La irrupción de Xóchitl Gálvez como posible candidata de la oposición a la Presidencia en 2024 ha hecho que los seguidores del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador (AMLO) la consideren el nuevo enemigo público número 1.
El propio AMLO ya decretó que ella será la candidata por acuerdo cupular e intenta mostrarla como un mero instrumento de “los poderosos de la derecha”. No ha parado de hablar de ella en la última semana.
La reacción unánime lopezobradorista hacia Xóchitl Gálvez muestra que es un peligro para la narrativa de la “Cuarta Transformación”, pues el éxito de Morena está basado en que los votantes consideran a sus integrantes como los más cercanos al pueblo.
Eso fue el factor principal que hizo a Delfina Gómez vencer a Alejandra Del Moral en Edomex. Esa genuinidad es el arma principal del propio López Obrador contra sus opositores, la mayoría de ellos, acartonados y aburridos políticos profesionales.
¿Pero qué pasa si la candidata de la oposición es vista como más “pueblo” que el candidato de Morena? Jorge Zepeda Patterson, un analista que no puede ser acusado de ser contrario a AMLO, coincide en verla como una amenaza real para Morena por su origen popular.
Claudia, apellidada Sheinbaum, nacida en una familia judía de clase media, irremediablemente tendrá desventaja frente a una señora llamada Xóchitl de origen humilde.
La gente vota a partir de percepciones, no de información contrastada y bien filtrada. Es un principio básico del marketing político.
Muchos votaron por el PRI porque tenía los colores de la bandera; otros votan aún por el Partido Verde porque creen que es ecologista nomás por tener un tucán en el logo. Cuando surgieron las candidaturas ciudadanas y lo “ciudadano” estaba de moda, Dante Delgado cambió el nombre de su partido de “Convergencia” a “Movimiento Ciudadano”… y luego le añadió un águila republicana de tiempos de Benito Juárez para atraer lopezobradoristas. Así es el marketing.
Es por eso que los comunicadores afines a López Obrador buscan desacreditar el origen popular de Xóchitl Gálvez. Especialmente su ascendencia indígena, pues es lo que la hace más pueblo que cualquier corcholata morenista.
¿Qué tan indígena es Xóchitl Gálvez?
Esto es lo que dice Xóchitl Gálvez: nació el 22 de febrero de 1963 en Tepatepec, Hidalgo, localizado en el Valle del Mezquital. Un pueblo a 60 kilómetros de Pachuca donde la educación de las mujeres no era frecuente.
En una entrevista para “Enlace Judío México”, cuando era candidata a la alcaldía de Miguel Hidalgo en 2015, la ahora aspirante presidencial dijo sobre sus orígenes:
“Nunca tuvimos casa, entonces, siempre anduvimos arrimados con la familia de mi mamá, con la familia de mi papá, nos corrían de un lado e íbamos para otro, hasta que mi abuelo decidió traer a mi mamá a la casa de él, fue cuando ya tuvimos una estabilidad. Mi abuelo era un hombre muy trabajador; tuvo una gran influencia en mi vida.
“Yo iba a vender gelatinas a la plaza de mi pueblo de niña y ( en una visita de la escuela) tuve la oportunidad de venir a esta ciudad (CDMX) en 1973 porque era una niña aplicada y aquí vi por primera vez una regadera y un baño y entonces como que yo quise aspirar a algo y yo dije ‘yo quisiera tener un baño como ese’, que nada más le picabas y se iba todo o que nunca se acaba el agua para bañarte; me acostumbré a bañarme con media cubeta de agua, el pelo, el cuerpo y la enjuagada y se acabó, entonces ponerte debajo de la regadera era una sensación impresionante.
“Y la visita acabó yendo a la UNAM, me llevaron a visitar Ciudad Universitaria y entré a la Biblioteca Central de CU y nunca había visto tantos libros juntos, fue realmente impresionante. Yo regresé con ese sueño a mi pueblo. Yo me prometí en ese momento que iría a la universidad. Fue muy chistoso porque si bien es cierto no sabía qué quería ser sí sabía qué no quería ser: yo sabía que no quería vivir el resto de mi vida en esa pobreza; yo sí sabía que no quería tener un hombre violento como era mi papá o alcohólico; yo quería algo diferente. No sabía qué pero sí sabía que eso no.”
¿Pruebas contra el origen humilde de Xóchitl Gálvez?
Comunicadores lopezobradoristas acusan a Gálvez de apropiación de la cultura otomí y de no vivir como indígena. También la acusan de no tener un origen verdaderamente indígena porque sus condiciones de vida eran mejores que las de otros pobladores en Tepatepec.
Los elementos de prueba que han esgrimido para decir eso son: entrevistas con personas del pueblo que dicen que ella no vivía tan mal como otros y una entrevista con un supuesto primo de ella que le recrimina hablar mal de su papá por ser violento y alcohólico.
Recientemente un escritor de nombre Fabrizio Mejía dijo que, hace 23 años, cuando fue a Tepatepec, escuchó que las personas hablaban mal de Xóchitl Gálvez.
En conclusión
Xóchitl Gálvez es indígena si ella se asume como tal por una razón muy sencilla: esa es la definición oficial. Cuando el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) hace sus censos de población, no pide muestras de ADN para conocer la pureza racial de quien le responde. Tampoco se basa en su vestimenta o en su habla. Cuenta como indígenas a aquellos que se asumen así.
Es como los mexicanos que viven en Estados Unidos. Seguimos diciéndoles así aun cuando llevan dos o hasta tres generaciones allá. ¿Por qué? Porque ellos se asumen mexicanos y conservan lengua y/o cultura que los hace pertenecientes a nuestra identidad.
Incluso si se asume que todo lo que dicen los detractores de Xóchitl Gálvez es cierto, en el peor de los casos su abuelo era otomí, y ella –por herencia de su padre– se asume también así. Nadie refuta que nació en Tepatepec ni que era de clase humilde.
¿Significa que la 4T debería dejar de intentar desacreditar su origen? No le queda de otra. Porque conforme la gente la conozca más, será más difícil para Morena convencer al pueblo de que “Claudia Sheinbaum” o “ Marcelo Ebrard” son más “pueblo” que una señora de Tepatepec llamada “Xóchitl Gálvez”.
Twitter: @estroman
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