• Política y Seguridad
  • Opinión
  • Tendencias
  • Login
No Result
View All Result
  • Política y Seguridad
  • Opinión
  • Tendencias
No Result
View All Result
No Result
View All Result

Cómo proteger a los niños de las redes sociales antisociales

La adicción a las redes sociales está aumentando en todo el mundo, en particular entre los adolescentes, que tienen muchas más probabilidades de sufrir ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. La nueva prohibición australiana del uso de las redes sociales por parte de los menores de 16 años es un buen primer paso para abordar el problema.

by Peter G Kirchschlager
diciembre 7, 2024
in Destacado, Opinión
La OMS ha pedido “acciones inmediatas y sostenidas para ayudar a los adolescentes a cambiar el rumbo del uso potencialmente dañino de las redes sociales”. Foto: Pixabay.

La OMS ha pedido “acciones inmediatas y sostenidas para ayudar a los adolescentes a cambiar el rumbo del uso potencialmente dañino de las redes sociales”. Foto: Pixabay.

ZÚRICH – Australia acaba de prohibir a los niños menores de 16 años el uso de las redes sociales. La medida ha suscitado algunas críticas, en particular por parte de empresas como Meta (propietaria de Facebook e Instagram) y TikTok, que se enfrentarán a multas de hasta 32 millones de dólares si no consiguen mantener a los jóvenes fuera de sus plataformas. Pero la nueva política de Australia representa un paso decisivo hacia la protección de los niños en el siglo XXI.

Todas las sociedades –y los estados que las atienden– tienen la responsabilidad de proteger a sus niños de las adicciones dañinas. Y la adicción es exactamente lo que las empresas de redes sociales están tratando de cultivar. Como reveló en 2017 el presidente fundador de Facebook, Sean Parker, el proceso de creación de la plataforma estuvo guiado por una pregunta simple: “¿Cómo consumimos la mayor cantidad posible de tiempo y atención consciente de [los usuarios]?”. La respuesta a la que llegaron estas empresas radicaba en “explotar una vulnerabilidad de la psicología humana”: el deseo de validación social.

En esencia, explicó Parker, las plataformas de redes sociales fueron diseñadas para proporcionar dosis de dopamina (un neurotransmisor que desempeña un papel en la adicción) a través de “me gusta”, comentarios, visualizaciones y publicaciones que validan socialmente la experiencia. Cuanto más interactúan las personas con la plataforma, más dosis de dopamina reciben. El resultado es un “bucle de retroalimentación de validación social” que mantiene a los usuarios enganchados. “Solo Dios sabe lo que le está haciendo al cerebro de nuestros hijos”, lamentó Parker.

Chamath Palihapitiya, otro ex ejecutivo de Facebook cuya “tremenda culpa” lo impulsó a hablar en contra de las redes sociales, tiene una idea. “No te das cuenta”, le dijo a una audiencia en Stanford en 2017, “pero estás siendo programado”. Decidir cómo (y cuánto) usar las redes sociales equivale a decidir cuánta “independencia intelectual” uno está “dispuesto a renunciar”.

Pero muchos usuarios –en particular los niños– no están preparados para tomar decisiones informadas o saludables sobre las redes sociales, en parte debido a esos ciclos de retroalimentación adictivos. Según la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud, el uso problemático de las redes sociales –que se caracteriza por síntomas similares a los de la adicción, como la incapacidad de controlar el uso y la sensación de abstinencia cuando no se utilizan– ha aumentado marcadamente entre los adolescentes, del 7% de los usuarios en 2018 al 11% en 2022. En Estados Unidos, el adolescente promedio pasa 4,8 horas al día en las redes sociales.

Estas cifras implican graves riesgos. Los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales tienen el doble de probabilidades que sus compañeros de sufrir ansiedad y depresión. El uso de las redes sociales también está asociado con una baja autoestima, el acoso escolar y un bajo rendimiento académico. La evidencia sugiere que las redes sociales han contribuido de manera clave al aumento de las tasas de suicidio entre los adolescentes estadounidenses durante la última década.

La OMS ha pedido “acciones inmediatas y sostenidas para ayudar a los adolescentes a cambiar el rumbo del uso potencialmente dañino de las redes sociales”. Incluso los propios jóvenes están dando la voz de alarma. A principios de noviembre, el parlamento juvenil del cantón de Lucerna (Suiza) solicitó al Consejo Cantonal de Lucerna que reforzara las protecciones de los usuarios de las redes sociales –y en particular la “prevención de la adicción”– mediante “una sensibilización específica entre los padres y el público”.

¿Han pedido alguna vez los niños a los adultos que los protejan de los hábitos adictivos? ¿Cuando se debatieron las normas sobre el acceso al tabaco, los jóvenes se manifestaron para exigir que se informara a sus padres sobre los riesgos de dejar que sus hijos fumen? El hecho de que las redes sociales estén generando este tipo de peticiones muestra lo grave que es el daño.

Los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales tienen el doble de probabilidades que sus compañeros de sufrir ansiedad y depresión. Foto: Pixabay.

Las consecuencias de las redes sociales van más allá de los niños. Según Palihapitiya, los “bucles de retroalimentación a corto plazo, impulsados ​​por la dopamina” que han creado estas empresas están “destruyendo el funcionamiento de la sociedad” al propagar desinformación y “falsedad”. Como dijo Parker, las redes sociales “literalmente cambian la relación con la sociedad, con los demás”. No se trata de una mera especulación: las redes sociales han demostrado ser un “motor de polarización” y una poderosa herramienta para incitar a la violencia.

Parker sabía que estaba trabajando para fomentar la adicción, al igual que el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, el cofundador de Instagram, Kevin Systrom, y otros como ellos. Según Palihapitiya, aunque él y sus colegas se decían a sí mismos que no iba a pasar nada malo, sabían “en el fondo” que sí pasaría. Pero las recompensas eran aparentemente demasiado grandes como para renunciar a ellas: cuanto más adictas fueran las personas a sus plataformas, más datos de los usuarios podrían recopilar sus empresas y más dinero ganarían vendiendo anuncios altamente personalizados y específicos.

La idea de que las empresas de redes sociales se autocontrolarían siempre fue una ilusión: sus modelos de negocio se basan en la violación de derechos básicos. Por eso, todos los países que se toman en serio su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos –y a la comunidad internacional en general– deben trabajar juntos para crear y hacer cumplir un nuevo marco regulatorio para estas plataformas. El primer paso es seguir el ejemplo de Australia y aumentar los límites de edad para su uso.

Publicación original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/australia-ban-on-children-using-social-media-should-be-emulated-by-peter-g-kirchschlager-2024-12

Lea también:

El mundo necesita una agenda de inteligencia artificial pro-humana

¿Puede la tecnología acabar con la corrupción?

Tags: Internacionalopiniónredes sociales

Peter G Kirchschlager

Peter G. Kirchschläger, profesor de Ética y director del Instituto de Ética Social de la Universidad de Lucerna, es profesor visitante en la ETH de Zúrich.

Next Post

El punto ciego tecnológico de Estados Unidos

  • Quiénes somos
  • Política de Privacidad
  • Ventas

Derechos Reservados. Datanoticias, 2025

No Result
View All Result
  • Política y Seguridad
  • CDMX y EDOMEX
  • Opinión
  • Tendencias
  • Becas, Cursos & Apoyos
  • ¿Quiénes somos?
  • Tendencias
  • Opinión

Derechos Reservados. Datanoticias, 2025

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In