CAMBRIDGE – En su último libro, Doppelganger, la escritora y activista de izquierdas Naomi Klein se adentra en la extraña maraña de polarización política, realidades controvertidas y omnipresentes redes sociales que caracteriza nuestra época actual. Navegando por el “mundo espejo” de las teorías conspirativas en línea y la propaganda de extrema derecha, ofrece una visión única de la distopía digital en la que nos encontramos.
El título de Doppelganger es una alusión a Naomi Wolf, la autora feminista convertida en teórica de la conspiración con la que Klein ha sido confundida a menudo. Durante la pandemia del COVID-19, Wolf se erigió en firme defensora antivacunas, apareciendo con frecuencia en plataformas de extrema derecha y afirmando que las medidas de salud pública formaban parte de un insidioso complot mundial. Al yuxtaponer su propia trayectoria a la de Wolf, Klein demuestra un nivel de autoconciencia que no era tan evidente en sus obras anteriores, ofreciendo una crítica sincera de la marca personal que cultivó a lo largo de los años.
Klein, profesora de justicia climática en la Universidad de Columbia Británica, es una autora envidiablemente prolífica y exitosa. Sus exitosos libros, que abordan temas como la amenaza del cambio climático, el excesivo papel del dinero en la política estadounidense y la desastrosa decisión del ex Presidente George W. Bush de invadir Irak, suelen resonar entre sus lectores, predominantemente liberales.
Pero en cada libro, Klein se centra en una tesis que, aunque original en su formulación, pegadiza en su título y cautivadora en su ejecución, es errónea. Su primer libro, No Logo, es un buen ejemplo. Publicado en 1999, poco después de las protestas antiglobalización en la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Seattle, el libro apuntaba a las empresas multinacionales que invertían mucho en marcas mientras subcontrataban la producción a trabajadores mal pagados de países en desarrollo.
Sin duda, algunas empresas estadounidenses se han hecho demasiado grandes y anticompetitivas, lo que justifica una regulación más estricta que la que han tenido en las últimas décadas. Asimismo, Klein sostiene que las empresas estadounidenses prosperan en una cultura excesivamente consumista. Además, las multinacionales de alto perfil son objetivos políticamente más vulnerables que las empresas más pequeñas y menos conocidas.
Sin embargo, muchos economistas sostienen que las multinacionales que operan en economías con salarios bajos ofrecen a los trabajadores empobrecidos un nivel de vida mejor del que tendrían sin ellas. Pensemos, por ejemplo, en el crecimiento económico de países como Bangladesh o Vietnam. Mientras que los trabajadores de los países en desarrollo obtienen ingresos bajos, trabajar en un “taller clandestino” para una empresa multinacional podría decirse que les ofrece mejores oportunidades que las alternativas locales.
Aunque este debate resulta familiar, No Logo fue original al identificar la marca como el quid del problema. Pero esta afirmación no es acertada, ya que las empresas anónimas más pequeñas sin marcas establecidas pueden ser obstáculos tan importantes para la sostenibilidad medioambiental u otros objetivos sociales como las grandes empresas con marcas reconocidas. De hecho, las grandes empresas tienden a obsesionarse con su imagen pública, lo que las hace más receptivas a las presiones de los activistas. A menudo, son las multinacionales prominentes, y no las pequeñas empresas, las que promueven las normas medioambientales y laborales.
En 2007, Klein publicó La doctrina del shock, una crítica de la economía neoliberal. Aunque los debates sobre el papel del gobierno en la economía no son nuevos, el término “neoliberal” sigue siendo ambiguo. Si significa la creencia en un capitalismo de laissez-faire puro y la oposición a cualquier regulación, entonces pocos economistas y políticos encajan en el concepto. Alternativamente, el neoliberalismo podría significar que los reguladores deberían intervenir sólo para abordar fallos específicos del mercado como la contaminación, los monopolios y las asimetrías de información, una visión que se alinea más estrechamente con la teoría económica dominante.
La originalidad del libro radica en la afirmación de Klein de que los conservadores estadounidenses aprovechan las crisis nacionales para conseguir el apoyo de la opinión pública a políticas que de otro modo no podrían promulgar. El ejemplo más llamativo es cómo Bush y el entonces vicepresidente Richard Cheney aprovecharon el profundo trauma psicológico de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos para recabar apoyos para las guerras de Afganistán e Irak. Resulta revelador que Bush y Cheney también vieran las secuelas del 11-S como un momento oportuno para impulsar recortes fiscales.
Sin embargo, hay al menos otros tantos ejemplos históricos de liberales que utilizan las crisis para conseguir el apoyo de la opinión pública a sus programas. El presidente estadounidense Franklin Roosevelt, por ejemplo, aprovechó la agitación sociopolítica de la Gran Depresión para promulgar las amplias reformas económicas del New Deal. Del mismo modo, la administración de Barack Obama, bajo la lógica de que “una crisis es algo terrible de desperdiciar”, aprovechó la Gran Recesión de 2007-09 para superar la feroz oposición republicana y aprobar las reformas financieras Dodd-Frank y la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible.
En su libro de 2014 Esto lo cambia todo, Klein sostiene que el capitalismo es el principal responsable del cambio climático y afirma que para abordar la crisis climática es necesario revisar el sistema económico mundial. Pero aunque se pueda argumentar que la industrialización y el crecimiento económico impulsan las emisiones de gases de efecto invernadero, el hecho es que las economías socialistas dirigidas, como las del antiguo bloque soviético, experimentaron niveles de contaminación significativamente más altos que sus homólogos capitalistas occidentales.
Y lo que es más importante, no necesitamos abandonar el capitalismo para combatir el cambio climático. Al contrario, el aprovechamiento de los mecanismos de mercado, como los impuestos sobre el carbono y los permisos de emisión negociables, podría reducir los costes de pasar a una economía neutra en carbono y, por tanto, hacer el cambio más viable desde el punto de vista político. El comercio internacional también podría aprovecharse en beneficio del medio ambiente.
Los negacionistas del cambio climático llevan mucho tiempo afirmando que la campaña para mitigar el calentamiento global no es más que una estratagema de la izquierda para ampliar el tamaño y el alcance del gobierno. Aunque el movimiento contra el cambio climático está firmemente arraigado en la investigación científica y no en una ideología progubernamental, el argumento anticapitalista de Klein ha dado crédito inadvertidamente a tales afirmaciones. Esta percepción se vio reforzada por la inclusión por parte de los demócratas de medidas extrañas, como una garantía federal de empleo, en su legislación del “Nuevo Trato Verde”.
A diferencia de los libros anteriores de Klein, Doppelganger incluye mucha autorreflexión. Mientras examina las tácticas agresivas de la extrema derecha, cuestionadas por los hechos, se enfrenta a sus propias limitaciones. “Durante años me había dicho a mí misma (y a los demás) que me oponía a la marca, pero ahí estaba yo, intentando afirmar mi yo soberano frente a una yo sin marca”, señala, en referencia a la “otra Naomi”.
Este puede ser un aspecto importante de Doppelganger. En lugar de limitarnos a señalar las descabelladas percepciones erróneas de nuestros adversarios políticos, también podríamos reconocer y afrontar algunas limitaciones que todos compartimos. Izquierda o derecha, autor o lector, todos tendemos a apoyarnos demasiado en marcas, eslóganes, titulares, generalizaciones, personalidades, equipos, memes y esquemas. Reconociendo nuestra tendencia colectiva al pensamiento tribal e incluso conspirativo, podríamos comprender mejor nuestro momento cultural actual.
Naomi Klein, Doppelganger: Un viaje al mundo de los espejos, Farrar, Straus and Giroux, 2023
Publicación original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/naomi-klein-new-book-unique-insights-into-current-politics-by-jeffrey-frankel-2023-09
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