En lo que respecta al gasto de consumo de los hogares, es probable que China no esté tan rezagada respecto de otras grandes economías como sugieren los datos oficiales. No obstante, como la importancia relativa de la acumulación de capital disminuye y los rendimientos de la inversión siguen cayendo, es necesario hacer más para aumentar el ingreso disponible de los hogares.
SHANGHÁI – En mayo, el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden acusó a China de “inundar los mercados globales” con “exportaciones a precios artificialmente bajos”. Esas acusaciones no son nuevas y no es probable que cesen pronto. Pero muchos de quienes se quejan del exceso de capacidad china pasan por alto un hecho crítico: las exportaciones netas de China vienen cayendo en relación con el PIB desde 2008, y su superávit comercial de bienes se ha reducido a menos del 2% del PIB.
Durante años, China se ha comprometido a reequilibrar su economía y reducir su dependencia de las exportaciones impulsando la demanda interna, no a través de un aumento de la inversión, que ha venido desalentando, sino más bien a través de un mayor consumo de los hogares. Y, sin embargo, a pesar del aumento de los ingresos laborales, que constituyen la mayor parte del ingreso disponible de los hogares y representan alrededor del 56% hoy en día, en comparación con el 48% en 2007, el gasto de consumo de los hogares se ha mantenido obstinadamente bajo. Según cifras oficiales, el consumo total de los hogares representa apenas el 38% del PIB, en comparación con el 60-70% en la mayoría de los países desarrollados.
Pero, como puede atestiguar cualquiera que haya estudiado la economía china, cuando se utilizan cifras oficiales, las comparaciones internacionales pueden ser engañosas. Por ejemplo, en un estudio de 2015 , Tian Zhu y yo descubrimos que las cifras oficiales subestiman el gasto de consumo de los hogares chinos en vivienda (como porcentaje del PIB) en al menos seis puntos porcentuales.
Además, como demostró recientemente Juzhong Zhuang, economista senior del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) , el gasto total de consumo de los hogares de China parece mucho menor que el de las economías de altos ingresos (como porcentaje del PIB), en gran medida debido a las diferencias en el consumo de servicios. Utilizando datos de insumo-producto compilados por la OCDE y el BAD, encontró que el consumo de servicios ascendió a solo el 67% del gasto total de consumo final de los hogares en China en 2018-19, equivalente a alrededor del 26% del PIB. Compárese eso con la proporción del consumo de servicios en los Estados Unidos (más del 80%, o alrededor del 55% del PIB); la Unión Europea (72%, o 38% del PIB); y el 75%, en promedio, en las tres economías de altos ingresos del este de Asia, Taiwán, Japón y Corea del Sur (alrededor del 38-39% del PIB). Incluso en las cinco principales economías en desarrollo de Asia –India, Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas– el consumo de servicios representó más del 54% del gasto total de consumo final de los hogares, en promedio, lo que equivale al 33% del PIB.
La subestimación del consumo de servicios en China se ve agravada por las grandes distorsiones de precios en los servicios. Según el Programa de Comparación Internacional del Banco Mundial, los precios de los servicios en China en paridad de poder adquisitivo son, en promedio, más bajos que los precios generales. En otras palabras, cuando los hogares chinos compran servicios, su gasto en ellos parece menor, lo que complica las comparaciones entre países.
También podrían surgir disparidades adicionales debido a que el gobierno chino proporciona muchos servicios que los hogares de otros países podrían tener que comprar por su cuenta. Una parte significativa del crecimiento reciente del gasto público chino representa transferencias en especie a los hogares, incluido un mayor gasto en educación, atención de la salud y pensiones, así como en servicios sociales como instalaciones culturales. En vista de esto, al hacer comparaciones entre países del gasto de consumo de los hogares, bien podría valer la pena incluir el gasto de consumo del gobierno, que en China asciende a alrededor del 16% del PIB , en la contabilidad del gasto de consumo de los hogares.
