¿Por qué se habla de un fraude en Venezuela?
El domingo 28 de julio se realizaron las elecciones presidenciales de Venezuela, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció como ganador a Nicolás Maduro, actual mandatario del país, con 51% de los votos. En segundo lugar, según el conteo oficial, quedó Edmundo González, con 44%.
De esta forma, Nicolás Maduro, que inició su gobierno en 2013, extenderá su mandato hasta el año 2030. Políticos, candidatos, organizaciones civiles, habitantes y observadores internacionales denuncian que hubo opacidad en el conteo final de los votos, así como una fuerte intervención del estado durante todo el proceso.
Desde la noche del domingo, se han documentado decenas de protestas contra la reelección de Maduro y un presunto fraude electoral en Venezuela. Asimismo, son varios los gobiernos del mundo que están a la espera de una revisión transparente de los resultados para dar una postura oficial sobre si reconocerán o no a Nicolás Maduro como presidente legítimo del país.
Qué pasó en las elecciones de Venezuela
Previo a las elecciones
Bloqueo de candidatos de oposición
Aunque en las boletas finales para las elecciones presidenciales de Venezuela aparecieron 10 candidatos, varios políticos de oposición se quedaron fuera del proceso tras ser inhabilitados por el CNE, luego de que las autoridades judiciales y electorales del país iniciaron investigaciones en su contra.
Al menos 20 políticos que aspiraban a competir en las elecciones fueron “bloqueados” por las autoridades venezolanas, el caso más destacado fue el de María Corina Machado, quien desde 2023 había sido anunciada como la candidata de Plataforma Unitaria Democrática, uno de los partidos opositores más fuertes al régimen de Maduro.
Sin embargo, la CNE determinó que María Corina Machado estaba inhabilitada para participar en cualquier proceso electoral por un periodo de 15 años, debido a que mostró apoyó a Juan Guaidó, quien en 2019 encabezó un movimiento contra el gobierno de Maduro y asumió la presidencia interina de Venezuela, aunque su mandato no fue reconocido totalmente por todas las naciones del mundo.
María Corina Machado intentó apelar las restricciones de la CNE sin éxito, por lo que decidió mostrar su apoyo a Corina Yoris Villasana, quien sería su sustituta como candidata de Plataforma Unitaria Democrática.
Semanas después del anuncio, Corina Yoris Villasana fue blanco de ataques en redes sociales y medios de comunicación que propagaron información falsa sobre que ella era de nacionalidad uruguaya, por lo que no podría competir en las elecciones presidenciales. Verificadores de noticias de Venezuela desmintieron ese dato, aunque al final su candidatura no logró concretarse.
Plataforma Unitaria Democrática denunció un bloqueo deliberado de CNE contra su nueva candidata, pues la plataforma en la que debía hacerse el registro no les permitió acceder a tiempo, además, se identificó que en el portal CNE se habían cambiado los apellidos de Corina Yoris Villasana, lo cual dificultó todavía más su inscripción.
Finalmente, el candidato de Plataforma Unitaria Democrática fue el diplomático Edmundo González.
Otros aspirantes a candidatos también fueron bloqueados de la contienda. Incluso, algunos fueron detenidos
Intromisiones del gobierno de Maduro
Desde meses antes de las elecciones, los puestos de mayor importancia en la Fiscalía de Venezuela y el CNE fueron ocupados por personas cercanas o simpatizantes del régimen de Maduro.
También, observadores internacionales denunciaron intromisiones del gobierno en los procesos internos de los partidos para asegurarse que Nicolás Maduro fuera postulado por la gran mayoría de ellos. Al final, el presidente venezolano apareció en 13 de los 37 recuadros con los que contó la boleta final.
En entrevistas y discursos oficiales, Nicolás Maduro habló en contra de sus rivales en las elecciones. Comparó a la oposición con “demonios” y advirtió que si no ganaba había un “baño de sangre” en Venezuela, pues, según él, sus simpatizantes tomarían las calles en caso de que fuera derrotado por un fraude electoral.
Esas declaraciones fueron duramente criticadas por mandatarios de Latinoamérica, el Parlamento Europeo y representantes de las Naciones Unidas.
El día de las elecciones en Venezuela
Presencia militar en las casillas
La jornada electoral del 29 de julio en Venezuela estuvo custodiada por elementos de las fuerzas armadas del país. Líderes de oposición calificaron esta situación como un acto de intimidación a los votantes.
Durante la emisión de los votos, el escrutinio de las actas y el resguardo de los paquetes electorales, observadores nacionales e internacionales denunciaron represiones por parte de militares hacia los ciudadanos.
La principal queja que hubo hacia el Ejército es que una vez que las casillas cerraron, los militares tomaron las actas de escrutinio sin que los votantes, observadores o representantes de partidos pudieran conocer la información de los resultados.
Represión en las calles
Al cierre de las casillas, líderes de oposición y testigos en las mesas de votación señalaron que los conteos rápidos, en los lugares donde todavía se alcanzó a recuperar información, el ganador había sido Edmundo González.
Simpatizantes de Plataforma Unitaria Democrática y opositores al régimen de Maduro pidieron a la población en general obtener la mayor cantidad de testigos de las actas computadas para evitar un fraude electoral. Se anunció que todas las fotografías y videos enviados por las personas serían recibidos y publicados en una página web alterna a la del CNE para la información fuera lo más transparente posible.
Sin embargo, en los centros de votación, hubo varios encuentros violentos entre habitantes que exigían una copia de los resultados y las fuerzas de seguridad del gobierno que estaban ecargadas de su resguardo.
Nicolás Maduro se declara ganador
La noche del domingo 28 de julio, María Corina Machado anunció que la información que su partido tenía hasta el momento indicaba que Edmundo González había ganado las elecciones con cerca del 70% de los votos.
El sistema de cómputo de votos dejó de contabilizar por un momento. La CNE dijo que se trataba de un ataque terrorista. Nicolás Maduro replicó esa información y culpó a los “demonios”, haciendo alusión a sus opositores: “Venezuela sufrió un ataque en la noche. Un hackeo masivo al sistema de transmisión del Consejo Nacional Electoral porque los demonios no querían que se totalizara y se diera el boletín oficial”, dijo.
La información de la CNE determinó que Maduro había obtenido el 51% de los votos, esto ocasionó que miles de personas salieran a protestar ante lo que calificaron como un fraude electoral.
Frente a miles de simpatizantes, y aun con las protestas en aumento, Nicolás Maduro dio su mensaje de victoria: “Puedo decir ante el pueblo de Venezuela y el mundo: soy Nicolás Maduro Moros, presidente reelecto de la República Bolivariana de Venezuela”.
También, se lanzó en contra de quienes criticaron el proceso electoral y su triunfo, como Javier Milei, presidente de Argentina, a quien llamó “bicho cobarde” y “nazi facista”.
Después de las elecciones
CNE en medio de críticas por fallas en el proceso
Medios de comunicación internacionales que estuvieron presentes en Venezuela señalan que la Comisión Nacional Electoral cometió muchas fallas durante el ejercicio. La más recurrente en las noticias publicadas ese mismo día hablan de la gran opacidad con la que se llevaron a cabo varias etapas de la votación.
Por ejemplo, al momento de la apertura de las casillas, no se informó debidamente sobre cuántas fueron instaladas y el total de personal que estarían recibiendo y contando los votos.
Luego, se denunciaron errores en el sistema de votos. En Venezuela se utiliza una computadora para que las personas puedan elegir por quién votarán, una vez que presionan en la pantalla al candidato de su elección, se imprime una boleta de papel para dar certeza de que el voto electrónico se hizo correctamente. En algunos sitios, se denunciaron irregularidades o mal funcionamiento de ese último paso.
En los últimos minutos de la votación, se denunciaron cierres anticipados de las casillas en las que se presumía que Nicolás Maduro iba perdiendo. También, los observadores electorales aseguran que hubo casos en los que militares tomaron todo el material electoral antes de que este fuera contado por los testigos o funcionarios de casillas.
La falla en el sistema de cómputo electrónico, que la CNE calificó como un ataque terrorista, es otro de los aspectos más criticados de la jornada electoral, pues los observadores internacionales y especialistas en medios de comunicación del mundo opinan que le resta credibilidad a los resultados finales.
Cómo reaccionó el mundo ante el triunfo de Nicolás Maduro
Países que reconocieron el triunfo de Nicolás Maduro
Algunos de los países que reconocieron el triunfo de Nicolás Maduro el mismo domingo 28 de julio son Bolivia, Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Nicaragua y Honduras en América.
En Europa, sólo Serbia, Bielorrusia y Rusia felicitaron a Maduro por su triunfo en las elecciones. Mientras que en Asia y África recibió el apoyo de China, Catar, Corea del Norte, Siria, Azerbaiyán, Irán y Madagascar.
Países que no reconocen el triunfo de Maduro
Las naciones que anunciaron oficialmente que no iban a reconocer un nuevo gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela son Argentina, Perú, Costa Rica, El Salvador, Panamá, y Uruguay.
Países que esperarán a un conteo confiable de los votos
La mayoría de países en el mundo mantienen cierta neutralidad en torno a las elecciones venezolanas. México, Estados Unidos, Alemania, Paraguay, Portugal, Colombia, Brasil y Chile, por ejemplo, esperarán a un conteo más confiable de las actas, supervisado por las Naciones Unidas, para dar una postura final.
Reacción de organismos internacionales
La Organización de los Estados Americanos se pronunció en contra de los resultados finales. Afirmaron que hubo represión y manipulaciones por parte del gobierno hacia los votantes.
En el caso de la Unión Europea, la mayoría de los países que la integran optaron por esperar al conteo supervisado de los votos.
La Organización de las Naciones Unidas, que envío a observadores a la elección, se ha mantenido neutral en sus pronunciamientos, aunque no ha sido omisa de las denuncias de fraude electoral por parte de la oposición. Al igual que la mayoría de naciones y organismos internacionales, pide transparencia al CNE en el conteo de los votos.
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