Recientemente y de manera por demás apabullante para la mayoría de la población mexicana, los medios de comunicación emiten una cascada de mensajes sobre l@s candidat@s que los partidos políticos nacionales promueven ante la ciudadanía de cara al proceso electoral del 2024. En este año los mexicanos viviremos una jornada electoral en la que estarán en juego más de 20 mil cargos de elección popular en el país, desde la Presidencia de la República, ocho gubernaturas y la jefatura de la CDMX, así como los diputados y senadores del Congreso de la Unión a nivel federal y en diversos ámbitos estatales.
En consecuencia, y de acuerdo con el calendario aprobado por el Instituto Nacional Electoral (INE), los espacios públicos y los canales de difusión de múltiples medios digitales y los tradicionales de radio y televisión abierta transmiten mensajes con contenido político, cuyo objetivo principal es atraer la atención de sus electores potenciales. En este contexto resulta pertinente abordar dicho fenómeno desde la perspectiva de quienes se dedican a ello como su actividad profesional, ya sea desde la producción de los contenidos comunicativos o desde el campo académico que analiza tanto las metodologías utilizadas en este proceso social como su impacto político.
Es el caso del Colegio de México y su Seminario Permanente en Política y Administración Pública, cuyos alumnos de dos de sus licenciaturas —Política y Administración Pública y Economía— organizaron el evento Rumbo a 2024. El poder de los medios en las campañas electorales, con la participación de Sergio Anzaldo y Alejandro Rosas, dos experimentados politólogos especializados en comunicación política y en el diseño de contenidos comunicativos para polític@s de diversos partidos e instituciones afines.
Para Sergio Anzaldo, una de las características más relevantes en relación con los medios de comunicación y las campañas electorales en los tiempos actuales es la fragmentación de las audiencias y, por ende, la pérdida de poder influir de la televisión y de la prensa escrita, por mencionar a los medios más representativos de la sociedad del siglo XX. Hoy en día, la irrupción de nuevas plataformas digitales en el ciberespacio ha modificado en entorno mediático de tal manera que los actores políticos se ven en la necesidad de actualizar sus estrategias comunicativas si en verdad quieren incidir en su público meta.
Hoy en día, asegura Sergio Anzaldo, docente de la UNAM y consultor de la ONU en el programa de Gobernabilidad democrática, “los medios de comunicación tradicionales ya perdieron el monopolio en la generación de la opinión pública”; sin embargo, agrega, son fundamentales para las democracias en un “nuevo ecosistema mediático”. Se trata de un entramado comunicativo en el que, de un lado, se percibe una creciente pluralidad de medios, mientras que por el otro se visualiza, paradójicamente, una híper fragmentación de audiencias segmentadas en función de sus gustos informativos y elecciones de entretenimiento en los medios de comunicación.
En este sentido mismo, Alejandro Rosas, miembro del Grupo de observadores mexicanos para las elecciones presidenciales de 2008 en Estados Unidos en la que resultó ganador Barack Obama, afirma que en el nuevo modelo comunicativo “escuchar y comprender a la gente son las claves para hacer una campaña política exitosa y una estrategia de acción correcta”. Según este especialista, las redes sociales y las plataformas digitales tienen un lenguaje propio y específico para cada medio.
Las nuevas generaciones de votantes son mucho más mediáticas que sus antecesores. Los hábitos de consumo de redes sociales y plataformas digitales como Facebook, Youtube, WhatsApp, Tiktok, X (antes Twitter) e Instagram se han incrementado significativamente, y en este mismo sentido, el impacto de sus mensajes. No obstante, coinciden ambos politólogos, hay que saber leer a las audiencias y no caer en la tentación de homogeneizar el diseño de los mensajes comunicativos, pues cada medio tiene su propio lenguaje y su público específico.
En este panorama mediático, existe una competencia permanente entre los medios de comunicación por atraer la atención de las audiencias y el interés de los partidos políticos para difundir sus mensajes. En consecuencia, los márgenes de influencia en la esfera pública están en permanente tensión entre los mismos medios y entre ellos y los actores políticos, en particular, el Estado mexicano y los partidos políticos.
Por otro lado, pero igual o incluso más riesgoso para el mantenimiento de la democracia mexicana, está el hecho de que ante la fragmentación de las audiencias, éstas tengan acceso sólo a una visión de un hecho noticioso, la que sus plataformas digitales les ofrezca en función del seguimiento algorítmico que la tecnología comunicativa realiza con base en los gustos de su público híper individualizado. Ante este nuevo modelo mediático, la alternativa, proponen ambos especialistas, sería optar por la diversificación de perfiles programáticos en las plataformas digitales a las que accedemos con fines informativos.
En conclusión, hoy en día existe una disputa entre los medios de comunicación y los actores políticos que se manifiestan en la esfera pública con el propósito de posicionar su proyecto político y su narrativa comunicativa. De esto y más se trató en el seminario aquí reseñado, y cuya versión completa es muy recomendable y se puede acceder en Youtube con la liga: https://www.youtube.com/watch?v=Ua8GghHZCxg. @NohemyGarcaDual
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