Las campañas de algunos de los candidatos a cargos en el Poder Judicial de la Federación destacan más por convertirse en memes instantáneos de redes sociales, que por la seriedad con la que toman el asunto.
No es para menos. El domingo 1 de junio, por primera vez en la historia de México, se votará por jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esta es una elección sin precedentes que pone en las manos de la ciudadanía el decidir quienes serán las personas encargadas de impartir justicia en el país.
Entre los candidatos que se comparan con un “chicharrón preparado” o que se autonombran con apodos que recuerdan a personajes de caricaturas, también están quienes de manera deliberada o desde el desconocimiento de las reglas de la elección lanzan promesas de campaña que, en caso de ganar, nunca podrían cumplir. Debido a que los funcionarios del Poder Judicial de la Federación no tienen facultades, ni disposición de recursos públicos para reformar y crear nuevas leyes o lanzar programas de apoyo a la ciudadanía.
Además, desde que inició la selección de candidatos, se dieron a conocer casos de personajes ligados a fuerzas políticas, y hasta con presuntos nexos con el crimen organizado.
Para los candidatos independientes que verdaderamente provienen de la ciudadanía y hacen su campaña bajo las reglas establecidas en la Reforma Judicial y el Instituto Nacional Electoral, el reto es más grande, pero no imposible.
Afrontar una elección para alguien que no es político es complicado. Sin embargo, esta oportunidad representa el avance más significativo para que los profesionistas independientes logren ascender y alcanzar puestos de decisión dentro del sistema judicial mexicano que, antes de la reforma, eran cooptados por familiares y grupos muy cerrados:
Candidatos como Cuauhtémoc, que se presentan en la elección sin el respaldo de un grupo político o sin “padrinos” dentro del Poder Judicial, consideran que el 1 de junio es una oportunidad importante para que la ciudadanía tenga certeza de que quienes juzguen sus casos sean gente que conoce sus problemas y realidades, y no alguien que llegó por amiguismo y que vive en una “burbuja”.
“Quiero ser magistrado porque ellos son los que supervisan las decisiones de los jueces. Y sé por mi experiencia en juzgados, que muchas veces la falta de sensibilidad, cuando deciden sobre la vida de la gente, es demasiada”.
Cuauhtémoc Vázquez tiene asignado el número 36 en la boleta color rosa. Su campaña no es de bailes o chistes virales en TikTok. Él se enfoca más en dar a conocer su perfil entre sus vecinos, amigos, colegas y estudiantes. Es miembro de una comunidad cristiana y profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM, lo que le ayuda a promover su mensaje de cercanía a la ciudadanía y de por qué participa en esta elección.
“Por primera vez, los ciudadanos podrán ser cercanos a sus nuevos jueces. Un juzgador cercano es el que te puede oír, el que puede platicar contigo y puede entender tus problemas reales, los cuales llevarás por la vía legal ante su conocimiento”, señala.
Participar en la elección judicial no es un asunto de política, ideologías o partidos. Es la oportunidad, indica Vázquez, de lograr cambios positivos en un sistema judicial al que le urge una renovación.
Para conocer los perfiles de los candidatos de la elección de cargos en el Poder Judicial, el INE abrió un micrositio en donde se reúne toda la información importante. Puedes consultarlo aquí.