El presidente Andrés Manuel López Obrador está enojado con Estados Unidos, por la revelación de que la agencia antidrogas de ese país, la DEA, lo investigó por supuestamente recibir dinero del Cártel de Sinaloa.
En respuesta, AMLO se reunió con el embajador de China, en Palacio Nacional, en lo que, obviamente, es una amenaza velada a Estados Unidos para decirle: si me haces enojar, puedo aliarme con tu gran rival.
China y Estados Unidos están en una competencia global para ver quién será la potencia dominante del siglo XXI. Algunos le llaman ya, la nueva Guerra Fría, una rivalidad que no sólo determinará el futuro de esos dos países, sino el del mundo. Ambas naciones son casi la mitad de la economía (40% del total del Producto Interno Bruto) y del poder militar del planeta (50% del gasto militar).
Y como la Unión Soviética en su momento, China ahora busca aliados. ¿México podría ser uno de ellos? Hay que ver la historia: por más nacionalistas que hayan sido, ni siquiera un Adolfo López Mateos, en la cúspide del presidencialismo mexicano, o un Luis Echeverría pudieron haberse atrevido a estar más cerca de la Unión Soviética que de nuestro vecino del norte. Por la simple razón de que los intereses de México están en Norteamérica.
Hay 37 millones de personas de origen mexicano viviendo en Estados Unidos; 78% de las cosas que le vendemos al mundo, se van ¿a donde? a Estados Unidos, y tres, porque aunque no nos lo han recordado en más de 170 años, el poderío militar estadounidense es 100 veces más grande que el de México. 100 veces más grande. Si quisieran podrían tomar Palacio Nacional cualquier día de la semana.
Así que, hay un límite a cuánto puede México estirar la liga. La única razón por la que no tenemos tanques en la puerta, es porque nuestro vecino es Estados Unidos, una democracia, y no Rusia, una dictadura. Pero eso podría cambiar, si Donald Trump regresa a la Casa Blanca. Y no será AMLO, sino Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez quienes tendrán que enfrentarlo. ¿Alguna de ellas podría hacer algo, para detener una intevención armada en México? No es una fantasía. Trump y los candidatos republicanos realmente quieren invadir México.
Mientras la elección estadounidense termina, y con la esperanza de que Biden gane, lo mejor que podrían hacer todos los políticos mexicanos es no intentar darle más razones a los conservadores del norte para odiar a México.