Aunque las predicciones basadas en declaraciones de campaña y nombramientos de miembros del gabinete nos dejen con la incertidumbre sobre cómo abordará Donald Trump las grandes cuestiones de política exterior, podemos situar su visión del mundo en una tradición estadounidense de más larga data. Después de todo, no es precisamente el primer político que proclama “Estados Unidos primero”.
CAMBRIDGE – Siempre es difícil hacer predicciones, pero más aún en el caso del presidente electo de Estados Unidos. Donald Trump no sólo habla con soltura y cambia de postura a menudo, sino que también considera que la imprevisibilidad es una herramienta útil para negociar. Aun así, se puede intentar hacerse una idea de cómo será su política exterior a partir de sus declaraciones de campaña, sus nombramientos de alto nivel y su primer mandato.
En Washington se suele decir que “el personal es la política”, pero si bien ya sabemos a quiénes quiere Trump para los puestos clave, el problema es que sus opiniones declaradas a veces entran en conflicto entre sí. Trump hace todo lo posible por evitar a los republicanos tradicionales que lo acorralaron durante su primer mandato, y el denominador común entre sus opciones esta vez es la lealtad personal, pero ni siquiera esta cualidad nos ayuda a predecir las políticas.
Consideremos la cuestión de China. Los candidatos de Trump para Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional –el senador Marco Rubio y el representante Michael Waltz, respectivamente– son conocidos “halcones” que ven a China como una amenaza dominante que exige una respuesta contundente. También sabemos por su campaña que Trump está ansioso por introducir nuevos aranceles a las importaciones de sus aliados, y aranceles aún más altos a los productos procedentes de China.
Ahora que Trump ya anunció sus planes de aplicar aranceles a las importaciones de México, Canadá y China, es de esperar que se impongan algunos nuevos gravámenes. Pero las tasas, la duración y las exenciones de los aranceles siguen siendo inciertas y están sujetas tanto a presiones políticas internas como a los caprichos personales de Trump. Como dijo recientemente su designado para el cargo de secretario del Tesoro, Scott Bessent : “Creo que mucho de lo que está haciendo es intensificar para desescalar, y mi objetivo para su administración sería salvar el comercio internacional”.
Joseph S. Nye, Jr., profesor emérito de la Universidad de Harvard, es ex subsecretario de Defensa de Estados Unidos y autor de Do Morals Matter? Presidents and Foreign Policy from FDR to Trump (Oxford University Press, 2020) y A Life in the American Century (Polity Press, 2024).
En Washington se suele decir que “el personal es la política”, pero si bien ya sabemos a quiénes quiere Trump para los puestos clave, el problema es que sus opiniones declaradas a veces entran en conflicto entre sí. Trump hace todo lo posible por evitar a los republicanos tradicionales que lo acorralaron durante su primer mandato, y el denominador común entre sus opciones esta vez es la lealtad personal, pero ni siquiera esta cualidad nos ayuda a predecir las políticas.
Consideremos la cuestión de China. Los candidatos de Trump para Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional –el senador Marco Rubio y el representante Michael Waltz, respectivamente– son conocidos “halcones” que ven a China como una amenaza dominante que exige una respuesta contundente. También sabemos por su campaña que Trump está ansioso por introducir nuevos aranceles a las importaciones de sus aliados, y aranceles aún más altos a los productos procedentes de China.
Ahora que Trump ya anunció sus planes de aplicar aranceles a las importaciones de México, Canadá y China, es de esperar que se impongan algunos nuevos gravámenes. Pero las tasas, la duración y las exenciones de los aranceles siguen siendo inciertas y están sujetas tanto a presiones políticas internas como a los caprichos personales de Trump. Como dijo recientemente su designado para el cargo de secretario del Tesoro, Scott Bessent : “Creo que mucho de lo que está haciendo es intensificar para desescalar, y mi objetivo para su administración sería salvar el comercio internacional”.