Por su valor simbólico, peso político, resonancia mediática y, sobre todo, por sus antecedentes electorales, la CDMX constituye la gran esperanza de la oposición. Las cuentas alegres de oposición se derivan del proceso electoral del 2021. En la pasada elección para renovar el congreso local, la votación del PAN, PRI y PRD superó con 2.3% puntos porcentuales a la obtenida por Morena, PVEM y PT juntos: 46.42% frente al 44.12%. También ganaron 9 de las 16 alcaldías y 13 de los 24 distritos federales. Sin embargo, a mitad del presente periodo de campaña las preferencias electorales reflejan más una cerrada competencia, que una clara ventaja para la oposición.
A diferencia de la elección del 2021, en este año el PAN, PRI y PRD decidieron presentar candidaturas comunes a todos los puestos de elección popular en disputa en la CDMX. Morena, PT y PVEM prácticamente hicieron lo mismo con contadas excepciones, como en Tláhuac en donde el Verde y el PT presentaron sus propias candidaturas a la alcaldía. Este año solo hay una tercera fuerza en la competencia electoral, MC, pues Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y el Partido Encuentro Social perdieron su registro.
De acuerdo con el agregado de encuestas elaborado por poll.mx, las tendencias al 15 de abril de 2024 señalan una intensa y cerrada batalla. Las tendencias favorecen, con más del 50% de las preferencias electorales, al PAN, PRI y PRD en 5 de las 9 alcaldías que ganaron en el 2021. Pero también Morena, PT y Verde aventajan con más del 50% en 7 alcaldías, incluyendo Cuauhtémoc que perdieron en el pasado proceso. En Azcapotzalco, Cuajimalpa, Tlalpan e Iztacalco la competencia está cerrada.
En el caso de la jefatura de gobierno de la CDMX, Clara Brugada lleva 12 puntos de ventaja a Santiago Taboada: 53% frente a 41% respectivamente. La oposición piensa que en este proceso electoral pueden replicar los resultados del 2021, pero la elección de hoy es diferente.
El contexto
El contexto del 2024 es radicalmente distinto al de hace tres años. En el 2021 la Ciudad luchaba por salir de la más grave crisis sanitaria y, por consiguiente, económica, de la que se tenga memoria. La COVID afectó todos los ámbitos de nuestras vidas. Dos meses antes de la jornada electoral, el 3 de mayo de 2021, colapsó la línea 12 del metro, lo que volvió a estimular el miedo y el enojo que apenas estábamos superando después de la pandemia. Hoy las condiciones de la Ciudad son distintas. No hay crisis económica y la calidad de vida en general es razonable. Se ha recuperado el dinamismo y la confianza en que vivimos en una de las principales ciudades del mundo, incluyendo los problemas consustanciales al tamaño de una megalópolis como la CDMX. Sin embargo, todos los días surgen nuevos problemas, como el caso de la contaminación del agua en la Benito Juárez y, previsiblemente, los conflictos en la Ciudad se incrementarán e intensificarán en esta etapa final del proceso electoral. Una ciudad dinámica, en paz y en orden favorece la continuidad; una ciudad en crisis, el cambio.
Factores exógenos
Las elecciones locales están directamente vinculadas con la elección presidencial. La percepción de triunfo favorece a Morena y sus aliados desde el año pasado. Xóchitl Gálvez ha sido incapaz de contrarrestar esa percepción y generar una alternativa de gobierno que inspire, mueva y conmueva. La eficacia de la estrategia de ataques y descalificación al presidente, a Morena y a Claudia Sheinbaum parece haber llegado a su techo de rendimiento desde hace tiempo. No obstante, todo parece indicar que estas campañas negras se van a intensificar, como se constata con la zacapela de antología que se está iniciando entre Norma Piña y Arturo Záldivar. Parecería que la estrategia de Xóchitl se basa en ataques, descalificaciones y denuncias, antes que en las propuestas. Por su parte, la estrategia de Claudia Sheinbaum se basa en la promoción de propuestas desde su arranque de campaña. Sus reuniones con sectores estratégicos parecen más juntas de trabajo para desarrollar proyectos conjuntos que eventos de promoción. Sin duda, la candidatura de Sheinbaum ayuda mucho más a Clara, que la Xóchitl a Santiago.