Si excluimos las transferencias gubernamentales a los hogares, el ingreso disponible de los hogares chinos asciende a alrededor del 60% del ingreso nacional, es decir, entre 10 y 15 puntos porcentuales menos que en la mayoría de los países de altos ingresos, donde las transferencias sociales en especie se incluyen en el ingreso disponible de los hogares. Pero si se eliminan esas transferencias, los niveles de ingreso disponible en Japón, Corea del Sur, Alemania y la eurozona en su conjunto caen a los niveles chinos. En 2020, el ingreso disponible de los hogares en Dinamarca fue incluso menor que en China.
Por lo tanto, en lo que respecta al nivel real de la relación entre el consumo de los hogares y el PIB, es probable que China no esté tan rezagada respecto de otras grandes economías como parece. No obstante, a medida que la importancia relativa de la acumulación de capital disminuye y los rendimientos de la inversión siguen cayendo, es necesario hacer más mediante cambios de política para apoyar el gasto de consumo. Para los responsables de las políticas, esto significa no sólo canalizar más ingresos y transferencias hacia los hogares, sino también aumentar las transferencias en especie subsidiadas o gratuitas que se les envían.
Una sólida red de seguridad social es particularmente importante en China, donde décadas de políticas de planificación familiar han alentado a los hogares a ahorrar a tasas excepcionalmente altas, en parte con la expectativa de poder ayudar a sus padres y, en última instancia, a ellos mismos en la vejez. Si los hogares pueden estar seguros de que contarán con un fuerte apoyo familiar y programas de bienestar social de los gobiernos, de modo que no necesiten ahorrar tanto hoy, es probable que consuman más e incluso tengan más hijos, lo que ayudará a frenar el declive demográfico de China. (La tasa de fertilidad actual –alrededor de 1,1 nacimientos por mujer– está muy por debajo del nivel de reemplazo).
En definitiva, China debe adoptar un modelo de crecimiento que apoye el aumento de los ingresos disponibles de los hogares, en lugar de seguir por el camino de la acumulación excesiva de capital. Para ello, el gobierno debe fomentar actividades económicas con salarios más altos, como las del sector de servicios, y fortalecer el entorno empresarial, en particular ampliando el papel decisivo de las fuerzas del mercado en la asignación de recursos.
Zhang Jun, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Fudan, es director del Centro de Estudios Económicos de China, un grupo de expertos con sede en Shanghai.
Durante años, China se ha comprometido a reequilibrar su economía y reducir su dependencia de las exportaciones impulsando la demanda interna, no a través de un aumento de la inversión, que ha venido desalentando, sino más bien a través de un mayor consumo de los hogares. Y, sin embargo, a pesar del aumento de los ingresos laborales, que constituyen la mayor parte del ingreso disponible de los hogares y representan alrededor del 56% hoy en día, en comparación con el 48% en 2007, el gasto de consumo de los hogares se ha mantenido obstinadamente bajo. Según cifras oficiales, el consumo total de los hogares representa apenas el 38% del PIB, en comparación con el 60-70% en la mayoría de los países desarrollados.
Pero, como puede atestiguar cualquiera que haya estudiado la economía china, cuando se utilizan cifras oficiales, las comparaciones internacionales pueden ser engañosas. Por ejemplo, en un estudio de 2015 , Tian Zhu y yo descubrimos que las cifras oficiales subestiman el gasto de consumo de los hogares chinos en vivienda (como porcentaje del PIB) en al menos seis puntos porcentuales.
Además, como demostró recientemente Juzhong Zhuang, economista senior del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) , el gasto total de consumo de los hogares de China parece mucho menor que el de las economías de altos ingresos (como porcentaje del PIB), en gran medida debido a las diferencias en el consumo de servicios. Utilizando datos de insumo-producto compilados por la OCDE y el BAD, encontró que el consumo de servicios ascendió a solo el 67% del gasto total de consumo final de los hogares en China en 2018-19, equivalente a alrededor del 26% del PIB. Compárese eso con la proporción del consumo de servicios en los Estados Unidos (más del 80%, o alrededor del 55% del PIB); la Unión Europea (72%, o 38% del PIB); y el 75%, en promedio, en las tres economías de altos ingresos del este de Asia, Taiwán, Japón y Corea del Sur (alrededor del 38-39% del PIB). Incluso en las cinco principales economías en desarrollo de Asia –India, Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas– el consumo de servicios representó más del 54% del gasto total de consumo final de los hogares, en promedio, lo que equivale al 33% del PIB.
La subestimación del consumo de servicios en China se ve agravada por las grandes distorsiones de precios en los servicios. Según el Programa de Comparación Internacional del Banco Mundial, los precios de los servicios en China en paridad de poder adquisitivo son, en promedio, más bajos que los precios generales. En otras palabras, cuando los hogares chinos compran servicios, su gasto en ellos parece menor, lo que complica las comparaciones entre países.
También podrían surgir disparidades adicionales debido a que el gobierno chino proporciona muchos servicios que los hogares de otros países podrían tener que comprar por su cuenta. Una parte significativa del crecimiento reciente del gasto público chino representa transferencias en especie a los hogares, incluido un mayor gasto en educación, atención de la salud y pensiones, así como en servicios sociales como instalaciones culturales. En vista de esto, al hacer comparaciones entre países del gasto de consumo de los hogares, bien podría valer la pena incluir el gasto de consumo del gobierno, que en China asciende a alrededor del 16% del PIB , en la contabilidad del gasto de consumo de los hogares.
Si excluimos las transferencias gubernamentales a los hogares, el ingreso disponible de los hogares chinos asciende a alrededor del 60% del ingreso nacional, es decir, entre 10 y 15 puntos porcentuales menos que en la mayoría de los países de altos ingresos, donde las transferencias sociales en especie se incluyen en el ingreso disponible de los hogares. Pero si se eliminan esas transferencias, los niveles de ingreso disponible en Japón, Corea del Sur, Alemania y la eurozona en su conjunto caen a los niveles chinos. En 2020, el ingreso disponible de los hogares en Dinamarca fue incluso menor que en China.
Por lo tanto, en lo que respecta al nivel real de la relación entre el consumo de los hogares y el PIB, es probable que China no esté tan rezagada respecto de otras grandes economías como parece. No obstante, a medida que la importancia relativa de la acumulación de capital disminuye y los rendimientos de la inversión siguen cayendo, es necesario hacer más mediante cambios de política para apoyar el gasto de consumo. Para los responsables de las políticas, esto significa no sólo canalizar más ingresos y transferencias hacia los hogares, sino también aumentar las transferencias en especie subsidiadas o gratuitas que se les envían.
Una sólida red de seguridad social es particularmente importante en China, donde décadas de políticas de planificación familiar han alentado a los hogares a ahorrar a tasas excepcionalmente altas, en parte con la expectativa de poder ayudar a sus padres y, en última instancia, a ellos mismos en la vejez. Si los hogares pueden estar seguros de que contarán con un fuerte apoyo familiar y programas de bienestar social de los gobiernos, de modo que no necesiten ahorrar tanto hoy, es probable que consuman más e incluso tengan más hijos, lo que ayudará a frenar el declive demográfico de China. (La tasa de fertilidad actual –alrededor de 1,1 nacimientos por mujer– está muy por debajo del nivel de reemplazo).
En definitiva, China debe adoptar un modelo de crecimiento que apoye el aumento de los ingresos disponibles de los hogares, en lugar de seguir por el camino de la acumulación excesiva de capital. Para ello, el gobierno debe fomentar actividades económicas con salarios más altos, como las del sector de servicios, y fortalecer el entorno empresarial, en particular ampliando el papel decisivo de las fuerzas del mercado en la asignación de recursos.
Publicación original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/china-household-consumption-expenditure-is-probably-higher-than-official-figures-by-zhang-jun-2024-07