Desde hace tiempo todos estamos en campaña. Unos como candidat@s, otros como promotor@s, la mayoría en calidad de público objetivo, es decir, votantes potenciales, y aquellos que por alguna razón no pueden ir a votar, como daños colaterales. Los ciudadanos somos víctimas de una cruenta batalla mediática cuyo objetivo estratégico es incidir sobre nuestra percepción y valoración de la 4T. De un lado comentan y argumentan que AMLO es el salvador de la patria y la 4T el camino de la redención nacional, del otro que es el destructor de instituciones y que la 4T significa el fin de la democracia y la destrucción del país.
Por convicción, negocio o ingenuidad cada nota periodística, artículo, comentario o meme inevitablemente participa en esta contienda. El país que habitamos depende de la fuente de noticias que consultamos o de los grupos de Whats App en los que concurrimos. En unos, somos ejemplo de crecimiento con justicia social y el país ya es la economía número doce del mundo; en otros, vivimos con miedo de ser víctimas de la violencia y, además, las instituciones, la economía y la democracia están destruidas.
Conductores, comentarista, intelectuales, analistas, articulistas, opinadores, influencers, youtuberos, tiktokeros, creadores de memes, consciente o inconscientemente, son los principales promotores para persuadirnos de que lo mejor, o lo peor, que nos ha pasado en la historia es la gestión de López Obrador y el proyecto de nación de la 4T. En los medios pareciera que el país está polarizado, sin embargo, las encuestas dan cuenta de una correlación de fuerzas francamente favorable a la versión de que el país va por buen camino y no de una división en dos partes de peso más o menos similar.
Será hasta la noche del 2 de junio de 2024 en que esta batalla por la percepción pública se traducirá en una nueva correlación de fuerzas institucional, tanto en los poderes ejecutivos como en los legislativos que a nivel federal y estatal están en disputa. Mientras tanto vale la pena intentar un primer esbozo, aunque impreciso, del actual campo de batalla en el que se disputa la percepción pública. Para fines de claridad, dividamos el actual ecosistema mediático global en tres sistemas un poco más específicos: el de los medios de comunicación tradicionales, en el que se encuentran los corporativos; el de los medios públicos; y el de las redes sociales, donde convergen todos.
Medios de comunicación tradicionales y corporativos.
El ecosistema de los medios tradicionales y corporativos no ha variado sustancialmente desde antes del 2018, es decir, se ha mantenido incólume su infraestructura. A partir de la gestión de López Obrador identifico tres variables que han incidido en su desempeño en los últimos años: la radical disminución del financiamiento público al que tenían acceso; la falta de guía editorial por parte del gobierno federal; y la necesidad de expandirse a todas las redes sociales posibles.
La barra noticiosa y el elenco de titulares y editoriales prácticamente no ha cambiado, con excepción del periódico Reforma que sustituyó a su director. En todo caso, el mayor ajuste en su línea editorial ha sido la de incorporar a sus respectivas mesas de análisis a comentaristas o políticos identificados con la 4T. Por ejemplo, MVS a Hernán Gómez, ORF a Epigmenio Ibarra y a Noroña, Televisa a Viridiana Ríos por a mencionar algunos. El principal esfuerzo de actualización que han hecho estos medios se ha centrado en ampliar sus formatos y cobertura a todas las plataformas digitales disponibles.
Tengo la impresión de que estos medios tradicionales más o menos cuentan con audiencias consolidadas y que la disminución de su impacto y cobertura más bien se debe al crecimiento de la población y a los nuevos hábitos de consumir noticias en otras plataformas digitales. De acuerdo con la ENCUCI 2020 el 29.8% de la población se entera de asuntos de su colonia o localidad por redes sociales, frente a 15.3% que lo hace por la televisión, 6.7 por la radio y 4.1 por el periódico o revistas.
Estos medios tradicionales acompañaron y se beneficiaron de la transición democrática que emprendió el país hace varios sexenios. Eso explica su convicción ideológica de oponerse a los cambios impulsados por la 4T para transitar de una democracia sin adjetivos a una democracia social. En este sistema tradicional conviven una amplia y variada gama de posturas editoriales que van de los radicalmente neoliberales, como Reforma y TV Azteca, hasta los que tratan de mantener la mayor objetividad y equilibrio editorial posible. Por ello, buena parte de los medios, comentaristas e intelectuales denunciados por AMLO en “Las Mañaneras” pertenecen a este ecosistema.
Medios públicos
Hasta ahora el papel de los medios públicos en la contienda por la percepción pública ha sido marginal, por su contenido, alcance y cobertura. Sin embargo, en los últimos años son los que más se han reinventado y cada día adquieren mayor relevancia en la contienda por la percepción pública, pues cuentan, igual que los medios tradicionales, con las redes sociales como nuevos canales de distribución de contenidos que amplifican su alcance, cobertura e influencia. Como es natural, su línea editorial es informar y argumentar a favor de la 4T teniendo como eje editorial “Las Mañaneras” del presidente López Obrador.