Ave de tempestades, López Obrador es el blanco favorito de la oposición desde hace muchos años. Y no ha dejado de hacerlo. La oposición piensa que AMLO es el único responsable de que hayan perdido la presidencia. Siguen reacios a darse el beneficio de la duda de que, a lo mejor, los 30 millones de personas que apostaron por él estaban decepcionados de sus gestiones al frente del país. Por lo menos es lo que se colige de la insistencia de la oposición de seguir metiendo en la contienda a AMLO con la campaña de #narcopresidente. Igual que en el pasado, con esta estrategia, en lugar de minar su credibilidad, solo le dan parque a AMLO para sus mañaneras y lo convierten en un héroe social atacado por la oligarquía, por lo menos en el imaginario del 70% de la población de acuerdo con un reciente sondeo del Reforma. Seguramente la oposición piensa que la repercusión mediática de este bombardeo permanente a AMLO consolida sus candidaturas, por lo menos en la Ciudad.
Los factores endógenos
Clara Brugada ha sido mejor candidata de lo que esperaba la oposición. Ha asistido a todos los espacios noticiosos que la han invitado, a participado en todos los foros en que ha sido convocada y, además, es la única que ha hecho sinergia con su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, y con todos sus correligionarios que compiten por algún cargo de elección en la Ciudad.
Santiago Taboada también es un buen candidato y tiene una idea clara de gobierno. Sin embargo, su equipo de trabajo, cercano a Calderón, no goza de la mejor reputación pública y no ha logrado hacer sinergia con los candidatos a los otros puestos de elección popular en la CDMX y menos con Xóchitl Gálvez.
Cada uno en su estilo, Clara y Santiago, tienen buenas cartas credenciales para competir por la Ciudad. Por eso la disputa por la Ciudad es más dinámica que la elección presidencial. Sin embargo, son cartas diametralmente opuestas que se derivan de historias de vida diferentes. Desde estudiante, Clara decidió sumarse a la lucha de las colonias populares. Santiago también decidió desde estudiante afiliarse al PAN para incorporase a la política. Por eso sus valores, ópticas y perspectivas son opuestas, igual que sus propuestas.
Pero ambos han forjado el oficio político necesario para incursionar en el nicho electoral del otro. Santiago en un panista wannabe que puede comunicarse sin problemas con habitantes de colonias populares. Clara tiene una larga trayectoria en la lucha vecinal y resultados de gobierno que la respaldan y le permiten presentar propuestas atractivas para las clases medias. Clara Brugada y Santiago Taboada saben que, para ganar, necesitan penetrar e incidir en el nicho electoral del otro para, por lo menos, desalentar un poco la movilización electoral de sus respectivos contrarios. Es lo que están haciendo.
La clave del resultado electoral está en la participación que se dé en los principales bastiones electorales de cada coalición. PAN, PRI y PRD predominan en Álvaro Obregón, Benito Juárez y Coyoacán que concentran alrededor del 20% de la lista nominal. Morena, PT y Verde predominan en Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza que concentran casi el 40% de la LN de la CDMX. Pero la elección en la CDMX no está decidida, todavía. Es muy probable que todos los que están en desacuerdo con la 4T vayan a las urnas el 2 de junio, fue lo que pasó en el 2021. Sin embargo, Clara Brugada puede ganar sin problemas e, incluso, recuperar alcaldías, siempre y cuando pueda motivar la participación de la mayoría de los simpatizantes y aliados de la 4T. Los números la favorecen, pero esta ventaja solo sirve si traduce en participación electoral. Por ello, el gran reto de Morena, para mantener y fortalecer el corazón de la 4T, es unidad organización y movilización.
La CDMX está en medio de una cerrada disputa electoral. Cualquier error de cualquier candidato, partido, aliado o simpatizante puede afectar el resultado de la elección. Nadie debería cantar victoria antes de tiempo y mucho menos confiarse. La única batalla que cuenta en la disputa por la CDMX es la del 2 de junio de 2024.
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