Sergio ‘N’ es un policía de la Ciudad de México, de nombre Sergio Morales Buendía, quien ha sido arrestado por arrojar a un perro en un cazo de aceite hirviendo en Tecámac, Estado de México.
Morales Buendía es identificado como Sergio N para proteger su identidad, como lo exige la norma para garantizar la presunción de inocencia del acusado, pues éste no ha sido juzgado aún por un juez.
Sergio N fue detenido por arrojar a un perro llamado Scooby a una olla de aceite hirviendo en Tecámac. Morales afirmó que estaba borracho en el momento del incidente. El policía fue arrestado por abuso animal y por intento de asesinato del dueño de la carnicería donde cometió el acto.
El dueño de Scooby, un niño de 11 años llamado Roberto, fue testigo del incidente y no pudo hacer nada para salvar a su perro. Según la declaración del carnicero que presenció el incidente, Sergio Morales entró al local, ebrio, y le dijo que “cerrara en media hora porque si no ‘iba a valer'”. Después le dijo: “y mira, esto es para que no te hagas” y arrojó al perro a la olla de aceite hirviendo. El perro murió a causa de sus heridas.
Sergio N, o Sergio Morales, fue detenido en casa de uno de sus familiares cuando se le cumplió la orden de aprehensión por el delito de maltrato animal. La fiscalía mexiquense también obtuvo una segunda orden de aprehensión por intento de asesinato del dueño de la carnicería.
La madre del dueño del perro pidió justicia por el crimen y dijo que “pido que se haga mucha justicia, que bueno que lo agarraron, le pido mucho a Dios que se haga mucha justicia por un perrito inocente que no tuvo la culpa”.
Este incidente ha llevado a un debate sobre la importancia de las leyes de protección animal en México y la necesidad de implementar medidas más severas contra aquellos que abusan o maltratan animales. La detención de Morales ha sido vista como un paso en la dirección correcta para hacer justicia por el crimen de Scooby y otros animales maltratados en México.
¿Qué le espera a Sergio Morales “Sergio N”?
El caso del perro maltratado por el policía Sergio N ha generado indignación y conmoción en la sociedad mexicana. Si bien el incidente sólo amerita hasta 6 años de prisión en el Estado de México, la tentativa de homicidio podría costarle al menos diez años más de sentencia.
Personalidades públicas como el comentarista deportivo, David Faitelson, insinuaron en redes sociales que serían capaces de colaborar para que Morales fuera castigado incluso por encima de lo que establece la ley.
Ante la presión de la sociedad, las autoridades iniciaron una investigación y, después de recabar evidencias y testimonios, se logró identificar y detener al oficial Sergio “N”. El juez de control del penal de Chiconautla, en Ecatepec, le dictó prisión preventiva justificada y fijó un mes como plazo para el cierre de la investigación complementaria.
El oficial ahora enfrenta un proceso penal por el delito de maltrato animal, y también una segunda orden de aprehensión por presunto homicidio calificado en grado de tentativa por las amenazas y agresiones al locatario de una carnicería en San Pablo Tecalco. Además, deberá afrontar un procedimiento administrativo ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México por supuestas infracciones al Código para la Biodiversidad local.
El caso del perro maltratado ha generado un amplio debate sobre la necesidad de mejorar las leyes y sanciones contra el maltrato animal en México. También ha puesto en evidencia la importancia de la sociedad civil y las redes sociales como herramientas de denuncia y presión para exigir justicia y castigo a los responsables de estos actos de crueldad.