El 8 de enero de 2024 lanzaron su noticiero estelar “Punto de Referencia” que se transmite de lunes a viernes a las 21.00 horas por Canal 14, Canal 11, Canal 22, TV Mexiquense, Radio IPN y Altavoz Radio. Este esfuerzo comunicativo es la culminación de un proceso de fortalecimiento editorial de los medios públicos que inició con la gestión de AMLO. A partir de 2019 el “Chamuco TV” se convirtió en una coproducción de TV UNAM, el Canal 22 y el Canal 11; el 21 de abril de 2021 lanzaron Infodemia MX por SPR y Canal 14; el 11 de junio de 2021 salió “Largo Aliento” con Sabina Berman en el 11; el 27 de junio de 2022 la “Mañanera 360” por Canal 14; y el 8 de noviembre de 2022 “Debate Público” también por Canal 14.
Los programas, notas informativas, editoriales, investigaciones periodísticas que generan los diferentes medios públicos hacen sinergia mediática entre sí. A diferencia de la elección del 2018, en el 2024 la narrativa en favor de AMLO y de la continuidad de la 4T cuenta con una modesta pero vigorosa plataforma mediática oficial.
Redes sociales
La gran fortaleza mediática de López Obrador es el propio López Obrador con sus “Mañaneras”. De hecho, El propio López Obrador es uno de los principales streamer e influncer de habla hispana y las “Mañaneras” constituyen la principal fuente de noticias del país. Sea para apoyar o para denunciar y denostar al gobierno prácticamente todos los integrantes del ecosistema mediático recurren a “Las Mañaneras” como punto de referencia para el debate público.
Sin duda las redes sociales conforman el territorio en donde se convergen y despliegan las más frecuentes y cruentas batalla por la percepción pública. Medios tradicionales y medios públicos compiten con los generadores de contenidos digitales, aunque muchos se hayan formado en los medios tradicionales. Curiosamente, es en este ecosistema en particular en que los que apoyan un cambio de régimen como la 4T tienen mayor experiencia y fortaleza.
Por el lado de los que están en contra de la 4T, además de la migración de contenidos y comentaristas de los medios tradicionales, se han generado pocos espacios. Los más relevantes son Latinus, que inició el 2 de febrero de 2020, y que sin duda constituye la principal y más influyente plataforma digital en la que se congrega la crema y nata de los que quieren detener cualquier cambio promovido por la 4T; la otra plataforma es Atypical Te Ve, que arrancó el 25 de septiembre de 2020, y en el que se reúnen los más furibundos y viscerales críticos a AMLO.
Por el lado de los que comulgan con el cambio encabezado y promovido por AMLO se encuentra plataformas consolidadas como la de “Rompeviento TV” y “Julio Astillero” que desde 2011 están en circulación y, más recientemente, “Sin embargo al aire” que inició en mayo de 2015 y “Sentido Común” que apenas arrancó el 3 de julio de 2022.
En cuanto a los propios actores polític@s, los abanderados de la 4T aventajan en generación de contenido que proporciona elementos de juicio y argumentos para el debate que aquellos que están en contra y básicamente se centran en la descalificación, las medias verdades y la injuria, pero sin propuestas. Por ejemplo, Noroña se va consolidad como un influencer cada vez más relevante con su canal de YouTube, Claudia ha generado un amplio y ordeno esquema de promoción digital en el que se encuentra su podcast semanal “Shiemboom”. El Instituto Nacional de Formación Política de Morena desde el 9 de mayo de 2019 genera contenido ideológico para argumentar y promover la 4T. Por el lado de Xóchitl Gálvez y los partidos que la apoyan no identificó un esfuerzo ideológico similar. Se han quedado con la promoción y el marketing convencional que ofrecen las plataformas digitales, pero no se han metido a la generación de contenidos.
En fin, vivimos en medio de un campo de batalla ideológico inédito y complejo. Tengo la impresión de que ante la fragmentación mediática y el bombardeo constante de mutuas descalificaciones, denuncias, injurias, etcétera, las posturas pro y anti 4T se contrarrestan mutuamente, lo que no es una buena noticia para los que tienen menos del 30% de la opinión pública a su favor. Y mucho menos si se considera la posibilidad de que ese 30% sea disputado por MC, que también juega como anti 4T. Gracias a la evolución de la tecnología es previsible que la complejidad del campo de batalla ideológico se incremente. Por lo pronto hay poco tiempo para emparejar el campo. Como diría Julio César al pasar el Rubicón “la suerte está echada”.
ENCUCI 2020, INEGI: https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/encuci/2020/doc/ENCUCI_2020_Presentacion_Ejecutiva.pdf
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