Casi al 90% de los jóvenes que hicieron el examen de admisión de la UNAM no obtuvieron un lugar, muchos de los popularmente llamados ‘rechazados’ obtuvieron puntajes por arriba de los 100 aciertos.
Miles de aspirantes se quedaron a uno o dos aciertos de el “mínimo” que piden en la carrera que eligieron y otros llegaron a la meta indicada, pero no alcanzaron un lugar debido a los criterios que maneja el proceso de admisión.
Lo mismo ocurre, en menor medida, con quiénes hacen un examen de ingreso al Instituto Politécnico Nacional o a la Universidad Autónoma de México, las otras dos universidades públicas con mayor demanda en el Valle de México.
Pero en el caso de la UNAM, el problema crece cada año. El cupo que tiene en sus licenciaturas llegó a al límite y aunque sí se han abierto más espacios, sus aulas ya no tienen capacidad para recibir a más alumnos. Y esa es la razón por la que aspirantes que destacan en su examen de admisión son rechazados, la explicación viene ahora.
¿Por qué aspirantes que sacan más de 100 aciertos son rechazados en la UNAM?
La admisión en la UNAM está sujeta a la oferta y demanda. Cada año, todas las facultades e institutos emiten una lista del cupo disponible que hay en sus instalaciones.
Estos datos se podían consultar en el portal Oferta UNAM, pero dejó de funcionar hace algún tiempo y la referencia ahora es la información de las líneas de corte que aparecen en los folletos de orientación y en el portal de estadística de la UNAM.
De toda la lista de cupo disponible en las licenciaturas de la UNAM, los primeros en comenzar a llenar los lugares son los alumnos de Pase Reglamentado, que son estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades y que cumplieron con los requisitos que pide la carrera que seleccionó.
Un ejemplo sencillo sería el siguiente escenario ficticio:
Para la licenciatura en Derecho en FES Acatlán hay cupo para 100 alumnos. Entre los alumnos de ENP y CCH que la piden por pase reglamentado ingresan 60. Por tanto, habrá todavía 40 lugares que serán los que se oferten en el examen de admisión.
Para esos 40 lugares todavía libres, los alumnos con más puntos en el examen serán los que se queden, en un orden descendente comenzando con el que tuvo más respuestas correctas.
Es decir, si el aspirante con más puntos que pidió Derecho en FES Acatlán obtuvo 110 respuestas correctas, él o ella será el primer admitido. Luego, los que tuvieron 109, 108, 107 y así sucesivamente.
Supongamos en este ejemplo que hubo un alumno con 110 aciertos; que otros 20 hayan obtenido 109 y otros 19 alcanzaron 108 respuestas correctas.
Cuando se llenen los 40 lugares disponibles, ya no se aceptaran más, sin importar que el número de aciertos obtenidos haya sido alto.
Una vez que se llena el cupo, se hace una línea de corte, con el alumno asignado con menor cantidad de respuestas correctas.
En ese sentido, la línea de corte es el principal criterio en el examen de admisión de la UNAM, ya que es por completo diferente a lo que normalmente se le llama ‘aciertos mínimos’.
Por lo tanto, no hay un número de aciertos mínimos para cada carrera, nadie puede determinarlo año con año, debido a que la asignación comienza a partir del puntaje más alto.
En otro escenario ficticio, si el alumno con más aciertos que pidió Derecho en FES Acatlán hubiera tenido solo 70 respuestas correctas, entonces de ahí partiría el conteo descendente.
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