso de Colombia, Chile, Nicaragua, Cuba, entre otros países, el cuerpo militar ha sido protagonista de una serie de agresiones, represiones y hasta delitos cometidos en contra de los civiles bajo el argumento de la preservación de la paz.
Al contar con un fuero militar que protege todo tipo de acción que pudieran cometer bajo el argumento de paz, seguridad y lineamientos sobre todas las cosas, es muy común que a los militares se les justifique sin mayores dificultades cualquier represión, uso excesivo de la fuerza, asesinato, agresión, etc.
Además, los grupos que mayormente han sido afectados por el militarismo implementado como estrategia de estado para detener la violencia entre civiles e inseguridad en las calles han sido las mujeres, los niños e indígenas. De acuerdo con los registros, el cuerpo militar cuenta con alrededor de mil denuncias por delitos cometidos en contra de estas personas.
Esta estrategia es impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, aún cuando él mismo repudiaba la presencia militar como estrategia de seguridad. Desde la época de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se comenzó a hablar de una militarización del país, pero no fue sino hasta la llegada de López que pudiera hablarse de una posibilidad real, sustentada en la ley.
AMLO se contradice. Antes condenaba al militarismo, hoy lo apoya
El mandatario de la República presentó hace algunas semanas la propuesta para integrar a la Guardia Nacional (Ejército Mexicano) a la Secretaría de Defensa Nacional. Esto en términos generales le otorga a la Sedena todo el control de la Guardia Nacional y le transfiere además el control operativo, financiero y administrativo de la Secretaría de Seguridad Pública.
Pero su ideología no siempre ha sido así, ya que anteriormente condenaba la militarización y presencia del ejército en las calles, fortaleciendo al poder civil como contraposición. Hoy en día es él mismo quien presentó la propuesta y ha defendido esta acción como una estrategia de seguridad eficaz y legítima.
Durante su campaña a la presidencia prometió “regresar el Ejército a sus cuarteles”, sin embargo, tras dos años de haber ganado el cargo, en 2020 ordenó la creación de la Guardia Nacional como organismo de protección del territorio y poco a poco fue desplegando sus elementos a las calles como estrategia de “apoyo” a los cuerpos policiales.
Hoy en día el mandatario partidario de MORENA ya respalda completamente esta decisión y ha anunciado su intención de que la Guardia Nacional “dependa completamente” de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Así, el gobierno actual amenaza con seguir profundizando la militarización de la seguridad pública a pesar de los altos costos de esta estrategia en materia de derechos humanos y de su comprobado fracaso a la hora de abordar la violencia y el narcotráfico, dos grandes desafíos en el país.
Como se mencionó, esto no se trata de una nueva propuesta que pretende ser aplicada a los civiles en materia de seguridad, ya que desde los dos sexenios anteriores (Felipe Calderón y Enrique Peña) se intentó aplicar pero no dio resultado. La diferencia con AMLO radica en que él no habla de la militarización como una medida temporal, sino que ha insistido en que la Guardia Nacional se vuelva una fuerza armada y ya no haya policía civil federal en México.
En este modelo, las fuerzas armadas no solo están desplegadas en tareas policiales sino que tienen un papel muy protagónico en tareas de control migratorio en las fronteras, se encargan de puertos y aduanas, construyen y administran grandes proyectos de infraestructura, entre otras.
AMLO: “No se pretende militarizar al país, solo controlar la violencia”
El Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió no temer al posible cambio de adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), y urgió a los gobernadores a ayudarlo a convencer al Congreso de que esa reforma constitucional es necesaria.
“El propósito final de esta iniciativa no es militarizar al país o implementar autoritarismo, sino cuidar con la tutoría de la Sedena el crecimiento sano de la que debe ser la principal institución de seguridad pública de México. Con ello se garantiza el combate a la impunidad y el respecto irrestricto de los derechos humanos”, argumenta.
Con la adhesión de la @GN_MEXICO_ a la @SEDENAmx, garantizaremos la protección de las familias mexicanas y se consolidará como la principal institución de seguridad en México.
El 80% de la población aprueba que las fuerzas armadas participen en labores de seguridad pública. pic.twitter.com/r0odqPgWWA
— Gobierno de México (@GobiernoMX) September 5, 2022
Advirtió, además, que ha dado instrucciones para que las fuerzas armadas no repriman y no violen derechos humanos, pero desde luego, incluso con instrucciones, en este gobierno se han presentado casos de uso excesivo de la fuerza y de privación arbitraria de la vida por parte de elementos de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.
Del 1 de diciembre de 2018, fecha en la que comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, a abril de este año, 689 civiles fallecieron como resultado de enfrentamientos contra el Ejército y 166 personas resultaron heridas.
Estas cifras dan como resultado un índice de letalidad de 4.15 personas muertas por cada una que resultó herida.
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ONU: La presencia militar en las calles significaría una amenaza para los ciudadanos
A través de su cuenta de Twitter, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hizo un llamado al gobierno de México para que la Guardia Nacional mantenga su carácter civil.
Esto luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador expresara su intención a inicios de esta semana para que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa (SEDENA).
“La Alta Comisionada y diferentes mecanismos de derechos humanos han insistido en el fortalecimiento de las instituciones civiles en México, en asegurar el carácter civil de las corporaciones de seguridad y en que el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública es excepcional, un último recurso de carácter temporal y fiscalizado por órganos civiles”, dice parte del comunicado.
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Esto puede entenderse bajo un contexto en el que históricamente la presencia de las fuerzas militares en las calles como cuerpo de seguridad ha representado antes que cualquier cosa, una amenaza a los derechos humanos, la libertad y la expresión ciudadana.
Teniendo en cuenta que el cuerpo militar está creado bajo un entrenamiento para proteger al territorio de invasiones extranjeras; tomar acción en caso de guerra; enfrentamientos entre ejércitos; detección y eliminación de amenazas contra el país, entre otros, es que muchos temen que pueda representar algo excesivo para “controlar” la violencia entre civiles.
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