En medio de la pandemia provocada por el Covid-19, en un entorno de crisis de salud pública mundial por la aparición de una enfermedad para la que no existía cura ni vacuna, sale al mercado un texto que desde el punto de vista filosófico y político cuestiona el modo de vida que la humanidad socialmente organizada lleva hoy en día, y que según Michael J. Sandel, autor del libro La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? (2020), es una situación que urge modificar de fondo si en verdad queremos restablecer los lazos sociales que han hecho posible la sobrevivencia humana actualmente puesta en entredicho.
Desde las aulas de la escuela de Derecho, en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, donde desde hace más de dos décadas el filósofo Michael Sandel imparte la cátedra de “Justicia”, nace una obra en la que el autor plantea un diagnóstico y una posible solución a la problemática social que desde su perspectiva vive el mundo globalizado. En una economía en la que el libre mercado domina la producción y distribución de bienes, y que como nunca antes en la historia ha generado una inmensa riqueza, ésta se concentra en muy pocas manos. La desigualdad económica que hoy en día priva lo mismo en países desarrollados que en vías de desarrollo, ha aumentado la distancia entre un reducido grupo de personas increíblemente ricas y una inmensa mayoría catalogadas como pobres.
Esta realidad económica global se ha consolidado durante las últimas cuatro décadas, según refiere Sandel sobre su propio país, Estados Unidos, que es la economía más fuerte del orbe, y en donde la movilidad social se mantiene como una creencia generalizada y representada en la conocida idea del “sueño americano”, es decir, que cualquier persona que se esfuerce lo suficiente puede lograr subir en la escalera social, sin importar su origen.
Sin embargo, las cifras económicas contradicen ese supuesto. “Cuando el uno por ciento de la población absorbe más renta que todo el 50 por ciento más pobre, cuando la mediana de renta lleva cuarenta años estancada, la idea de que el esfuerzo y el trabajo duro de una persona pueden llevarla muy alto empieza a sonar hueco”. Por ello, agrega el filósofo universitario, “Estados Unidos tiene más desigualdad y menos movilidad que muchos otros países” y, en consecuencia, “el sueño americano ya no es una realidad sino una falsa creencia de sus ciudadanos, un mito. Una idea equivocada sobre las posibilidades de ascender socialmente.”
Michael Sandel considera que este ejemplo es ilustrativo de una situación social que en esencia se reproduce en la mayoría de los países, en cuanto a que forman parte de una economía globalizada desde finales de la década de los ochenta del siglo XX, con el desarrollo de las tecnologías digitales y del surgimiento de las sociedades del conocimiento y de la información, según lo cual la generación de riqueza está estrechamente vinculada al uso de dispositivos electrónicos “inteligentes” y a un modelo educativo que responda a estas necesidades del mercado.
Este contexto económico sirve de introducción para que en La tiranía del mérito Sandel analice en al menos tres capítulos (“credencialismo”, “la ética del éxito” y “la máquina clasificadora”) el papel que la educación formal ha jugado en la sociedad actual, a grado tal que ha perdido su sentido humanista y de formación integral de las personas, para convertirse en una máquina meritocrática centrada en preparar a sus estudiantes para tener éxito en el mundo laboral. Sin embargo, en los hechos esta opción no está abierta a tod@s, como podría esperarse en una sociedad democrática, sino que se ha vuelto un privilegio del que gozan unos pocos, ya que las condiciones de acceso a la educación universitaria y de calidad está cada vez más restringida.
Desde el punto de vista moral, la meritocracia es un mal social que hay combatir, dice Sandel, puesto que se ha convertido en una tiranía en la que unos pocos tienen más y mejores oportunidades de acceso a la riqueza social, mientras que las mayorías se mantienen al margen o reciben menos de lo que en justicia deberían recibir. Estas diferencias vuelven insensibles a quienes creen que son beneficiarios de lo que tienen por mérito propio, mientras que los excluidos se sienten humillados y con rencor social hacia quienes están mejor que ellos.
Para respaldar estas aseveraciones, Sandel recurre a su experiencia más cercana como docente al referir que dos tercios del alumnado de las prestigiadas universidades de Harvard y Oxford proceden del quintil superior de la escala económica estadounidense. “Desde el punto moral no está claro por qué quienes tienen talento merecen las desproporcionadas recompensas que las sociedades de mercado reservan a las personas de éxito”. Y desde el punto de vista político, advierte, esto mismo “fomenta entre los ganadores la soberbia y, entre los perdedores, la humillación y el resentimiento”.
En esta perspectiva psicosocial de las interrelaciones humanas, la solidaridad y la cooperación como ingredientes básicos para la construcción de la vida comunitaria es casi imposible de estimular, explica el Premio Príncipe de Asturias 2018 en Ciencias Sociales, de aquí que se interrogue sobre ¿qué ha sido del bien común? en los tiempos actuales. La respuesta que el autor pone a discusión es dejar de concentrarse en el ascenso social como alternativa de repartir la bonanza producida colectivamente, pues esto contribuye muy poco a cultivar los lazos sociales y los vínculos cívicos que requiere la democracia. En su lugar, asegura, existe la opción de propiciar “una amplia igualdad de condiciones que permita que quienes no amasen una gran riqueza o no alcancen puestos de prestigio, puedan llevar vidas dignas y decentes, desarrollando y poniendo en práctica sus capacidades en un trabajo que goce de estima social, compartiendo una cultura del aprendizaje extendida y deliberando con sus conciudadanos sobre los asuntos públicos”.
Me parece que nadie o casi nadie podría estar en contra de tal utopía, el reto está en cómo ponerla en práctica. No obstante, reflexionar respecto a esta realidad es un primer paso que puede allanar el camino hacia una sociedad más justa e igualitaria como la que propone Sandel. En este sentido, la lectura de La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? es otro paso que nos puede acercar hacia tal fin.
Por otro lado, vale decir que este texto resulta de lo más ameno por la sencillez con la que el autor plantea sus inquietudes y los ejemplos con los que confronta las problemáticas y conceptos filosóficos con los que explica la realidad social de Estados Unidos, y que el autor hace extensiva a las sociedades desarrolladas de otros continentes. La nuestra, sin estar dentro de esa categoría económica, me parece que también se ve reflejada en la cuestión de fondo que aborda el autor, esto es, la enorme desigualdad social que caracteriza a México.
Así que para tod@s resulta interesante y actual la lectura de este texto de divulgación de un doctor en filosofía, docente universitario, escritor y humanista que además tiene una serie de televisión de catorce capítulos en los que resume la cátedra que imparte en la Universidad de Harvard titulada: “Justicia”. Otros libros de Michael Sandel que se pueden leer en español son Justicia. ¿Hacemos lo que debemos? (2011); y Lo que el dinero no puede comprar. Los límites del mercado (2013). @NohemyGarcaDual
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