Ahora resulta que Beatriz Paredes tiene contra las cuerdas a Xóchitl Gálvez y en vilo el desenlace de la competencia por la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, a pesar de la avalancha mediática en favor de la señora X. Se trata de un fenómeno que refleja la confrontación de dos estrategias contrapuestas sobre la promoción política: la del marketing político que impulsa a Xóchitl frente a la visión tradicional de comunicación y operación política que utiliza Beatriz.
No podía ser de otra manera. Beatriz Paredes es un personaje que ha estado presente en el imaginario colectivo desde hace medio siglo. Y no le ha ido mal. De 70 años, Beatriz ganó su primera elección como diputada local hace casi cincuenta, en 1974. Desde entonces, con excepción de la presidencia de la República, ha obtenido todos los puestos de representación popular que hay en el país. No sólo eso, ha sido presidenta de la Cámara de Diputados, de la de Senadores, del Congreso de la Unión y Gobernadora de Tlaxcala, además de secretaría general y presidenta del PRI, subsecretaria de Gobernación y embajadora en Brasil.
A diferencia de Xóchitl, quien es diez años menor y estudió ingeniería en Computación en la UNAM, Beatriz es socióloga egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en donde posiblemente se cruzó por los pasillos con su contemporáneo López Obrador que cursó Ciencia Política en la misma Facultad. Seguramente en el claustro de profesores de su época encontró a más de un exiliado latinoamericano o español que poblaron la UNAM a partir de los 70’s con su visión de izquierda. También exploró el comportamiento humano con una maestría en Literatura Hispanoamericana en Barcelona.
Como integrante de la vieja guardia, es plausible que, para participar en el proceso del Frente, Beatriz haya negociado con el tristemente célebre Alejandro Moreno, Alito, al menos cuatro condiciones: primera, establecimiento de un procedimiento de selección que le permita ser competitiva; segunda, ser la única aspirante del PRI; tercera, contar con el apoyo de la estructura priista y, cuarta, recursos.
Primera. Las reglas del Frente para definir su candidatura a la presidencia favorecen un perfil como el de Beatriz. La clave del éxito es contar con una maquinaria partidista que garantice la cantidad de apoyos requeridos. De ahí que la mayoría de los suspirantes se hayan desanimado desde la primera etapa y otros hayan sido descartados en las subsecuentes. En la fase final, para obtener la candidatura se deben ganar dos vertientes. Una encuesta abierta cuyo resultado está integrado de dos muestras estadísticas con distinto valor: un levantamiento telefónico, en el que Xóchitl tiene ventaja, pero que solo vale el 30% de la encuesta, y otro en vivienda que representa el 70% de la calificación de los sondeos. Por cierto, para sorpresa de todos, en la primera ronda de encuestas Beatriz empató con Xóchitl en la muestra levantada en vivienda, 29 contra 32. La otra vertiente consiste en una consulta a los cerca de dos millones de simpatizantes del Frente que se registraron previamente. Aquí es donde Beatriz y Alito pueden dar la sorpresa, pues es probable que el PRI haya inscrito al mayor número de simpatizantes para esta consulta. Para nadie es un secreto las habilidades del dirigente nacional del PRI de arrasar en los procesos internos, aún acosta de la unidad en su propio partido.
Segunda. Como aspirante única del PRI, Beatriz Paredes garantiza el apoyo unitario de su partido, a diferencia del PAN que con dos aspirantes podía dividir las filas del panismo. Ante el riesgo, Santiago Creel no tuvo más remedio que declinar a favor de Xóchitl para emparejar el piso, convirtiendo el proceso en una disyuntiva entre PAN o PRI.
Tercera. La estructura del PRI garantiza a Beatriz contar con un ejército nacional de promotores especializados en campo, a diferencia de los promotores digitales de Xóchitl que son muy activos en redes, pero que todavía no se sabe que tanto participaran en tierra. Por cierto, muchos influencers han fracasado en sus intentos por trasladar el apoyo digital de sus seguidores en una acción off line.
Cuarta. En cuanto a recursos económicos, es plausible esperar que a estas alturas del proceso ambas aspirantes no tengan problemas. La moneda está en el aire y no faltan apostadores.
A diferencia de Xóchitl, Beatriz Paredes se coló a la contienda presidencial merced a una sigilosa operación política, que no depende del escándalo mediático. Si se tratara de número de seguidores en redes sociales, innovación de mensajes elaborados con inteligencia artificial y ocurrencias como disfrazarse de dinosaurio o encadenarse a un escritorio, Beatriz Paredes no tendría ninguna oportunidad. Pero no es así.
Xóchitl cobró relevancia pública gracias a López Obrador. Habrá que ver que tanto puede seguir creciendo sin el impulso de las mañaneras. Por lo pronto, los resultados de encuestas en vivienda como la de Mendoza Blanco y Asociados que se publicó el 23 de agosto de 2023, no son alentadores para ella: resulta que el 24.2% prefiere a Beatriz Paredes como candidata del Frente ante el 19.2% que se inclina por Xóchitl Gálvez. Una eventual victoria de Beatriz sería anticlimática para muchos medios de comunicación y muchos analistas políticos. Seguramente cimbraría al propio Frente y más de un panista pondría el grito en el cielo. Por ello, está en curso una operación política para persuadir a Beatriz Paredes para que decline a favor de Xóchitl, pues los números no les dan. Y por ello Beatriz respondió en un Foro que el proceso no podía convertirse en una farsa, so pena de perder legitimidad y darle la razón a AMLO de que el proceso del Frente es un teatro arreglado por la oligarquía. La moneda está en el aire.
Meba. Mendoza Blanco & Asociados. Encuesta nacional de clima político. 23 de agosto de 2023.
Lee también: